Me encontraba en la oficina del director cuando me di cuenta de lo que soy en realidad ante los ojos de mis padres, ante los ojos de lo demás, de los que creía ser mis amigos; desde ese momento cambió toda mi vida, cambie mi forma de ser, cambie mi yo.
Era un viernes cuando comprendí lo que era en realidad, me levante para ir a la preparatoria como lo hago de costumbre, baje para desayunar, mis padres no estaban como lo es todos los días, mi desayuno estaba sobre la mesa con la misma nota de mi madre que siempre me dejaba al pie de mi desayuno la cual esxpresaba su afecto, en la nota estaba escrito:
“Te amo mucho cariño, recuerda sacar las mejores calificaciones, No olvides tu ensayo de atletismo para que ganes esa competencia
Llegamos tarde, con amor Tu mamá”
Me voltee para dejar el plato sobre el lavavajillas, y me di cuenta de que falta tan solo unos pocos minutos para las 8:00 a.m. Subí corriendo las escaleras agarre mi teléfono lo metí a la maleta cogí mi mochila, note que mis padres habían llevado mi auto al taller para ser reparado ya que el día anterior se me había pinchado un neumático, rápidamente pedí un Uber el cual demoro diez minutos en llegar, nerviosa y apresurada le dije al señor conductor: “A la preparatoria Belmont por favor” sin decir una sola palabra más, rápidamente saque mi teléfono para llamar al director de la preparatoria y explicar el por qué mi retraso, mi teléfono tenía la batería baja, además de notar que no tenía minutos pues los había agotado con mi mejor amiga Isabela.
“Ya llegamos señorita” me dijo el señor conductor, así que metí mi mano en la mochila y allí me di cuenta de que llevaba conmigo solo una tercera parte de lo que costaba el pasaje más lo que llevaba en mi bolsillo derecho para mi descanso, lo mire y le pase mi dinero, asintió con la cabeza y se fue. Rápidamente me di vuelta y le dije: “señor espere, mi teléfono está ahí” El conductor freno, mire el reloj eran los ocho con cuarenta minutos, entendí que llevaba cuarenta minutos de retraso sin justificaciones, sin nadie que pudiera asegurar el por qué había llegado tarde a excepción del conductor pero él no tenía ni voz ni voto. Así me decidí a entrar, los pasillos se encontraban en silencio, tenía clase de química y me dirigí al laboratorio, fue allí donde recordé que tenía un examen más un trabajo que tenía que entregar “Carajo” era lo único en que pensaba, me asome a la ventanilla, no estaba la docente era mi oportunidad de entrar, al fin algo en este día me salía bien, al fin este día me sonreía o eso fue lo que pensé durante diez segundos, cuando de repente oí el eco de un grito a lo lejos del pasillo que decía:
Me di la vuelta muy lentamente y estaba ahí el director de la preparatoria, justo cuando iba a dar mi justificación de por qué llegue tarde, llego la docente al aula y me dijo:
Desvié mi mirada y me quede en silencio, “Mierda, Mierda, Mierda, una vez más un punto para el maldito día y cero para mí” y pensé en decir que no pero… era justamente lo que estaba a punto de hacer, si tan solo el director no me hubiera interrumpido, ¡Maldito!
“Adams… Allen… Anderson…”
Faltaban tan solo dos personas para que me llamaran así que levante la mano y con una voz dulce y una carita tierna pedí permiso de ir al tocador, la señorita Katherine lo pensó y me dijo: “Apresúrate, y no llegues tarde” Todos se rieron de mí, muy graciosa señorita Katherine así que me apresure al baño.
Espere un poco para que recogiera los trabajos y así fue, empezó su clase y entre pero justo en este momento escuche la voz de mi madre que me llamaba, ¿enserio?, me di vuelta y si era ella… puff y detrás mi padre, la docente salió, saludo a mis padres y me pregunto: “Lara, necesito tu trabajo” (silencio eso hubo in incomodo silencio) así que no hable por un instante pero tenía que responder: “lo deje encima de mi escritorio docente” mi padre se enfureció sin decirme nada pero lo podía notar pues él era mi padre, me bajaron nota y el directoe nos llamó.
Editado: 15.04.2020