En el principio de los tiempos existía un reino de paz, alegría y gozo, todo era perfecto, era, en una sola palabra, maravilloso, aquel reino estaba gobernado por un ser omnipotente que poseía el poder de crear, pero también de destruir, tan solo con pronunciar palabras alguna
Su primera creación fueron unos seres majestuosos, solemnes, inmortales tan bellos como la inmensidad del infinito mismo, poseían una gran devoción y lealtad hacia su creador.
Aquellos seres fuertes con un aura de luz propia que cubría desde sus pies hasta la punta de sus alas fueron llamados ángeles, distribuidos en legiones que a su vez eran guiadas por sus respectivos comandantes a quienes les fue encomendado el custodio de la reliquias celestiales, cuatro objetos marcados con el símbolo celestial, un pentagrama cuyo significado literal es un hombre o mujer que controla y domina los cuatro elementos. Es el símbolo sagrado de la armonía del cuerpo y del espíritu, y en consecuencia, la representación de la perfecta salud física, energética y espiritual del hombre. Reliquias que por sí solas eran muy poderosas pero se decía que unidos su poder era comparable a la fuerza suficiente como para derrocar a su creador mismo.
A luzbel quien era considerado uno de los cuatro máximos comandantes de estas legiones era tal vez el más fuerte y bello entre ellos pues le hacía honor a su nombre: “Lucero de la mañana” le fue encomendado a su custodio la joya celestial, un anillo echo en oro con una piedra echa de painita un mineral tan raro y escaso, a diferencia del mineral común esta piedra era de un azul tan profundo como el mar, quien fuese poseedor de esta joya tendría la habilidad de doblegar naciones enteras pues él lograba influenciar en las decisiones, pensamientos y actos de cualquier ser que no poseyera otra de las reliquias sagradas, pero además poseía otro poderes que hasta ahora eran ignorados por todos menos obviamente por su creador.
Para los ángeles aquella que fuera su más fuerte ventaja pero a la vez su mayor desventaja era el collar celestial, pues gracias a este collar eran inmortales, no morirían y sus heridas sanarían al instante, pero quien portara el collar no tenía permitido salir de aquel reino sin la autorización de su rey el creador. Cabe resaltar que cada ángel al momento de ser creado le era concedido aquel collar.
Por otra parte estaba Miguel otro de los grandes de la jerarquía de ángeles cuyo nombre significa ‘‘quien como Dios’’, en este ángel se podía distinguir los más altos aires de guerrero, simpatía y belleza incomparable, a él le fue encomendado la espada resplandeciente, una espada con una hoja tan fuerte y filosa capaz de cortar cualquier cosa, forjada en plata con empuñadura y orillos de oro con un rubí incrustado en la cruceta, espada que solo podía ser empuñada por aquellos que tuviesen las armaduras hechas por su rey el creador, comandando las demás legiones y no menos importantes se encontraban Rafael y Gabriel quienes tenían a su mando un gran número de ángeles del reino.
A Rafael, cuyo nombre significa ‘’Dios sana’’ le fue entregado en custodio el escudo divino el cual estaba hecho en adamantino, un metal tan duro que solo puede romperse con este mismo metal con una franja gris atravesándola de un lado a otro en forma diagonal y orillos de oro puro en el centro se podía notar a la distancia el símbolo celestial, se decía que aquel escudo aunque estaba echo en metal era extremadamente liviano pero además muy resistente, también se decía que tenía un poder oculto pero solo aquellos que merecieran poseerlo lo podía liberar: poseía la habilidad de transformarse en una armadura si así fuese necesario.
Pues bien, por ultimo le fue encomendada a Gabriel cuyo significado es ‘’fortaleza de Dios’’ la última, rara y más preciada reliquia, escrito de la mano del mismo creador nos quedaba el libro celestial en el cual se dice que están absolutamente todos los conocimientos del universo, desde la utilización de algo llamado magia, creación de universos y el poder de dar vida entre otros muchos conocimientos que en manos equivocadas sería demasiado peligroso, decodificados en un lenguaje difícil de descifrar hasta por los mismos ángeles, difícil pero no imposible.
Luzbel tenía un hermano llamado azrael con quien habría compartido el mismo instante de nacimiento y quien fuera su mano derecha, en ambos se gestaba desde el principio sentimientos que no eran bien vistos en aquel reino: La envidia y la sed de poder. Pero de los dos, en luzbel tenia mayor fuerza