Las Ruinas de Cassandrea

Cap. 53 Confesiones

 

Una vez que habían dejado la sala de profesores, Justin había informado a Alexander de lo sucedido y después de discutirlo, ambos llegaron a la conclusión de que era mejor informar a Tyler antes de que su amigo sufriese un colapso cuando recibiese la notificación de McGonagall. No obstante, no pudieron hacerlo en forma inmediata, porque cuando Cassander regresaba del campo de Quidditch a reunirse con el resto del grupo que estaba en el jardín, se presentó el problema con Johnson. Los dos Aurores corrieron hacia ellos separándolos sin dejarse ver, pero antes de que pudiesen hacer nada más, apareció el anciano maestro de Aritmancia y se hizo cargo de la situación, marchando a continuación hacia la enfermería.

  • Tú quédate aquí mientras yo voy a hablar con Tyler  --  estaba diciendo Justin a Alexander
  • Mala idea, nos dijeron que no nos moviésemos de aquí  --  le dijo Alex
  • ¿Y entonces qué? No podemos enviarle un patronus diciéndole algo como eso

Sin embargo, dos cosas les impidieron hacer nada, una que vieron acercarse Hagrid trayendo a un chico en un brazo, a Ben casi arrastrado por el otro y a la pequeña de las Potter gritándole a Ben, pero al mismo tiempo la plateada, aunque minúscula figura de un perro se materializó sobre sus hombros y escucharon la voz airada de Sirius.

 

  • ¿Qué demonios están haciendo ustedes dos? ¡Quiero verlos a ambos en el pasillo de entrada a la dirección, ya!

 

Ambos Aurores cerraron los ojos con resignación, pero antes de moverse prestaron atención para enterarse qué había sucedido con Ben y luego marcharon a toda prisa hacia donde se los llamaba.

  • No es que los padres fueran mucho mejores, pero me pregunto ¿cómo demonios han logrado sobrevivir estos chicos?  -- preguntó Justin
  • En lugar de preguntarte eso, deberías preguntarte ¿cómo vamos a sobrevivir nosotros?  --  dijo Alexander con desánimo
  • Vamos hombre, alégrate  --  dijo Justin palmeándole el hombro  --  Tal vez después de esto, Sirius nos considere poco aptos para cuidar de los angelitos y decida enviar a alguien más capaz  --  concluyó ahogando la risa

Pero por algún motivo aquello no alegraba en lo más mínimo a Alex.

 

Minerva había decidido que, dada la gravedad del asunto, era mejor hablar personalmente con los padres de Altair. A pesar de que Altair había sido muy convincente, Minerva aun pensaba que había algo mal en todo el asunto, ella conocía bien a los padres, a los abuelos y a los tíos de aquel personaje y en su mayoría habían sido auténticos dolores de cabeza especialmente en lo tocante a faldas. Los más peligrosos en aquella materia habían sido Sirius, Bill, Jason, Anthar y Louis, el primero y el último habían hecho de sus vidas amorosas un espectáculo público, mientras que Bill, Jason y Anthar habían sido un poco menos exhibicionistas, pero igualmente sinvergüenzas. James era y seguía siendo el descaro en su máxima expresión, pero siendo que se había enseriado muy temprano con Rowena, había dejado de dar problemas pronto en ese sentido, y si Louis no se alzó con el oro en aquel renglón, fue porque dejó la escuela antes de cumplir los quince, de manera que si bien Tyler no era hijo biológico de Sirius y su hijo no tendría por qué haber heredado el particular y problemático encanto de éste, Altair tenía una carga genética igualmente peligrosa, porque era nieto de Bill, hijo de Dominique y sobrino de Louis.

Sin embargo, si bien Minerva sabía todo lo anterior, también sabía que ninguno de ellos habría actuado jamás como Altair acababa de reconocer que lo había hecho, y los conocía lo suficiente como para saber que habían educado a sus vástagos según sus mismas reglas y códigos de conducta, de manera que seguía pensando que en todo aquello había algo que no encajaba. No obstante, Altair había hecho su confesión en medio de una sala llena de profesores y no había manera de que ella pasase la cuestión por alto, aunque personalmente pensase que le estaba mintiendo. Fue por eso que decidió llamar a los padres del chico e intentar que ellos razonasen con él y lo hiciesen modificar su absurda declaración, porque de otra manera ella no podría revocar el castigo.

Aunque Minerva había citado específica y únicamente a los padres del chico, sabía por experiencia que no había forma de que viniesen ellos solos, de modo que se preparó a recibir a todo el conjunto, y aunque en realidad no fueron todos, con los que se presentaron igual eran muchos, ya que estaban todos los Black, Bill, Fleur, Lyra y Jason que seguía siendo considerado por todos como el hijo mayor de Sirius.

El asunto fue que después de escucharla, Anthar y Rowena montaron en cólera, Tyler estaba más pálido que sir Nicholas, Dominique tenía expresión hermética, Lyra miraba a Minerva con expresión de pena, mientras que Jason había invertido el tiempo en ver con exactitud toda la escena desarrollada en la sala de profesores y tenía la ventaja de haber visto las actitudes de Anette y de Altair, pero estando recién salido del hospital no tuvo ocasión de decir nada, porque se fue de lado, aunque no perdió el sentido. Entre tanto Sirius había recuperado la voz y el mal genio al mismo tiempo.

  • ¡Eso no puede ser cierto y quiero hablar con mi nieto ya!  --  estaba gritando 
  • Sirius, ¿no me escuchaste? El mismo Altair vino a decírmelo, y si los llamé fue…
  • ¡Me importa un demonio si vino el mismísimo Merlín a decírtelo!  --  la interrumpió él fuera de sí
  • Sirius por favor, déjala hablar  --  le dijo Grace que había recuperado la voz, aunque seguía teniendo aspecto de estar muy enferma




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.