Sandy no se había distinguido nunca por su discreción, y al igual que su madre, parecía no saber para qué existían las puertas, porque a primera hora de la mañana irrumpió en la habitación de Ben y sin pensarlo mucho tiró de las mantas haciendo que el chico despertase sobresaltado.
A pesar de que se había pasado casi toda su vida en aquella casa, y Sandy nunca se había comportado de otra manera, Ben seguía despertando con la misma sensación de angustia cada vez que ella hacía aquello. Afortunadamente para él, no siempre era el primer blanco de Sandy cada día y la mayor parte del tiempo él ya estaba despierto cuando ella entraba a buscarlo, pero teniendo en cuenta que el día anterior cuando llegó del hospital en lugar de irse a descansar se había quedado con Cassandrea contándole lo sucedido con el mayor lujo de detalles o ella no lo habría dejado en paz, y se había acostado muy tarde, sumado al cansancio que ya traía, el pobre chico estaba agotado y se había quedado dormido.
Aquella advertencia demostraba lo bien que la conocía, porque precisamente ella había estado pensando que había sido un error ir por él, pero que aun podía marcharse antes de que saliese del baño. No obstante, una vez recibida la advertencia, ella sabía que era mal asunto desobedecerlo, porque Ben era un amor en todos los sentidos posibles, capaz de hacer cualquier cosa por ella siempre y cuando esto no involucrase su salud, y había sido así desde siempre, aun antes de tener ningún conocimiento de sanación. Así que tomó la sana decisión de recostarse en la cama disponiéndose a esperarlo y sus recuerdos viajaron al día que se había herido con una estaca durante celebración del sexto cumpleaños de los gemelos Black. En esa oportunidad, Ben se había peleado con su propia madre para que lo dejase ir y quedarse en Inverness aquella noche, y luego con Jason y con Lyra para que lo dejasen quedarse con Cassandrea; en ese momento la chica sonrió, porque recordó también que a pesar de que Jason se había negado en redondo, Ben igual había esperado que todos se fuesen a dormir escabulléndose luego y quedándose toda la noche donde había tenido intención de hacerlo desde el inicio. Lo que ellos nunca supieron, fue que Jason había ido a ver a su hija mucho más tarde como cabía esperar y se había encontrado con Ben sentado en el piso al lado de la cama de Cassandrea y que se había quedado dormido sujetando su mano. Y si no se enteraron de esto, fue porque el sanador había decidido dejarlo tranquilo, ya que pensaba que Ben se había ganado ese derecho, porque con su actitud estaba demostrando no solo su amor y lealtad hacia su hija, sino también una decisión más allá de lo cuestionable. Sin embargo, Ben se había portado muy odioso con ella, o al menos eso pensó la niña en aquel entonces, al no dejarla levantarse al día siguiente y había comenzado a vociferar cuando ella había intentado hacerlo a un lado en forma poco delicada, logrando con esto que Jason llegase de inmediato. Aquello le había costado a Ben que Cassandrea pasase todo el día sin hablarle, pero él siguió inamovible, de modo que a ella le había quedado claro que podía obtener casi cualquier cosa de él, pero jamás nada que pusiese en peligro su salud y así había continuado siendo a lo largo de sus vidas.
Por todo lo anterior, Cassandrea sabía que, si se le ocurría marcharse, algo que podía hacer sin duda alguna, también sabía que con ello incurriría en la peligrosa ira de Ben.
Ben salió del baño y Cassandrea sonrió en forma maligna y seguramente estaba a punto de decir algo que pondría muy incómodo a Ben, cuando otra presencia la interrumpió.
Louis había ido a casa en compañía de Jason y de James, ya que los tres necesitaban un baño y un cambio de ropas, y como de costumbre venía practicando lo que parecía ser su deporte favorito, mortificar a Jason.
Toda la cháchara de Louis se debía a que había ido a ver a Lyra antes de ir a casa y los había sorprendido en medio de un apasionado beso, ganándose por supuesto un furioso grito de Jason ordenándole largarse. Si se hubiese tratado de otra persona, sin duda se habría ido muy de prisa, pero no había ninguna posibilidad de que Louis le obedeciese por las buenas y, por el contrario, se había puesto a darle clases de buenas costumbres mientras Lyra había estado riéndose y encima lo había enviado a casa con él. Mientras James se burlaba de lo que estaba diciendo Louis en aquel momento, Jason había llegado al límite de su paciencia que con relación a Louis siempre era escasa, y lo había lanzado contra la pared sin darle tiempo a esquivarlo.
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Editado: 27.06.2023