Aunque cierta tristeza flotaba en el ambiente, tanto las tías de los niños como Daviana, se esforzaban en mantenerlos distraídos. Molly les preparaba toda clase de dulces y los consentía a todos por igual. La eventual visita de alguno de sus padres, siempre contribuía a alegrarlos, porque éstos le traían noticias de los demás.
Las gemelas Black y Geraldine, habían adoptado a Federica y la niña se mostraba contenta, pero si bien se pasaba casi todo el día con ellas, dormía en la habitación de Cassandrea. Las otras que se habían integrado a ese grupo eran las gemelas Virgine y Nadine, las hermanas de Anette, y Camille la hermana de Pauline. Mientras que Monique, la hermanita más pequeña de Anette que tenía la misma edad de Juliette, Cristian y los gemelos Morgan, se pasaba la mayor parte del tiempo con ellos.
Las más pequeñas de aquel concierto de niños eran Erika y Fabiana de siete años y Alba de cinco, pero si por ser las más pequeñas alguien tenía la peregrina idea de que serían más tranquilas no podían estar más alejados de la realidad, porque aquellas tres criaturas eran realmente desquiciadas y positivamente peligrosas. Aunque los gemelos Morgan no eran la clase de individuos por la que nadie se sintiese inclinado a experimentar conmiseración, ya que se pasaban la mitad de sus vidas intentando acabar con el mundo, como su hermana Erika y sus dos primas lograban lo imposible al conseguir fastidiarlos, de no haber sido porque en realidad fastidiaban a todo el que podían, las habrían premiado y casi habrían podido sentir pena por los gemelos.
Aunque como ya se ha dicho, las niñas se metían con todos, parecían sentir especial fascinación por arruinarles la vida a los gemelos y a un tercer individuo, J.B. Nadie se explicaba cómo era esto posible al menos en el caso de Albita, porque su hermano se desvivía por ella, pero eso no era un obstáculo para que la niña le hiciese las más disparatadas bromas. Este pequeño detalle fue algo que J.B. supo desde el día en que su hermana cuando aun ni siquiera podía caminar o hablar, derramó el contenido de su biberón en la cabeza del chico mientras reía con diversión. No obstante, si bien los gemelos Morgan las perseguían con el mismo ahínco, J.B. soportaba con estoicismo lo que hacía Alba y compañía y jamás las hizo víctimas de ni de sus bromas ni de su ira.
Aquel año ingresarían al colegio los gemelos Black y Rigel, por el lado de la familia, y por parte de las Valois las que comenzarían la escuela serían las hermanas de Anette, las gemelas Virgine y Nadine, de modo que cuando llegó el momento de ir al Callejón por las cosas de los chicos, Ginny se puso en comunicación con Harry para plantearle la imposibilidad de ir a hacer las compras con un ejército de veinte niños, ya que si bien ese año ingresaban solo tres de los suyos y dos de las Valois, los demás necesitaban diversas cosas y ella habría podido encargarse de comprarlo, pero en el caso de los varones lo que necesitaban eran nuevos uniformes, de manera que era sencillamente imposible llevarlos a todos y pretender pasar inadvertidos o proporcionarles una vigilancia adecuada.
Harry le envió un mensaje de vuelta diciéndole que intentaría coordinar con algunos de los chicos para que se trasladasen a Inverness y los acompañasen, pero como los días pasaban y no habían logrado venir, Cassander reunió a los chicos.
Esto se debía a que si bien tanto él como los Prewet y las Potter, tenían sangre Black y habían heredado la altura de todos estos individuos, la misma estaba en pleno desarrollo y todos habían crecido varios centímetros, algo que no sucedía con Harmony ni con Arthur a quien incluso los gemelos Black y Rigel que eran dos años menor que él, ya casi habían alcanzado.
Finalmente, la lista pasó de veinte a catorce, y aunque no era mucha diferencia como había dicho Cassander, era algo. Ginny les agradeció el esfuerzo y decidieron realizar la salida al día siguiente, algo que le notificó a Harry de inmediato. Irían con ellos Ginny, Luna, Fleur, Roxanne y Victorie que eran las más hábiles con una varita, pero también los acompañarían Fred y Silver. Daviana que era la que comandaba el escuadrón de Aurores que custodiaban a los niños, había decidido que irían Patrick y ella misma. Sin embargo, cuando llegaron al Caldero Chorreante y cuando estaban frente a la pared de ladrillos, Daviana y Patrick lanzaron un escudo protector sobre los niños y con la misma se giraron y apuntaron a tres individuos embozados que se les estaban acercando.
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Editado: 27.06.2023