Alberto recibió al cabo de la Guardia Civil de Bossóst. Le explicó la operación llevada en conjunto con la Guardia Civil de Vielha. Alguien, que el guardia no dice el nombre ni de donde era, fue al puesto de la Guardia Civil de Bossóst. - Aportaba una fotografía, donde aparecía una imagen borrosa, que parecía ser una chica. Pensamos que podía ser la chica desaparecida. Se llama Ade, y su desaparición hace dos días, fue denunciada ayer por su padre. En la fotografía, que tenía forma de postal, se veía una nave antigua, rodeada de árboles y matorrales. Tenía un aspecto dejado, las ventanas opacas, sucias, se notaba la dejadez por el paso del tiempo.
- ¿Una fotografía en forma de postal ? le interrumpe Alberto -
- El vecino reconoció el lugar y la nave. No nos quiso decir cómo le llegó la fotografía, pero siendo un vecino conocido de conducta ejemplar, no dudamos de su veracidad y la operación se llevó a cabo esta mañana a primera hora -
- ¿Dónde estaba la nave? - preguntó Alberto. - La nave estaba en Montcorbau, a las afueras, un lugar de ramaderos, abandonada hace años -Alberto se quedó pensativo. Montcorbau estaba cerca de Betlan y Nart estuvo con su madre hace unos días -
- ¿Estaba la chica? - preguntó.
- No, señor. Solo dos vigilantes armados, de nacionalidad francesa, que detuvimos sin que apenas pusieran resistencia. No estaba, pero sí había indicios de que estuvo allí -
- ¿No se sabe adonde la pudieron trasladar? - - No, pero hay más - dijo el guardia, dudando si contárselo, o no. - ¿ Que más hay?, explíquese cabo, joder! -
- Dentro de la nave se encontró un zulo, camuflado bajo una vieja chapa. En su interior encontramos un arsenal: decenas de fusiles de asalto, varios subfusiles, rifles, alguna ametralladora, pistolas y vario kilos de materia explosivo -
- Joder!, Joder! - exclamó Alberto - Con todo ese arsenal, alguien podría reiniciar una guerra - bromeó.
- No se lo tome a guasa, señor, esto es muy serio - le dijo el guardia con cara sería.
- Una patrulla de Bossóst está registrando el terreno y los alrededores. El capitán me ha dicho que le avisaremos si averiguamos algo - concluyó satisfecho el joven cabo.
- Una cosa más, cabo - añadió Alberto cuando el guardia se disponía a salir.
- Dígame -
- Se sabe algo más de la muerte del chico, Elías, el amigo de mi sobrino -
- Sé quién me dice, pero no hay nada nuevo, solo lo que ya sabe -
- Gracias cabo, salude de mi parte al capitán Ramiro - concluyó -
Ese día Alberto llegó antes a la botiga, Nart no se lo esperaba. Lo encontró abstraído frente a la estantería, libreta en mano apuntado, el qué, de la ausencia en algunos huecos.
- Hola Nart - saludó secamente Alberto.
- Hola tío - contestó extrañado por la hora que era. Desconfiado se dio la vuelta.
- Estaba apuntando lo que falta, para que lo pongas a la lista de mañana - le dijo con voz temblorosa, casi inapreciable, por el respeto que le infundía su tío.
- Deja eso un momento, antes de que entre alguien, quiero hablar contigo - Alberto no se movió del sitio.
- He hablado con la Guardia Civil, encontraron donde estaba Ade, pero cuando fueron ya se la habían llevado de allí -
Nart, dejó la libreta, dio la vuelta al mostrador y se plantó delante de él.
- ¿Qué sabes tú de todo esto? - le preguntó su tío.
- Solo sé que su padre no la encontraba, me lo dijo mamá el día que fui a verla -
- Sé que la estuviste buscando - lo miró con cara de reproche y siguió.
- Has subido al desván, ¿que estabas buscando?, o solo curioseabas -
- Solo miré, vi que.. - Nart no quiso terminar la frase -
- Viste, el paquete que Elías llevaba el día que desapareció - terminó la frase el tío.
- ¿Por qué lo tienes tú?, ¿le hiciste algo? -
- No seas absurdo Nart. Te explicaré algo -
Se dirigió a la entrada, cerró el portalón con llave , se volvió y cogió a Nart por el hombro. Se sentaron en el pasillo sobre dos sacos, uno al lado del otro.
- El día que buscamos a Elías, yo encontré el paquete. No dije nada y lo guardé -
- ¿Por qué? - pregunta Nart.
- Gabriel es mi amigo, y aunque no estemos de acuerdo en muchas cosas, o casi en nada, lo que llevaba lo comprometía mucho -
Nart escuchaba con cierto recelo, aunque, en esos momentos creía que decía la verdad.
- Cuando desapareció tu padre - rectificó - cuando se lo llevaron, tu madre pensó, que lo mejor para ti sería que te vinieras aquí, donde estarías más seguro -
- A papá lo secuestraron - exclamó.
- Supongo, podría decirse que sí. Pero no sabemos ni quién, ni cómo, pero sí por qué -
- Todo tiene que ver con algo que él descubrió - continuó.
- Cuando acabó la guerra civil, nosotros nos unimos a la operación Reconquista de España, con la intención de invadir España desde el Pirineo, tomando el Valle de Arán - hizo una pausa.
- ¿Entiendes lo que te digo? - le preguntó. Nart asintió con la cabeza.
- Bien. Aquí seguimos siendo amigos, un tiempo, excepto Arnau, que se dedicó al contrabando y a algún que otro negocio sucio, con la idea de seguir colaborando con grupos más activos de fuera de aquí. Algo, que poco después, creemos, que se convirtió en un negocio. El padre de Javier, continúa siendo un buen amigo, aún nos juntamos con asiduidad. De una manera u otra, dejamos el pasado enterrado - Alberto miraba a Nart, dudando si seguir. Espero que todo esto le sirva para aclarar sus dudas sobre mí, pensó.
- Los líos de Arnau acabó metiéndonos en líos, los que a ti, ni te va, ni te viene.
Alberto no sabía si su sobrino entendería muy bien lo que le estaba contando. Sabía, que para la edad que tenía, era muy espabilado.
- Ahora, lo que tienes que hacer, es dejar que la policía haga sus trabajo -
Alberto ya daba por acabada la explicación, guardándose datos, que de momento, no eran necesarios darle a Nart. Ya dispuesto a marcharse Nart le quiso decir algo.
- Tío Alberto - el tío se gira, pero no dice nada.
- Hice unas fotos el día que... - su tío no le deja terminar. - Lo sé -
No dijo nada más y salió de la botiga. Era difícil asimilar la realidad. Su padre secuestrado, Ade desaparecida y Elías muerto. Esa era la realidad que Nart debía asimilar. Pero hay cosas que simplemente sabe, para la edad que tiene, que todo es consecuencia de la guerra.