Jack
Durante la semana de preparativos, casi no pude ver a Ava, los preparativos sacaban mucho tiempo, no sabía que organizar un main café costará tanto trabajo
- hola Jack - levantó mi mirada y veo a Gabriel el amigo de Ava
- hola ¿Que pasa ?- el me sonrió y se acerca a mi
- voy a tocar al final del festival deportivo, ¿Puedes ayudarme hacer la cancelación?- lo miro sorprendido
- ¿Por que yo?
- me gusta como tocas el piano y la guitarra, tengo la canción pero no la melodía - asiento
- Claro te ayudo pero ¿Por que quieres hacerlo? Jamás te e escuchado tocar en público además del club - Gabriel sonrió
- hay un rubor que dice que si haces un regalo especial y se lo das a la chica que te gusta y ella lo acepta estarán juntos por siempre - asiento sorprendido la verdad no había escuchado ese rubor, me pregunto si será verdad... espera dijo declarar ¿a quien le va a declarar Gabriel? Pienso y poco y abro los ojos para mirar a Gabriel
- te le vas a declarar a Gabriela - Gabriel se pone rojo y para mi esa es la respuesta, así que sonrió - ánimo - el asiente con una sonrisa
Así que un regalo para la chica que te gusta ...¿Debería darle algo a Ava?¿Estaremos a ese nivel de la relación?¿Que podrían darle?¿Que le gustaría?
Durante la semana estuve buscando que tipo de regalo sería el adecuado para ava, sin darme cuenta el día del festival llegó
Estaba atendiendo las mesas hasta que mis ojos se abrieron, era Ava usando su uniforme de porrista, dios se veía super hermosa que casi se me cae la bandeja
No sé cómo hice para poder atenderla sin que mi cara se ponga roja, su que fue una locura lograr verme genial, o eso quiero pensar por las expresiones de Ava y la sonrisa de Gabriela
Estaba terminando mi turnos cuando unos chicos del equipo de fútbol llegaron a mi
- Jack te necesitamos - ellos se me acercan casi pegándose a mi
- ¿que?- los miro entre asustado y confundido
- uno de los jugadores se lastimó y necesitamos que nos ayudes a remplazarlo - abro mis ojos
- pero yo no sé nada de fútbol - todos se me acercan más a mi cosa que me hace sentir más incómodo
- no es necesario, solo tienes que ser el portero - me puse algo incómodo y tenso, la verdad no soy bueno en los deportes pero vi la cara del capitán del equipo de fútbol que solo pude suspirar
- está bien - la cara del capitán cambio de pánico a alegría
- gracias eres el mejor - me abrazo y yo me tense
¿Por que me meti en esto?
El sol se ponía, tiñendo el campo de un naranja sucio. Me ajusté esos guantes de portero ridículos. Nunca había jugado ahí. Ni siquiera jugaba en el equipo. Solo estaba cubriendo al tipo que se había lesionado y, sinceramente, sentía que estaba haciendo el ridículo.
Levanté la vista, echando un vistazo rápido a la grada. Y ahí estaba ella. Ava.
Se veía diferente. No era la chica que veía en los pasillos, con la nariz metida en un libro, lanzándome miradas rápidas.
Ahora era una animadora, su cabello castaño rizado saltaba mientras se movía.
Lo importante, lo que me revolvió el estómago, era que sus ojos color miel estaban fijos en mí.
Ella estaba sonriendo, no a una amiga, sino a mí. Y esa sonrisa era jodidamente... brillante.
El silbato me sacó de golpe de mi estupor. A concentrarse.
El partido se puso feo rápido. El delantero del otro equipo era un toro. Se abrió camino y de repente, el balón venía hacia mí como un misil. Todo se ralentizó. El ruido se ahogó. Me lancé, una decisión que no procesé, y estiré las manos.
El impacto me hizo temblar hasta los dientes. Sentí el dolor punzante en la palma, pero las manos estaban cerradas. Lo había detenido.
Un rugido me golpeó. La gente gritaba, pero no me importó. Lo que me hizo parar fue una voz en particular, una que cortó todo el ruido.
"¡Vamos, Jack, tú puedes!"
Era Ava. Me estaba animando. A mí. El tipo rudo y silencioso al que solo miraba de lejos. Sentí que se me subía el calor al cuello. Por primera vez, en lugar de querer salir corriendo, quise quedarme ahí y demostrarle que era duro de verdad.
Me levanté, escupí un poco de tierra. No voy a fallar. No delante de ella.
El resto del juego fue una especie de trance. Cada vez que el balón venía, lo veía como una amenaza que debía anular. Un tiro se elevó, alto. Salté, estirando cada centímetro de mi 1.80m, y sentí que la punta de mis dedos desviaba el balón por encima del travesaño.
La gente enloqueció. Miré a Ava. Sus ojos brillaban y su sonrisa era una mezcla de asombro y pura alegría. Esa mirada... me hizo sentir algo que no entendía, pero que me gustaba.
Cuando el árbitro pitó el final (1-0, habíamos ganado, y yo no había dejado pasar nada), me quité esos guantes sudorosos. No escuchaba a mis compañeros gritar. Solo la vi a ella. Estaba corriendo hacia mí.
"¡Estuviste increíble!"
Y luego, sucedió. Se me echó encima. Me abrazó fuerte, tan natural y espontánea. Olía a ese perfume dulce que usaba. Mi cuerpo se quedó tenso. No sabía qué hacer con mis brazos. Nunca nadie me abrazaba así.
pwro para mí fue suficiente, la abrazo con fuerza y le doy vueltas en el mismo lugar con una sonrisa
- gracias por animarme -ella me sonrió
- es mi trabajo apoyar a mi...novio - esas palabras hicieron que mi corazón se acelera y sonreír
- eres la mejor novia - no pude evitarlo más y me acerque a ella para empezar a besarla, cosa que ella correspondió
Ese beso me había hecho sentir más fuerte que cualquier parada que hice hoy. Me hizo sentir... visto.
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Editado: 19.11.2025