Cap. 114
El lugar en el que se encontraban Altair y Ben si bien tenía el más obvio de los implementos que lo identificaban como una celda, ya que estaban firmemente encadenados, carecía de rejas, y un momento después de escuchar los pasos que se aceraban, vieron aparecer a varios individuos y al menos en el caso de Altair reconoció a uno de ellos.
- Volvemos a vernos, señor Black -- dijo Zly
- Y no puedo decir que sea un placer aparte de que tu hospitalidad deja mucho que desear, lo que a su vez demuestra tu condición -- dijo él con suprema tranquilidad y a Ben le provocó golpearlo, ya que no pensaba que aquel sujeto estuviese como para bromas y menos aun para insultos fuesen éstos velados o no
- ¿Te crees muy gracioso, niño? -- preguntó Zly, auque sin acercarse mucho
- Bueno, normalmente me encuentran bastante gracioso, aunque tu opinión particular no puedo decir que me interese y de hecho dudo mucho que hayas encontrado gracioso nuestro último encuentro -- contestó esbozando una fría sonrisa y mirándolo con fijeza
Uno de los individuos que lo acompañaba se movió con rapidez, y sujetando a Ben le puso un cuchillo en la garganta, lo que automáticamente paralizó a Altair.
- Aclaremos, niño -- dijo Zly acercándose -- si vuelves a intentar algo como lo de la vez anterior, mi amigo le cortará el cuello al tuyo
Ben no podía ver a Altair, porque el hombre que lo tenía agarrado tenía su cabeza en una muy forzada posición, pero pensó que cualquier cosa que Altair pensase hacer y si eso contribuía de algún modo a que su primo pudiese liberarse, debía hacerlo, pero, aunque en la posición en la que lo tenían no podía moverse, eso ciertamente no le impedía hablar.
- No lo escuches, Altair, nos…
Sin embargo, no pudo concluir, porque sintió un espantoso dolor que lo hizo callar, algo que le había producido Altair justamente con ese fin al ver un hilo de sangre que comenzaba a deslizarse por su cuello y que le indicaba con claridad, que estaban realmente dispuestos a cortarle la garganta.
- Y tú eres el señor Stone -- dijo Zly acercándose a Ben
- ¿Y tú quien demonios eres? -- preguntó Ben a su vez en cuanto Altair dejó de causarle dolor
- Mi nombre es Zly Novikov, pero eso es irrelevante, ya que no vivirás lo suficiente como para que te importe
- Bueno, al menos sabré quien va a matarme
- Te equivocas, señor Stone, aunque tal vez desearás haber muerto esta noche, porque créeme cuando te digo que el individuo que quiere tu cabeza, es alguien en cuyo camino no debiste atravesarte nunca
- Si te estás refiriendo a Andrevich… -- estaba diciendo Ben, pero fue interrumpido por una risa
Tanto Altair como Ben giraron las cabezas hacia el lugar de procedencia de la misma y vieron que una alta figura se aproximaba, pero aun no podían ver su rostro. Una vez que estuvo más cerca, Zly y el individuo que había tenido a Ben sujeto se hicieron a un lado y fue cuando el recién llegado se hizo visible para los chicos. Se trataba de un hombre que debía tener una edad aproximada a la que tenían sus padres o tal vez menos, no estaban muy seguros de eso; una larga cabellera negra y unos ojos verde intenso con un claro destello de crueldad. Aunque ellos eran chicos, fueron conscientes de que aquel individuo sin duda era considerado por las damas como un sujeto extraordinariamente apuesto, ya que su rostro parecía el de una escultura griega.
- Puedes dejar de preocuparte por Anteros Andrevich, Stone -- dijo el sujeto con una voz tan fría como la piel de una serpiente
- ¿Y por quién debo preocuparme ahora?
- Yo diría… -- comenzó, pero extendió la mano hacia el individuo que había tenido sujeto a Ben y éste le entregó el arma -- Como decía, quien debe preocuparte soy yo -- dijo hundiéndole la filosa hoja en un costado con la mayor frialdad, aunque no lo suficiente como para matarlo
- ¡Maldito infeliz! -- vociferó Altair y un segundo después estaba tirado en el piso y sangrando por la nariz y la boca
- ¡Ey! -- dijo Zly -- Black es mío
- Entonces haz que se calle o yo lo callaré para siempre -- advirtió y volvió a concentrarse en Ben -- ¿Dónde estábamos? -- preguntó, pero Ben estaba muy ocupado intentando sanar la herida que él acababa de hacerle -- Ah sí, te decía que es a mí a quien deberías temer, aunque eso no va a servirte de nada, puesto que igual voy a matarte
- ¿Y puedo saber la razón? -- preguntó Ben con la voz tensa por el dolor
- Veamos, primero porque eres demasiado molesto, segundo porque te has dedicado a fastidiarme, y tercero, simplemente porque se me da la gana
- Maravillosa razón esa última -- dijo Ben mientras miraba de reojo a Altair que al igual que él había estado recuperándose de lo que fuera que le había hecho aquel desgraciado, así que volvió a concentrarse en su desconocido interlocutor -- Tengo curiosidad, porque siendo que es la primera vez que te veo, no logro entender cómo es que he podido fastidiarte
- No Stone, no es la primera vez que me ves -- y ante los muy asombrados ojos de Ben e incluso de Altair, aunque no estaba viéndolo tan bien como Ben, el sujeto se transformó en la muy conocida figura de Anteros -- ¿Te luzco más familiar así? -- preguntó con sorna y Ben tardó unos segundos antes de sobreponerse a la sorpresa
- ¿Quién demonios eres tú? -- pregunto Ben mientras él recuperaba su anterior apariencia
- Raziel Jelinek, aunque para ti, soy tu peor pesadilla, Stone