Las piezas del destino

Capítulo IX: El libro del Cazador

IX

Era la medianoche, el cielo estaba completamente despejado como si hubiese sido pintado intencionalmente para hacer resaltar más a la luna. Lucas estaba dando vueltas en su cama sintiendo cómo el libro a su lado lo estaba invitando a salir de caza. Oía voces susurrando repetidamente que debía salir a buscar aquello que estaba invadiendo la realidad. Sabía que no había forma de dormir tranquilo hasta que siguiese las indicaciones del grimorio.

Sabiendo que debía asistir a la escuela al día siguiente, se puso de pie, sujetó el grial con ambas manos convirtiéndolo en una capa marrón que cubría la totalidad de su cuerpo, cubriendo en la oscuridad de la capucha su gris cabello y sus ojos dorados. Saltó por la ventana de su habitación ubicada en el tercer piso y cayó sin sufrir daño alguno. Su misión como uno de los guardianes espada era perseguir aquellas amenazas que por algún error del sistema de protección de pilares, había logrado infiltrarse en el mundo real. Eran pocos las criaturas que podían lograr atravesar la barrera, por lo que a sus dieciséis años había podido lograr mantener una vida casi normal dentro y fuera de la escuela.

La magia de su grimorio se concentraba en potenciar sus capacidades físicas a la vez que le garantizaba los medios necesarios para alcanzar a su presa. La capa que portaba impedía que las personas carentes de magia pudieran visualizarlo, por lo que podía tranquilamente enfocarse en cumplir con su objetivo.

Corrió en dirección a donde percibía la presencia del invasor. Pronto percibió que no se encontraba cerca a su ubicación, por lo que viendo que aún tenía cerca de cien metros entre su ubicación y el muro más próximo, incrementó exponencialmente su velocidad, hasta desaparecer en un haz de luz para luego aparecer del otro lado de la ciudad, donde no estaría voluntariamente ni de día, por la alta inseguridad de la zona. Ya que su grimorio era el libro del cazador, debía poder llegar con rapidez a su objetivo, por lo que podía saltar en el espacio llegando a puntos remotos a través de su magia. A diferencia de Leti que podía abrir brechas en el espacio y permitir que otras personas la acompañen, la habilidad de Lucas se limitaba a transportarlo solamente a él a las cercanías de su objetivo.

Estaba en un barrio abundante en casas, con solo un par de edificios de departamentos a la distancia. Veía un par de personas caminando por la calle, quienes no podían visualizarlo, continuó caminando en dirección a donde su sentido de rastreo lo guiaba hasta que se encontró a una persona que quedó de pie frente a él. Tal como él no era visible para las personas sin magia, el objetivo de las criaturas era pasar desapercibidas para poco a poco intentar acercarse al pilar, aunque ninguno jamás había tenido la oportunidad de acercarse tanto.

  • Hey amigo, ¿puedes verme, no? - preguntó Lucas sin obtener respuesta de la persona de pie frente a él que lucía como un vagabundo, el cual para los ojos de las otras personas se vería como una persona más - estás a tiempo para mostrar tu verdadero ser, si eres un ser mágico de este mundo y por eso puedes verme simplemente continuaré mi camino, aunque mi instinto apunta hacia tu dirección.

Si bien la pregunta parecía un poco ingenua, las criaturas a las que Lucas se había enfrentado anteriormente no podían hablar, por lo que si tenía o no respuesta era el principal filtro para él. Se había encontrado semanas atrás con 3 duendes, uno sobre los hombros del otro, los cuales lo saludaron e inmediatamente después una cuadra más abajo alcanzó al real objetivo. 

  • Tranquilamente podría haberte mentido, aunque quizás insistirías para que te muestre mi verdadera forma - dijo el vagabundo con una sonrisa retorcida
  • Pues agradezco tu sinceridad - respondió Lucas tratando de mantener la calma, ante la capacidad de articular palabras que tenía el vagabundo. Una capacidad pensante era señal de que aquel ser era más poderoso que los que ya había enfrentado.

Lucas alzó sus puños y mientras esperó que la criatura hiciera el primer movimiento. Esta seguía de pie inmóvil y manteniendo esa retorcida sonrisa. Unos cuernos salieron a ambos lados de su cabeza a la altura de sus sien, largos y casi completamente horizontales de un color completamente negro. Cuando terminaron de brotar habían terminado de romper desde el interior gran parte de la cabeza del vagabundo. Sus piernas se quebraron y su espalda se encorvó dejando salir un ser que alcanzó el doble de la altura del vagabundo, quizás sería el triple de no ser por su encorvada espalda llena completamente de largas púas. Aún quedaba parte de piel humana alrededor de la piel negra de aquel ser, que lucía como más como una coraza, la cual terminó de desprenderse cuando salieron de su espalda un par de diabólicas alas.

  • Sabía que vendrías por mí, ordené que nadie más se venga esta noche, lo mismo que hice días atrás - dijo aquel ser - Soy el tercer capitán proveniente del segundo mundo oscuro, no tendría decirte mi nombre, solo quiero que sepas a lo que te estás enfrentando

Aquel ser estiró su largo brazo hacia un tumulto de basura que se encontraba en un pasadizo, y desde él trajo entre sus largos dedos que parecían enormes tenazas un ser que podría describir como un hombre lobo, de gran pelaje plateado.

  • ¿ Has atacado algún ser mágico de este mundo? ¿Creí que ustedes estaban todos enfocados en la búsqueda del pilar, o es acaso que aquel ser descubrió lo que eras antes que yo? - preguntó Lucas mientras no podía despegar el cuerpo del cadáver ante él.

El demonio lanzó el cuerpo fuertemente a sus pies, y su cuerpo comenzó a iluminarse.

  • Así que el libro esperó a estar cerca de otro guardián para no caer en mis manos, bueno, una vez caigas tú, tomaré este grimorio y luego buscaré al siguiente guardián para tomar el tuyo. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.