Prólogo

El ladrido de los perros acercándose cada vez más a ella hace que corra más rápido, buscando en donde esconderse de ellos. Su ropa rasgándose con las ramas de los arboles provocándole pequeños cortes en la piel. El sonido de su corazón latiendo tan rápido en su pecho le hace difícil escuchar bien que tan lejos están los perros de ella. Los dueños de ellos no deben de estar tan lejos también. Las luces de las lámparas de los pacificadores están cada vez más cerca.

—¡Esta por aquí!—escucha a uno gritarle a los demás.

Apresura el paso, pero es muy tarde. Están demasiado cerca como para escapar de nuevo. De repente, su pie choca contra el tronco de un árbol,  haciéndola caer al suelo. Rueda colina abajo hasta que su cuerpo involuntariamente se detiene. Comienza a pararse del suelo con un gran dolor sordo en el cuerpo. Mira por todas partes tratando de averiguar hasta donde había caído.

Las lámparas de los pacificadores apuntan a su dirección haciendo que ella se quede en el suelo, sin mover un músculo. Su respiración agitada amenaza con delatar su ubicación. Trata de contener la respiración lo más que puede con ayuda de sus manos. Las cuales comienzan a temblar por el miedo de ser descubierta. No puede imaginarse lo que le harán ahora si consiguen encontrarla. Segundos que se sienten como horas pasan. Escucha los pasos acercarse cada vez más hasta donde esta ella.

—¡Por aquí!—uno de ellos grita a lo lejos. 

Escucha como comienzan a alejarse los que estaban cerca de ella. Deja escapar un gran suspiro cuando se alejan lo suficiente.

Se asegura de que no haya nadie que pueda verla antes de levantarse de nuevo. Cuando lo hace no lo duda dos veces y comienza a correr hacía otra dirección, lejos de ellos, de Bulsgan. Hasta que esta lo suficientemente lejos se para en seco. Se da la vuelta para poder ver lo que algún día fue su hogar. Una parte de ella se siente terriblemente triste de dejar a su familia a su suerte, pero ahora no hay nada de lo que ella pueda hacer. Todo depende de ellos ahora. Se da la vuelta para continuar su camino, esta vez sin volver a ver atrás.