49. Telepatía

Empiezo a narrar todo como ya lo he hecho antes, de la misma manera que lo hice con Blair y de la misma manera que lo hice con Mel y Carmen. Mis papas pasan por periodos de confusión, aungustia y dolor. Puedo verlo en sus ojos, la manera en la que sus expresiones faciles van cambiando. Las lágrimas de mi mama se hacen presentes como los ojos cristalizados de mi papá y de Blair, quien no suelta mi mano en ningun momento he incluso con pequeños apretones me da ha entender que esta ahí, que siempre estara ahí.

Pero aun no les digo la verdad de David, la verdad de que el nunca se mato de que el solo buscaba proteguerme.

—Blair tienes la grabación —mis ojos lagrimean. Él levanta su cara y sus ojos se encuentran con los míos. Asiente y saca su teléfono.

—Hija…—cierro mis ojos y los freno con la palma de mi mano. La verdad aún no se acaba. Falta mucho y falta lo más importante.

—Está es la otra parte de la verdad, solo escúchenla… —reproduzco el audio. No siento el dolor de mi herida física pero siento como con cada palabra que sale de la boca de Alexis y Alice mi alma, mi corazón y mi vida se va quebrantando poco a poco.

Mi hermano no quería morir, mi hermano no ocasionó su accidente, mi hermano tenía sueños y metas. Mi hermano era mi vida y yo era la suya. Y un día lo perdí. Perdí al que era cómplice de todas mis locuras. Al que le hizo una guerra a Blair para luego convertirse en los mejores amigos. Al que estuvo a mi lado pese a mis crisis emocionales. Al que me acurruco como niña chiquita mientras lloraba sin consuelo. Al que me escuchaba sin emitir ninguna palabra, el que se hartaba cuando hacía berrinches. Al que amaba mis berrinches. Él que simplemente me amo desde que nací, desde siempre.

Cuando la parte del audio, la parte importante termina, lo pauso y miro a mis papás totalmente desconcertados. 

—Se que es difícil de asimilar… —trago grueso—se que es horrible…muy horrible… y que se enteren de golpe no es fácil, para mi no lo fue y no lo es pero es la verdad. Una muy dolorosa… —Joseph besa mis nudillos y las lágrimas resbalan por mis mejillas —pueden tomarse tiempo para asimilarlo, pero… yo voy a iniciar mi proceso porque quiero volver a sonreír con ganas y recordar a David como el mejor hombre…el mejor hermano…y el mejor ser humano de toda la tierra… —los sollozos salen de mi garganta sin poder evitarlo, duele, quema, el vacío en mi pecho es lacerante, un hueco enorme que no se llenará jamás, su pérdida es tan dura que siento como mi pecho se contrae como si me quisieran arrancar el corazón de un solo golpe, sin opción a nada— pero también porque quiero admirarme a mi como la mejor mujer y no como una con miedo…—mi voz se vuelve aguda, el nudo en mi garganta me corta las palabras y la respiración— no como alguien cobarde o culpable, no es lo que quiero para mi vida y aunque se que en el proceso voy a caer una y otra vez lo voy a lograr— las palabras salen de mi boca entrecortadamente.

Duele…duele demasiado.

—Lo siento… —murmura mi madre entre sollozos. Mi padre me da una mirada triste y la toma de los brazos y la saca de la sala en la que me encuentro. Se que esa primera reacción se venía a venir. Para nadie sería sencillo saber que su hija fue abusada y su hijo asesinado. Porque esa es la cruel realidad. 

—Lo hiciste muy bien pequeña, estoy muy orgulloso de ti —Blair se sienta en el filo y yo pego mi cabeza a su hombro. Ahora el peso de verdad ha disminuido, siento como mi pecho  está más sereno aunque eso no quiera decir que no tengo que hacer justicia sobretodo por mi ángel, por mi David.

—Gracias…—susurro mientras sigo llorando. Él me abraza y poco a poco en el calor de su cuerpo voy cayendo en un sueño profundo que hace que pierda consciencia de todo lo qué pasa a mi alrededor, de que todo se vuelva neutral y por un momento mi mente se calle y deje de atormentarme con pensamientos que sé que no son verdad.

Abro los ojos lentamente y giro mi cabeza. Miro a Blair sentado en el sillón con su teléfono en la mano y sonriendo con tristeza.

—Amor…—susurro. Él levanta su cabeza y enseguida camina hacia mi —¿Cuánto dormi? —la espalda me duele un poco

—Un día amor …¿Cómo estas pequeña? —acaria mi cabello. 

—No se…no se si estoy bien no se si estoy mal…no se… —niego nerviosa y confundida.

—Pero nosotros estamos contigo hija —miro detrás de Joseph y estan mis papás con un ramo de rosas blancas, para mi eso es como un signo de esperanza. 

Mi madre y mi padre se acercan a mi mientras Blair rodea la cama y se pone al otro lado.

—Perdoname mi niña… por reaccionar asi pero David, mi niño, aun esta marcado en mi pecho siempre lo estara y se me hace dificil creer que ya no esta en este mundo y mas dificil saber que alguien ocasiono su accidente —asiento. No puedo culparlos de sentirse mal— Y tu mi amor tienes todo mi apoyo para sanar tus heridas, yo y tu padre te vamos a acompañar siempre. Eres nuestra princesa y lucharemos contigo —las lágrimas resbalan de nuevo.

Ellos toman mis manos y me las aprietan suavemente, es como si nuestro amor, el de un triángulo perfecto se uniera en uno solo.

—Nuestros abogados estan trabajando pequeña y si tu estas dispuesta tambien nuestros terapeutas pueden ayudarte —habla mi papá— nosotros ya asistimos a terapia desde la ultima pelea que tuvimos contigo para empezar a sanar la perdida de nuestro hijo —la voz de mi papá se quiebra. A mi sorprende que hayan dado ese paso tan grande —esto fue algo que se sumo y hoy mas que nunca tenemos que estar unidos, los tres para superarlo. Siempre contigo mi niña. 

—Te amamos infinitamente Kyra y vamos a superarlo como una familia mi niña —ellos me abrazan suavemente y es inebitable no irme en llanto. Saber que tambien tengo su apoyo es como si la cara que llevaba solo ahora la comparto con personas que estan dispuestos a ayudarme y a caminar conmigo.

Despues de la liberación de todo lo negativo. Permaneci con Blair, que no se si come, si duerme, no se si esta aquí todo el tiempo y me preocupo por el, no quiero que mi simio se enferme.