Las Ruinas de Cassandrea

Cap. 72 Tensión

 

El viaje transcurrió sin mayores inconvenientes salvo por la ira de los gemelos cuando se enteraron que Andrevich no iba en el expreso.

  • ¡Genial!  --  exclamaron ambos  --  Ahora si es verdad que aquellos dos nos van a matar  --  dijo Jean Paul
  • Espero que recuerdes cómo queremos nuestro funeral  --  dijo J.L. y abandonó el compartimiento dando un portazo

Por lo demás, todo marchó bien hasta que llegaron a la estación. Jason sonrió al ver a su hija, pero le bastaron unos pocos segundos para saber que ella no parecía en lo más mínimo contenta.

  • Bienvenida, bebé  --  la saludó con cautela
  • Hola, papá  --  dijo ella, pero sin la efusividad de costumbre y se giró hacia Lyra que estaba en peor estado que Jason y la abrazó  --  Hola, mamá
  • ¿Cómo estás, cariño?
  • Bien
  • ¿Y el señor Andrevich?  --  preguntó Jason recibiendo una mirada poco amistosa de su hija
  • No podrá venir, su tía está muy grave
  • Vaya, lo lamento  --  dijo él
  • ¿Y tus hermanos?  --  preguntó Lyra
  • No tengo idea  --  dijo ella y se apartó para saludar a Remus
  • Jey…
  • Calma, Nena  --  le dijo él  --  vamos a averiguar qué está sucediendo

Una vez que todos estuvieron reunidos y antes de que Lyra y Jason tuviesen oportunidad de preguntar por sus hijos de nuevo, se acercó Altair.

  • Tío, por razones que te explicaremos al llegar a casa, tuvimos que enviar a Sander y a Aydan por otros medios  --  le dijo

Siendo que Jason no era estúpido y sabía que Altair tampoco, decidió aguardar sin hacer preguntas y se apresuró a trasladarlos a todos a Inverness. Los chicos saludaron a los que no habían ido a la estación y acto seguido Jason les hizo señas a Altair y a Ben para que lo siguiesen, sujetó la mano de Lyra y caminaron hacia el estudio.

  • ¿Y bien? ¿Qué es lo que está sucediendo?

Ben y Altair iniciaron su relato, pero a medida que avanzaban en el mismo, la expresión de Jason iba tornándose más sombría, mientras que la de Lyra había pasado por varios estados estacionándose finalmente en la ira.

  • Por esa razón pensé que era mejor enviarlos a casa de esa manera  --  finalizó Altair  --  así que asumo toda la responsabilidad dejando claro que mis hermanos solo obedecieron mis órdenes
  • Descuida  --  le dijo Jason  --  tomaste una buena decisión y yo me encargaré de ellos para que dejen en paz a los gemelos
  • Gracias tío
  • No, gracias a ti  --  dijo y luego miro a Ben  --  a ustedes, porque estoy seguro que haz hecho más de lo que dices Ben

Después de eso, los chicos quedaron libres para ir a sus habitaciones a cambiarse, mientras que Lyra había comenzado a tirar todo cuanto se le ponía al frente.

  • Nena…
  • ¡Ese mal nacido infeliz!
  • Nena por favor, necesito que te calmes  --  le dijo él
  • ¿Qué me calme? ¿Te das cuenta que ese desgraciado está destruyendo a mi familia?  --  le gritó
  • También es la mía, Nena  --  dijo él con tanta serenidad como pudo encontrar

La cuestión era que conocía lo suficiente a su mujer como para saber que calmarla no iba a resultar tan fácil, Lyra seguía lanzándolo todo y para empeorar la situación, en ese momento entraron dos personajes que no ayudarían en nada tranquilizarla.

  • ¡Ly!  --  exclamó Anthar mientras James con sus excepcionales reflejos detenía un objeto que había estado a punto de estrellarse contra la cabeza de Anthar
  • ¿Qué es lo que está pasando?  --  preguntó a su vez James

Lyra les hizo un rápido, pero muy ácido resumen de lo que los chicos les habían contado, uniéndose James y Anthar al concierto de insultos. Jason se llevó una mano a la frente y después de dejar que aquellos tres despotricaran unos minutos más, se acercó a Lyra sujetándola por los hombros.

  • Nena, no podemos permitir que ese pequeño infeliz nos haga pelearnos entre nosotros
  • ¡Por si no la has notado, genio, ya lo consiguió!  --  vociferó James
  • Precisamente  --  dijo y miró de nuevo a Lyra  --  ahora es cuando nuestros hijos más nos necesitan, Nena, no podemos darnos el lujo de fallarles

Acto seguido y en una reacción muy impropia de ella, Lyra comenzó a llorar. Aquello tuvo el mismo pésimo efecto ya no solo en James y Anthar, sino en el mismo Jason que jamás en toda la vida de Lyra, había soportado sus lágrimas. De modo que mientras la estrechaba contra su pecho, los otros dos vieron el sucesivo y violento cambio de colores en los ojos de Jason y se tranquilizaron, porque aquello era un claro y seguro indicativo de que el mal nacido de Andrevich tenía sus días contados.

  • No puedo con esto, Jey  -- dijo cuando estuvo algo más tranquila  --  son mis bebés y ahora ni siquiera se hablan
  • Y yo te juro que voy a resolverlo, Nena  -- le prometió él




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