Las princesas no lloran

29. Papás

KYRA

Me remuevo en la cama, bostezo pero siento el pesado brazo de alguien aferrandose a mi pequeña cintura. Abro mis ojos lentamente y miro a Blair, aun esta dormido, su pecho sube y baja con calma, me giro con dificultad, y lo comienzo a acariciar con delicadeza, estar entre sus brazos de nuevo sin duda curo muchas heridas en mi, muchos recuerdos y cosas con las que cargaba el último año que no ha sido el mejor pero quizas me hixo replantearme muchas decisiones tomadas en el pasado. 

Extrañaba esa sensación de tenerlo conmigo pero aunque estoy muy feliz no puedo evitar sentirme melancólica y con una gran presión en mi pecho.

Trato de alcanzar mi teléfono que esta en la mesita de noche, quiero saber la hora, pero de seguro son mas de las seis, el cielo ya esta oscuro y Blair tiene que irse a su casa.

—Duermete amor—me dice soñoliento cuando estoy inclinandome sobre su pecho y estirando mi mano para tomar el jodido teléfono.

—Son las ocho Blair—grito pero él no me hace caso

—Solo duerme—ordena como niño caprichoso y con sueño.

—No—me paro y camino al baño, suspiro todo esta hecho un desastre, ay ropa por todos lados y el piso esta mojado. Camino en puntillas y llego hasta el lavamanos, lavo mis dientes y refresco mi cara con agua, luego salgo, camino a mi closet y me pongo una pijama, un poco termica ya que empieza hacer frio.

—Te ves linda—me dice mi amor con una sonrisa y con sus manos cruzadas detrás de su cabeza mientras da un ruidoso bostezo.

—Tu te ves sexy—le sonrio y le tiro una parada de ropa de él, a veces creo que mi closet es mitad de él y mitad mia.

—¿Por qué tienes ropa mia? —dice con su ceño fruncido y se coloca la camisa 

—Porque me la regalabas cuando…antes de todo—me encojo de hombros

—Joder te amo—me lanza un beso, pero antes de que se pare la puerta se abre.

 

¡Mierda!

 

Mis papas nos miran a los dos, repasan con sus miradas extrictas toda la habitación, al menos estoy vestida pero Blair esta acostado en mi cama.

—Buenas noches Susana, buenas noches Victor—saluda mi novio con demasiado nerviosismo que en estoy momentos hasta me causa gracia pero muerdo el interno de mi mejilla para no reir.

—No sabia que habian vuelto Joseph—mi mamá lo dice con su mirada ida como si tratara de recolectar información y comenzar a unir las piezas.

—¡Nos vemos en el despacho en quince minutos Kyra!—ahora mi papa con su ceño fruncido me da una orden que me suena a problemas y reproches severos. Sin mas salen de la habitacion dando un portazo. ¿Por qué no tocaron? 

—¡Cambiate!—le grito a Joseph que se quedo en estado de shock. Camino por la habitación de un lado para el otro, ¿porque hoy tenian que estar en la casa?

—Amor, tranquila—dice deteniendo mis movimientos y completamente vestido.

—Estoy tranquila—alza una ceja—lo juro amor, ven vamos es hora de que vayas a casa con tu mama nos vemos mañana—él asiente y me abraza. Bajamos las escaleras y caminamos hacia la puerta

—Te amo—expreso en el marco de la puerta con él afuera.

—Yo te amo mas mi reina, nos descubrieron—volteo mis ojos.

—Mejor callate—le digo entre risas.

—Te amo—me da un tierno beso y corre a su casa. Entro y camino al despacho la que se va a armar pero no tengo miedo. No soy rebelde solo expreso mi punto de vista cuando algo me molesta o no me parece.

—Ya estoy aquí—susurro cuando entro en el despacho. Miro a mi mamá en el sillon con una foto de mi hermano al frente, en la mesa de cristal de vidro del centro. Mi papá en cambio esta en el bar bebiendo una copa de su licor favorito, vodka.

—¿Cuándo volvio Joseph? —pregunta con el ceño fruncido.

—Hace como un mes—respondo sin importancia.

—Y no nos has dicho—sin quererlo una risita se me escapa—¿Qué es gracioso Kyra, porque para nosotros nada? —reclama molesto

—Me es gracioso que quieran que les cuente mi vida cuando nunca estan presentes en ella—lo que les acabo de responder en un tono muy calmado hace que mis padres se queden inmóviles por unos minutos, se que les ha afectado lo que he dicho de alguna manera lo ha hecho

—Sabes que esta casa no es ningun hotelucho y siempre te hemos dado la confianza suficiente—bufo

—Lo se—digo 

—¿Qué hacia aquí? 

—Es mi novio

—¿Tu novio?, no era tu ex, por él que casi hechas tu vida a perder—mis ojos pican, se que hice muchas cosas mal pero no deben hablarme asi, no cuando no saben lo mucho que he sufrido sola agogandome en mi habitación y con mis propios sentimientos.

—Las cosas no son como lo pensaba

—No lo quiero cerca de ti Kyra—achico mis ojos

—¡¿Perdon?!

—Que no quiero que mi hija salga con un hombre que no la respeta



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En el texto hay: adolescentes, amor-odio, mentiras dolor

Editado: 29.04.2021

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