Cassandrea entró muy disgustada al cuarto de sus padres y azotando la puerta de forma violenta, algo que no sorprendió mucho a Lyra, porque cuando su hija estaba enojada solía comportarse del mismo modo que su padre, así que se armó de paciencia para escuchar cuál era el problema ahora, aunque se imaginaba fácilmente que el asunto tenía que ver con los niños. Cassander, Altair y Ben a pesar de ser sus cómplices habituales, también eran los que la hacían enojar con más frecuencia, mientras que Arthur y Aydan parecían más inteligentes en aquel aspecto y procuraban no enfurecer a Sandy, ya que sabían perfectamente de lo que era capaz. Todos recordaban que en una oportunidad en la que teniendo la niña solo cinco años, casi había incendiado la habitación porque Altair se negaba a dejarla saltar por la ventana, de manera que tanto Arthur como Aydan que parecían no haber superado nunca el susto que se habían llevado al verla envuelta en llamas, se esforzaban en no molestarla más allá de lo razonable.
Para aquello sí era verdad que Lyra no estaba ni remotamente preparada, porque era la primera vez en la vida que Cassandrea decía una barbaridad semejante, de modo que se giró y la miró con los ojos muy abiertos, ya que Jason podía ser y hacer muchas cosas, pero si de algo no cabía la menor duda, era de que amaba a sus hijos en forma ciega e irracional y Cassandrea había tenido la habilidad casi desde la cuna, de lograr de su padre las cosas más insólitas y todos sabían que Jason primero se hacía matar antes que negarse a cumplir el más absurdo de los caprichos de aquella pequeña personita, porque la mencionada ceguera e irracionalidad se elevaba a la máxima potencia con relación a su hija.
Sin embargo, cualquier cosa que pensase decir quedó interrumpida cuando la puerta volvió a abrirse y entró un extraordinariamente furioso Jason que azotó la puerta de la misma forma que acababa de hacerlo su hija, pero no hubo oportunidad de que dijese nada, porque enseguida lo siguieron Cassander, Altair, Ben, Arthur y las gemelas.
Lyra estaba auténticamente asombrada y no estaba entendiendo nada. Intentó mirar a Ben que usualmente era el más ecuánime de todos, pero el chico parecía tan furioso como Jason.
Si bien Altair no dejaba su exasperante forma de hablar que en opinión de Lyra en aquel preciso momento no contribuía en nada a mejorar los ánimos, estaba ausente el usual tono irónico con el que se expresaba y que hacía que la gente no supiese si se burlaba o hablaba en serio, de manera que a Lyra le quedó claro que aquel Anteros fuera quien fuere, no era apreciado de ninguna manera por ninguno de los chicos.
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Editado: 27.06.2023