Cap. 110 Comienza el horror

Cuando los grupos de Aurores que estaban en el bosque recibieron el mensaje de David Wiler, la mayoría volvió de forma inmediata, pero en el caso de aquellos donde iban Lyra, Anthar y James al igual que les sucedió a Jason y a Louis, estaban divididos entre la necesidad de ir a ayudar en la escuela y encontrar a Sandy. Sin embargo, tanto los unos como los otros sabían que tenían poca o ninguna posibilidad de encontrarla, porque ya hacía rato que habían llegado a los límites y era casi seguro que ya no estuviese al alcance, el problema era aceptarlo, al menos para algunos de ellos.

Jason tenía el corazón hecho pedazos, pero él sabía que su hija no estaba allí. Cassander también lo sabía, pero se negaba a aceptarlo, de modo que Ben, Altair y Arthur la estaban teniendo difícil con él mientras que Jason, haciendo acopio de valor, intentaba convencer a Louis.

• ¡Maldita sea, Jason! ¡Es tú hija!
• ¿Y crees que para mí es fácil? Porque no lo es, pero tenemos a más de una docena de nuestros hijos y sobrinos allá y también nos necesitan
• ¡Pues vete tú, porque yo no voy a ir a ninguna parte hasta encontrarla!
• Louis -- intentó Jason de nuevo -- sé consecuente, mira dónde estamos ¿crees realmente que aun esté aquí? Tendremos más oportunidad si podemos atrapar a alguno de los mal nacidos aquellos, y si no es con ellos, entonces buscaremos la manera, pero quedarte aquí solo es…
• ¡Es justamente lo que voy a hacer!  --  lo interrumpió Louis y comenzó a caminar de nuevo
• Tío -- lo atajó Altair -- no me gusta más que a ti, pero tío Jey tiene razón, en este momento no podemos hacer nada por Sandy, mientras que sí podemos hacerlo por los demás, piensa en Niki, en Linie, en Juliette, ellas están allá enfrentándose a quién sabe qué o a cuántos mientras nosotros estamos aquí discutiendo

Cassander que, si bien no se había tranquilizado por completo y seguía pensando igual que Louis, repentinamente recordó a Arkania y sin más trámite se desapareció arrastrando con él a Ben y a Arthur que aun lo tenían sujeto.

Normalmente Louis era inmune a una habilidad que él poseía, pero Jason percibió con claridad la brecha que había abierto Altair en la coraza de indiferencia de Louis hacia todo lo que no fuese Cassandrea, y la aprovechó tanto como le fue posible con la resultante de que unos segundos después estaban apareciendo en los jardines de la escuela, y lo que vieron los alteró en demasía. Los tres se olvidaron de las precauciones y atacaron con todo su poder abriéndose paso hacia el interior.

J.B. y Antares no habían podido cumplir la orden de Aydan, porque eran tantos los atacantes que vadearlos para conseguir llevar a los demás hacia el séptimo piso les había resultado imposible, de modo que enviaron un mensaje a los gemelos y éstos aseguraron la sala dejando a las niñas y a Vladislav al cuidado de los gemelos Morgan y volvieron al lugar del conflicto.

Becky, Jacob, Steffano y Anette habían logrado abrirse paso hasta el interior del comedor donde los profesores intentaban resguardar a los alumnos más pequeños conduciéndolos hacia la antecámara, de modo que ellos se abrieron paso como pudieron hasta esa zona para ayudar, pero mientras Becky y Anette cubrían a la profesora Sinistra para que ésta pudiese hacer pasar a los niños, un grupo se les fue encima y Jacob corrió para ayudar, pero fue alcanzado cuando se interpuso entre un rayo y Becky cayéndole prácticamente encima a ella. Las gemelas Black y Axel que también habían logrado abrirse paso, corrieron en aquella dirección y llegaron casi justo cuando Jacob había caído y Anette estaba a punto de hacerlo al descuidarse. Steffano la empujó al piso haciéndose cargo de los que la estaban atacando y Axel acudió en su ayuda. Becky no estaba herida, pero había caído por el peso de Jacob e intentaba que se apartara.

• Jacob, déjame ver…  --  estaba diciendo

Sin embargo, cuando logró apartarlo, la terrible realidad la golpeó con toda su fuerza al ver los ojos de Jacob fijos y sin vida. Becky lanzó un desgarrador grito que hirió dolorosamente los oídos de las gemelas que sabían perfectamente lo que había sucedido, pero no podían darse el lujo de detenerse a consolar a su prima si querían seguir con vida y salvaguardar la de ella, algo que se esforzaban en hacer Axel y Steffano con Anette que había sido la primera en darse cuenta de la muerte de Jacob.

Albus había logrado abrirse paso hasta el vestíbulo, y en cuanto vio a su hijo y a Antares luchando a brazo partido por proteger a Federica, Camille, Monique y otro grupo de niños, se había ido derecho hacia ellos sin tener ni la más mínima consideración con nadie.

• ¡Papá!  -- exclamó J.B. al verlo  --  Aydan nos dijo que las llevásemos a la sala de los menesteres, pero no hemos podido
• Yo me encargo  --  le dijo Albus

Pero si Albus tenía la peregrina idea de llevar a su hijo y a su sobrino también, está desapareció junto con aquel par de muchachitos que, una vez delegada la responsabilidad en él, corrieron en otra dirección. Albus juntó a los niños y se desapareció con ellos, los aseguró en la sala y regresó, pero al hacerlo se encontró con quien menos esperaba ver allí en ese momento.

• ¡Wiler! ¿Qué demonios hace usted aquí?
• ¿Qué parece que hago, señor?