Blair
Ya no sé cuánto tiempo paso, no sé si pasaron horas, minutos, pero para mi todo es una eternidad en la que camino como loco de lado a lado, las enfermeras me miran, los doctores me miran, todos me miran. Estoy a punto de hacer un hueco en el suelo pero no me importa yo quiero que mi nena salga bien de la cirujia.
—¿Cómo esta? —me pregunta el señor Lincoln con mucha angustia entrando a la sala en la que me encuentro
—Aun estan en cirujia, su esposa entro—explico, él asiente y se dirije a preguntar mas.
Mi mama sin decir nada me extiende sus brazos y me refugio en ella para abrazarla con fuerza y permitirme derramar unas cuantas lagrimas.
—No me lo perdonare mamá—dijo con un dolor profundo y desgarrador en mi pecho.
—Shh mi niño no es tu culpa. Los responsables ya estan pagando por esto—aclara dando suaves toquecitos en mi mejilla.
—Kyra es mi mejor amiga Joseph, y por eso se que es valiente y que jamás se rinde ante nada ni ante nadie. Va a salir de esta —ella me abraza y yo la recibo.
Todos estamos con la angustia en el pecho, con ese dolor lacerante y la frustración y rabia de no saber qué ocurre en esa sala, de no saber si la están salvando o la están perdiendo. Y trato de no pensar en eso de verdad que lo intento.
Aarón se sienta a mi lado al igual que Mel mientras miro como el papá de Kyra lucha por conseguir información. Siento como el aire me falta, como mi cuerpo está aquí pero mi mente está perdida en los recuerdos de mi pequeña, es como si todo pasara en cámara lenta desde que la conocí, desde que vi sus ojos hasta ahora donde mi ropa está cubierta de sangre y mi rostro cubierto de lágrimas .
Cierro los ojos por un instante tratando de pensar que todo va a estar bien, de que Kyra es más valiente de lo que puedo imaginar y en menos de lo que espero estará abrazándome y besándome,
Abro mis ojos y lo que miro es a la señora Susana ser sacada por la puerta por la que ingreso Kyra por una enfermera, ella viene llorando negando una y otra vez. Su traje azul marino de médica está cubierto de sangre, tanta, que podría jurar que la sangre gotea en el piso.
La vida entera se me hiela, no quiero saber qué pasó en el quirófano, me niego a imaginarme un episodio doloroso en mi vida, me niego a decirle adiós, me niego a perderla y puedo ser un maldito egoísta pero no voy a perder a Kyra.
El padre de Kyra corre hasta su esposa, la sostiene por los antebrazos y la pega a su cuerpo para calmar sus sollozos. El silencio se hace eterno, doloroso.
—Kyra tiene una hemorragia, están controlándola, las transfusiones de sangre ayudan pero…—el señor Victor la abraza más fuerte.
Él contiene sus lágrimas pero es como si su historia se estuviera repitiendo, ellos ya perdieron una vez a David no quiero ni imaginarme el dolor que ahora sienten pero se que el final de esta historia va a ser diferente.
—Va a estar bien cielo —murmura. Acaricia su cabello, ese tan parecido al de mi nena y aprieta las ojos como fuerza.
—Kyra está perdiendo demasiada sangre Victor, mi hija se esta muriendo—jadea con rabia y llora con fuerza.
Siento como las lágrima caen por mi rostro. Kyra no puede irse. No cuando le falta renacer, cuando le falta vivir realmente vivir.
—No quiero que la historia se repita —solloza.
Mi madre sostiene mis hombros, agacho mi cabeza y lloro, solo hago eso, aunque me vea estupido y me sienta impotente de no poder hacer nada más.