Las Ruinas de Cassandrea

Cap. 56 Entre Hogsmeade y Hogwarts

 

Como Altair no iba ninguna parte, ese día se había levantado después que sus primos, pero a pesar de que él no saldría, se vistió con el mismo esmero de costumbre y bajó a la sala común. Después de desayunar, buscó unos libros y se sentó a adelantar sus deberes, pero al poco rato de haber iniciado el trabajo, sintió que se abría la puerta y vio aparecer a Erika y a Fabiana en compañía de dos compañeros de la primera, Carol Smith y Vladislav Zhdánov.

Vladislav era uno de los refugiados del programa implantado por el departamento de Aurores, pero tanto él como su hermano mayor, Iván, habían ingresado a ese programa no por ser hijos de muggles, sino porque sus padres habían sido asesinados por Zly Novikov, uno de los hombres de Jensy. Cuando los Zhdánov comenzaron a ser perseguidos por aquellos psicópatas, pidieron ayuda al ministerio inglés en el sentido de que sus hijos fuesen protegidos y fue así como los niños terminaron en el refugio, pero nunca más pudieron volver a ver a sus padres.

Vladislav era alegre y hablador, había iniciado sus estudios el año anterior, así que iba al mismo curso de Erika Morgan, y por su talante desenfadado y por estar siempre dispuesto a participar en cualquier diablura, había sido rápidamente aceptado por la familia con la única excepción de J.B., que parecía tenerlo atravesado en la garganta y nadie sabía por qué.

Iván iba al mismo curso de Aydan, pero había ingresado a Hogwarts cuando éste iba a segundo que fue cuando fueron sacados de su país. Este chico era todo lo opuesto a su hermano menor, era silencioso, extremadamente tranquilo y las diferencias se extendían hasta el hecho de que mientras Vladislav había sido enviado a Gryffindor, Iván era un Ravenclaw e indudablemente brillante, pero por todo lo anterior, tenía escasa relación con sus compañeros, y los miembros de la familia si bien habían aceptado a Vladislav, no tenían ningún contacto con su silencioso hermano mayor y de hecho los únicos que podían decir que por lo menos sabían quién era, aunque no mucho más, eran Aydan, Axel y Oriana.

Los Zhdánov tenían el aspecto de los hijos de su tierra, es decir, eran muy altos y tenían el cabello y los ojos negros como la noche. A pesar de que Vladislav tenía la misma edad de Erika, Rigel y las gemelas conversaban mucho con el niño, ya que Anthar había enseñado a sus hijos el idioma con el que él había aprendido a hablar para consternación de Sirius que jamás pudo encajar bien ese hecho, ya que le recordaba dolorosamente el tiempo que había estado separado de su hijo, pero el asunto era que tanto Rigel como las gemelas hablaban con fluidez el ruso, lo que encantaba a Vladislav y lo habían ayudado mucho con lo que no comprendía.

Altair no había prestado mucha atención, y una vez que vio de quiénes se trataba, siguió trabajando en su redacción de Transformaciones hasta que escuchó su nombre y en un tono de alarma.

  • ¡Altair!  -- lo había llamado Erika y él había girado la cabeza con rapidez
  • ¿Qué sucede?

Sin embargo, no había esperado a que se lo dijese, porque al volverse había visto aparte de la cara de susto de Erika, a Fabiana tendida sobre el sillón, de modo que se había movido a toda prisa hacia allá con una creciente sensación de desastre, porque ver a Fabiana tranquila era algo totalmente fuera de lo normal, ya que la pequeña pelirroja era la misma clase de terremoto que Erika y Alba.

  • Fabi  --  dijo haciendo a un lado a Erika y arrodillándose al lado del sillón

No obstante, su alarma creció al verla tan pálida y al tocarla comprobó que tenía mucha temperatura.

  • Me duele  --  dijo la chiquita
  • ¿Dónde te duele, nena?  -- preguntó, pero al mimo tiempo  --  Alcáncenme mi varita  --  pidió y Vladislav se movió con rapidez hacia la mesa donde Altair había estado trabajando
  • El estómago  --  le contestó la niña
  • Quizá es por tanto dulce  --  dijo Carol con voz llorosa

Altair echó un rápido vistazo al montón de envoltorios, pero a menos que se hubiese comido alguno de los productos de S.W. y lo dudaba mucho, porque ellas los conocían bien, él estaba seguro que en otras ocasiones habían comido mucho más de la cantidad que evidenciaban los envoltorios. Pero no se distrajo en eso y comenzó a pasar su varita por el abdomen de la niña, y unos segundos después quien perdió el color fue él. Agitó su varita y luego alzó en brazos a la niña.

  • No te preocupes, voy a llevarte a la enfermería ¿bueno?  --  le dijo y comenzó a caminar hacia la puerta
  • Pero… no puedes salir, van a reñirte  --  dijo Carol en tono histérico
  • Tranquila linda, esto es una emergencia   --  le dijo él

Abandonó la torre y corrió hacia la enfermería con los otros tres niños corriendo tras él, pero en cuanto llegaron, ya Tyler y Rose los estaban esperando. Antes de salir, Altair había enviado un mensaje a su padre diciéndole que tenían una emergencia y que le urgía que se presentase lo antes posible en la enfermería de la escuela. Como Tyler se encontraba en el hospital al igual que Rose, ambos habían salido de inmediato.

  • ¿Qué sucedió?  --  preguntó Tyler al ver entrar a su hijo con Fabiana en brazos
  • Me gustaría estar equivocado papá, pero todo parece indicar que Fabi tiene una apendicitis  --  le dijo mientras colocaba a la niña sobre una cama




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