Las Ruinas de Cassandrea

Cap. 34 Despedida

 

Las vacaciones de ese año no fueron especialmente divertidas, porque los padres de los niños estaban realmente muy atareados y preocupados. Cuando llevaban aproximadamente quince días de vacaciones, a la hora del desayuno los niños habían sido informados que los esperaban a todos en el salón.

  • ¿Y bien?  --  preguntó Becky una vez que estuvieron solos  --  ¿Quién hizo qué?

Sin embargo, siendo que la variedad de posibilidades era demasiado amplia, se pasaron el resto del desayuno intentando dilucidar qué cosa de las que habían hecho en las últimas veinticuatro horas era la más grave.

  • Bueno, creo que ustedes ganan  --  les dijo Altair a sus hermanos
  • Vamos Altair, no creo que la cabeza de una vieja estatua sea motivo suficiente para que el tío Jey arme tanto escándalo  --  dijo J.L.
  • Posiblemente no  --  intervino Aydan  --  el asunto es que están olvidando el pequeño detalle de que junto con la cabeza de Afrodita, que por cierto estuvo a punto de impactar sobre la del abuelo y terminó sobre el escritorio de papá, también volaron media pared y desaparecieron las escaleras de la terraza, así que yo no estaría tan seguro
  • Pero en cualquier caso, ya papá puso de colores a Daviana por ello  --  dijo J.B.

Eso también era cierto, ya que todo el estropicio había sido a causa de un duelo entre la Auror y aquellos tres terremotos. Eso no era nada extraño y por el contrario era asunto de todos los días, Daviana  solía dedicar algún momento del día para entrenar con los chicos, así como también era atacada por ellos cada vez que se la encontraban y su excusa era que debía estar alerta, Daviana se reía, porque veces lograban sorprenderla y después reparaba todos los desastres causados, la cuestión era que el día anterior habían escogido mal el lugar y la hora, porque Jason había estado reunido con los demás en el estudio cuando escucharon la explosión, y antes de que pudiesen levantarse a ver de qué se trataba, la cabeza de la estatua había entrado en forma muy violenta rompiendo los cristales de la ventana, había pasado solo a unos centímetros de Sirius y había aterrizado en el escritorio.

Como casi todos los padres de las criaturitas estaban acostumbrados a las explosiones, los incendios, las paredes que se caían, las fracturas y las quemaduras, no se alarmaron mucho y después de ver a los chicos en el jardín partiéndose de risa, pero bien, decidieron continuar con lo que estaban, pero Albus menos acostumbrado a todo aquel caos, había abandonado el estudio y se había ido derecho al jardín, porque había visto que J.B. estaba entre los vándalos que habían hecho aquello. No obstante, cuando llegó hasta ellos y como también estaba Daviana, había dirigido su ira hacia ella.

  • ¡Wiler!
  • ¿Señor?
  • Corríjame si me equivoco, pero tenía entendido que estaba usted aquí para proteger a los niños, sin embargo, por alguna razón que aun no alcanzo a comprender, siempre tengo que encontrarla en el lugar del crimen.

Los niños iban a protestar, pero una mirada de Daviana los hizo callar, algo verdaderamente asombroso por lo menos en el caso de aquellos tres.

  • Contestando a su pregunta, sí, estoy aquí para proteger a los niños, de manera que debería usted sentirse tranquilo, ya que si me encuentra siempre en el lugar del crimen, eso significa que estoy cumpliendo con mi labor ya que no los dejo solos en ningún momento

Albus se llevó una mano a la sien intentando convencerse que era mala idea quitarle la cabeza a aquella muchachita que en cualquier caso parecía carecer de la mencionada cabeza, mientras que la susodicha hacía el mejor de sus esfuerzos por no reír, algo en lo que evidentemente tenía mucha más suerte que los niños que reían a espaldas de Albus.

  • Escúcheme niña, si vuelvo a verla de nuevo haciendo algo como… esto  -- dijo señalando las escaleras destrozadas  --  terminará en los archivos del departamento
  • A ver, déjeme ver si comprendí  --  dijo ella  --  ¿Quiere decir que debo dejar a los niños solos y correr el riesgo de que se lastimen solo porque a usted le molesta un poco de polvo y escombros?

Albus abrió los ojos con desmesura sin poder creerse que aquella necia estuviese diciéndole aquello, pero estuvieron discutiendo otros quince minutos aproximadamente, después de lo cual Albus se marchó precipitadamente antes de ceder al impulso de ahorcarla.

Daviana siempre actuaba de la misma forma por dos razones, la primera, porque Albus siempre terminaba tan furioso con ella que se olvidaba de cualquier posible castigo que pensase imponer a los niños, y la segunda, era de orden más personal, y consistía en que Daviana había perdido su joven y discutida cabeza por el antipático Auror.

Inicialmente Daviana tenía una pésima opinión de Albus Potter, y la razón para ello era sencilla, cuando ella salió de la escuela ingresó de inmediato a la academia de Aurores, y estando allí, James había llegado un día y había solicitado voluntarios para un entrenamiento especial y muy riesgoso. Todos en la academia sentían veneración por aquellos sujetos, pero Daviana había escuchado tanto a su hermano David hablar de James Potter y Rowena Black, que no se lo pensó dos veces y fue una de las primeras en dar un paso al frente. A partir de ese día, el grupo que fue escogido después de una serie de pruebas, pasó a formar parte del escuadrón de entrenamiento de James, y lo maravilloso de aquello era que Harry, Bill, Sirius, Joseph, Rowena, Dominique, Lyra y eventualmente Jason, eran parte del entrenamiento. Al cabo de un año, les dijeron que ellos serían el grupo encargado de velar por la seguridad de los niños de la familia, y aunque cuando escucharon aquello se sintieron muy decepcionados, cuando los hicieron partícipes de los posibles riesgos y les relataron la persecución que estaba sufriendo aquella familia, cambiaron de opinión.

  • Es mi deber advertirles que, si deciden aceptar y quedarse a formar parte de este escuadrón, sus vidas correrán un enorme peligro, porque estos sujetos no tendrán ninguna consideración con quien se atraviese en su camino y tienen que estar dispuestos a dar sus vidas por los niños, de modo que están en libertad de renunciar ahora y no sucederá nada, podrán formar parte de los escuadrones de asalto y ataque de cualquiera de nosotros, porque están perfectamente entrenados para ello. Tienen hasta mañana para tomar una decisión  --  les había dicho James




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