Las princesas no lloran

Extra 1: Primogénito

Camino de lado a lado, subo las escaleras bajo las escaleras, voy a una area, voy a otra. Y en todas veo mujeres valientes, luchando con sus demonios para encontrarse a ellas mismas, para trasformar cualquier huella negativa en una positiva que constribuya a su crecimiento como mujer en todas las areas que eso abarca.

Me siento orgullosa de la hermosa fundación que construi con Joseph, mi familia y mis amigos una fundacion dedicada a apoyar a mujeres que pasaron por lo que yo pase o por cosas incluso peores, me alegra poder ser capaz de devolver a sus rostros una sonrisa y trasformar su alma gris en una llena de colores.

Entro a mi oficina y miro el hermoso ramo de rosas rojas, un clásico pero algo que definitivamente me enamora todos los días, camino hasta llegar al filo del escritorio. Me inclino y cerrando mis ojos aspiro el delicioso olor a rosas frescas ¡Me encanta!

Recompongo mi postura y tomo la nota escrita en un papelito blanco.

 

“Hola mi amor, soy el amor de tu vida, ¿sabes? Te extraño demasiado, cuento las horas para verte, abrazarte y besarte completa. Te amo muchisimo…pero bueno ya me desvie del tema pero no puedo evitar decirte cuanto te amo”

 

Sonrio como una completa enamorada, siempre hace lo mismo.

 

“Me haria el honor de cenar conmigo esta noche, prometo portarme bien y ser un excelente caballero. Dime que si. Porfavor…Te amo mi vida espero tu respuesta”

 

Tomo mi telefono, entro al contacto en Whatsapp y comienzo a grabar una nota de voz mientras termino de leer las ultimas lineas de la nota en mi mente

—Gracias por todo mi amor, yo tambien te amo demasiado nene, te amo, me escuchas mi simio te amo…—me rio—gracias por todo en especial por tus últimas lineas esas que dicen: “…Posdata: tambien te envio tus chocolates favoritos, los únicos que toleras, para que los disfrutes junto a mi campeón. Te amo” juro que los voy a disfrutar mucho. ¡Ahhhhhhh!—grito soltando de golpe el celular sobre el cristal de la mesa. Me inclino hacia delante y respiro con la boca cuando siento el pinchon de una jodida contracción.

Respiro y poco a poco el dolor disminuye…

—Kyra ¡Oh por Dios! —grita mi secretaría haciendome saltar del susto y aniquilarla con la mirada— a…acabas de romper fuente—dice sorprendida. Guio mi mirada al suelo y miro el charco de agua en el piso gris. Miro a Cristel y le hago señas para que se acerque.

—Bien no pasa nada Cristel solo llama a mis papás, a todos ¿si? Avisales que vayan al hospital. Y dile a Paco que me ayude ¡Necesito un jodido hospital! —grito al borde del panico.

—Ya lo hago Kyra— Cristel sale corriendo y le grita a todo el mundo mientras yo me arrimo a la mesa de cristal. 

¡¿Por qué justo hoy no vino Sabrina?!

—Ahhh ¡Hijo me dueles! ¡Se buena con mamá porfavorrrrrr! —grito apretando mis dientes. En mi dolor el telefono suena insistentemente.

¿Quién mierda me llama en estos momentos?

¡Joder!

—¡¿Qué?! —grito por a la linea a quien diablos sea. Respiro con dificultad y viene otra contracción—Ahhhhhhh ¡Maldición! —grito angustiada. Muerdo mi labio con fuerza y presiono mis ojos.

—Amor ¡¿Qué pasa?! —pregunta Joseph desesperadisimo.

—¡Tu hijo quiere nacer!—grito y escucho sus gritos de panico hacia Aaron

—¡Mierda! ¡Voy a ser papá! —su emoción pese al dolor me saca una sonrisa—Voy para allá mi vida, voy para allá…

—No, te veo en el hospital Paco ya me lleva para alla—hago puño mis manos con tanta fuerza que mis nudillos se ponen blancos

—Aguanta mi vida si quieres me quedo en la linea hasta que este junto a ti—esa idea me agrada

—Si Jospeh no cuelges—pido. En eso entra Paco y me ayuda con cuidado a llegar al carro.

—No se preocupe señorita, solo tiene que respirar y creame que todo esto se le va a olvidar cuando tenga a su bebe en sus brazos—asiento y respiro como me lo enseñaron en las clases. Respirar, respirar y respirar.

—Ves amor ya mismo conocemos a nuestro pequeño bebe—dice Blair y yo asiento aunque no me vea. No quiero ni hablar.

—Vas a dejar de ser una linda ballena amiga

—¡Callate Aarón! —gritamos Hoseph y yo al unisonido. Y mi amigo solo se rié.

Durante el trayecto tengo a Blair nerviosisimo, mas nervioso que yo susurrandome cosas hermosas, y haciendome saber lo importante que soy para él. Lo importante que los dos somos para él.

Unos minutos despues el carro se estaciona en el parqueadero. Al fin.

—¡Amor!—grita Joseph abriendo la puerta y besando mis labios—Dios pequeña, falta tan poco—susurra emocionado. Va a ser papá. Me baja del auto y camino hasta la entrada del hospital donde ya me tienen una silla de ruedas.

—Si pero tu hijo es muy malo con mami—murumuro con un puchero y ahí viene la puñetera contraccion de nuevo. Aprieto la mano de Joseph que parece que la voy a romper.

—Es nuestro amor—rie con nerviosismo

—Lo se—devuelvo la sonrisa

—Se bueno con mami pequeño—murmura acariciando mi vientre abultado. Fingiendo que no le dolio mi apreton.

Entramos a la sala que nos asignaron, una doctora, mi ginecologa para ser exactos se acerca a medir mi grado de dilatación.

—Bien Kyra falta poco, tranquila—murmura emocionada pero yo me quiero morir, amo a mi hijo pero esto duele mucho y me hace pensar en cerrar la fabrica con Blair para siempre.

Luego entra Blair ya vestido y con una camara en la mano. Lo miro sonrie y él sonrie.

—Ya mi amor—sus ojos son aguita

—No aun noooooo—grito y aprieto en puño las mantas de esa cama—Ayuda a mami pequeño—grito al borde del colapso.

—Tranquila pequeña, shhh, tranquila—Joseph me mima y eso me reconforta pero ahora como que quiero que desaparezca

—La fabrica se ce…ahhhhhhhh—vuelvo a gritar desde el fondo de mi garganta.

—No mi niña quiero la parejita—volteo y lo aniquilo con la mirada. Unos minutos despues llega la doctora y vuelve a medir mi dilatación. Y nada. Pasa…ya no se cuanto tiempo pasa cuando porfin escucho lo que queria escuchar.




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