Blair
—¿Qué te pasa? —Matteo me detiene de mi huida.
—Nada, ya me quiero ir.
—¿Por qué estás llorando?.
—Una estúpida pelea con Charlotte, solo eso.
—Segura que es "Solo eso".
—Mira de verdad te estimo, pero ahora mismo quiero darte un puñetazo para que dejes de preguntarme cosas.
—Oye, tal vez no nos llevemos siempre bien —hace una pequeña pausa— pero eso no quiere decir que no me preocupe por ti.
—Okey, ¿quieres saber que carajos me sucede? —miro sus ojos que se ven algo sorprendidos— "mi mejor amiga Charlotte" acaba de decirme que me creo estúpidamente perfecta, que trato de ayudar a todos, pero al final del día a nadie le importo una mierda.
—Son celos...
—¿Charlotte? ¿De mi? —dios no me hagas reír— ella es hermosa, inteligente y puede estar con el chico que quiera cuando quiera, ahora mírame a mi.
— No se que quieres que mire.
—Soy horrible, asocial, me cuesta comprender los temas y todos me toman por sosa.
—Es porque el colegio está repleto de mierda, porque tú eres increíble —Joder— eres hermosa, y eres lista, solo te falta concentración.
Estoy segura que en este momento es lo más roja que he llegado a estar en mi vida.
—Matteo, no sabes cua... —soy interrumpida por un chico que llega gritando como loco.
— ¡Gerald! E-el e-está.
—Oye tranquilo, ¿Qué pasó? —habla un chico con piel trigueña, un poco alto.
—Está muerto —susurra lo último y todos corren de dónde venía el chico.
Y claro yo soy demasiado curiosa como para quedarme quieta.
Así que los sigo con Matteo pisandome los talones.
—Lo encontré aquí, tirado —me lleva la, si no me hubiera ido antes estoy segurísima que acabaría como Gerald.
Tiene la boca abierta de una forma espantosa, pero lo más horrible de todo es que tiene dos huecos en la cara, sus ojos fueron sacados de una vil manera.
—Llamaré al detective —habla una chica castaña.
Larga noche que les espera a sus amigos.
—Oye Blair —Es Marco parado al lado mío.
—¿Si?.
—Es mejor si nos vamos, no te hace bien ver todo esto —me limitó a asentir con la cabeza y caminar detrás de los dos hermanos.
Carajo dos muertes en 24 horas, esto no pinta nada bien.
El camino es silencioso, mantengo mis ojos cerrados mientras que ellos hablan a susurros.
—Saben que puedo escucharlos.
—Solo queremos saber si te encuentras bien.
—Si.
—Escucha estás demasiado callada para ser tú —como si me conocieras Marco, pienso.
—Estoy bien, ¿pueden dejar de molestar?, definitivamente no ha sido un día fácil, pero por lo menos no descubrí yo el cuerpo.
—Déjala Marco, si dice que está bien, está bien, pero a mi parecer no ha llegado el momento en el que nosotros le habláramos mal —bueno tal vez me pase un poquito— así que estás en nuestro coche, te quedas en nuestra casa, comes de nuestra comida y nos hablas como a los demás, ten cuidado Blair, no me hagas enojar.
Solo vuelvo a voltear mi cabeza hacia la ventana, estoy de acuerdo en que les hable fatal.
Al poco tiempo llegamos a su casa, solo quiero regresar a la mía y dormir a gusto con mis sábanas y mis pantuflas, me siento como intrusa.
—¿Como les fue chicos? —está Marcella en un sillón mirando alguna película.
—Alguien murió —vaya Marco que manera de decir las cosas.
—Muchachos no me jueguen una broma, está bien que me lleve con ustedes pero hay límites.
—No es broma Marcella —está vez habló yo— estábamos en la fiesta y alguien literalmente murió.
—¡¿Cómo?! Y las autoridades ya lo saben, marcaron a alguien, ¿atención médica?.
—Estaba sin ojos madre, no creo que se pudiera salvar de mucho —Matteo habla esta vez.
—Siéntense, es hora de hacer reglas.
Uy no, yo no vine a esto.
—Regla número uno, manténganse siempre juntos.
—¿Y si quiero ir al baño? —dice Matteo mirándome juguetón.
—Pues te esperan afuera. Regla número dos, de está casa no se salen pasadas las 11:00 pm.
—¡Mamá! —alega Marco.
—Silencio. Regla número tres, no confíen en absolutamente nadie.
—¿Entre nosotros aplica?.
—Nunca se sabe.
—Okey, que tal si solo es una persona que ni siquiera vive aquí, o un viejo enfermo mental que escapó de un manicomio.
—Un viejo no tendría tanta rapidez para atrapar a sus víctimas —buen punto.
Marcella 1.
Blair 0.
—Yo quiero protegerlos niños, pero esta claro que no siempre podré hacerlo.
—Y porque no... Lo buscamos.
—Alto ahí Blair, ¿estás consciente de lo que acabas de decir?.
—Obviamente, escuchen se que suena una idea muy estúpida.
—Demasiado estúpida —habla Marco.
—Pero, le podremos poner fin a todo esto.
—Han pasado años que los están buscando, ¿crees que tu podrás dar con su paradero?.
—No pierdo nada en intentarlo.
D.C