Durante la madrugada en la que se llevó a cabo el enfrentamiento entre los Aurores y los hombres de Jensy, en Călărași, lugar donde había establecido su base de operaciones este individuo, se respiraba un ambiente de tensión. Weiss y Evil no podían estar de peor humor, ya que estaban en la no deseada compañía de Raziel que caminaba de un lado a otro como una bestia enjaulada.
Cuando Übel había regresado medio muerto y había explicado lo sucedido, Jensy le había ordenado a Evil hacerse cargo de las heridas de Übel y había enviado a Kaylo y a Zly a terminar con el trabajo, pero Evil había concluido con la atención de Übel y los demás aun no habían vuelto.
Un observador que no conociese mucho a Raziel, habría podido pensar que estaba preocupado por su hermano, pero en realidad estaba furioso porque Jensy no lo había dejado ir a hacerse cargo de aquellas molestias.
Finalmente, Kaylo había regresado primero con varias heridas y sin buenas noticias, seguido un poco después por Zly y con noticias aun peores. Jensy había escuchado en silencio el informe de cada uno, y aparte de no solidarizarse con ninguno de los dos ni por sus heridas ni por su rabia, se atrincheró en su propia ira por la perdida de otra locación y de muchos de sus hombres, algo que no le interesaba a nivel humano sino numérico, ya que sus fuerzas disminuían y eso lo ponía furioso. Después de eso los sometió a un despiadado interrogatorio, lo que no solo aumentó su ya desmedida furia, sino que agregó preocupación al escuchar como los más jóvenes de aquellas odiadas familias habían desempeñado un importante papel, y de hecho uno casi había matado a Zly.
Jensy guardó silencio durante unos minutos analizando con cuidado lo que sabía y lo que acababan de informarle, y después miró a Raziel. Hasta ese momento Raziel había estado en tenso silencio, pero todos sabían que estaba a punto de estallar, pues sus ojos danzaban de manera enloquecida y su mano se abría y se cerraba en forma espasmódica, y eso era signo inequívoco de que alguien estaba a punto de morir, de manera que ninguno quería estar cerca de aquella bomba de tiempo, aunque no tenían opción.
Todos sabían que Raziel era un sádico y peligroso asesino, pero no veían como su presencia habría cambiado el resultado de los acontecimientos. No obstante, a nadie se le habría ocurrido contradecirlo en ese momento.
Nadie sabía muy bien de dónde obtenía Raziel la información, pero evidentemente siempre era acertada, todo lo que sabían era que aparte de hacer lo que fuere estuviese haciendo en Grecia para encontrar lo que Jensy le había encargado, también tenía una misión en Inglaterra. Los restantes miembros del grupo agradecían en silencio tantas ocupaciones como parecía tener Raziel, ya que eso les evitaba tener que verlo mucho, pero los decomponía que siempre estuviese tan al tanto de todo y manejase mucha más información que ellos, así que suponían que su contacto en Inglaterra era extraordinariamente bueno.
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Editado: 27.06.2023