10: La boda que nunca soñó.✓

Capítulo final y estoy súper sensible por eso🥺, Arencito durante todo este mes se ha vuelto mi casa, mi lugar seguro a dónde ir cuando mi corazón se siente triste. Y darle su final… admito que es el primer libro que termino, es una extraña combinación entre nostalgia y felicidad.

Solo disfruten del libro y recuerden que hace parte de una saga, próximamente Disponible aquí.💙

Narrador.

Jasmine en la habitación de Ala se termina de aplicar en maquillaje en compañía de las hermanas de su futuro esposo. Ambas rubias le ayudan a ponerle su velo de novia que cubrirá sus ojos para que no vea a nadie más cuando camine, solo será quitado por Alec en el altar.

—¿Nerviosa Jasmine? —le pregunta Ala, entregándole el ramo de rosas blancas y tulipanes.

—Siento las náuseas en la garganta.—ríe nerviosa jugando con sus manos.

—Estás hermosa, estoy segura que Alexandre le encantará tu vestido.—Era de estilo sirena ceñido a su cuerpo, con la espalda descubierta y de escote corazón pronunciado, y su velo frondoso en color blanco con una especie de diadema llena de piedritas brillantes.

—¿Alenna tiene mi anillo? —le pregunta la pelinegra a la rubia.

—Si, aquí está.—Jasmine asiente y camina hasta la puerta, donde se queda parada para aspirar aire nuevo y seguir caminando con ambas chicas siguiendo sus pasos torpes y nerviosos.

La boda entre Alexandre y Jasmine se celebraría en la mansión de la familia Campbell, en su espacioso trasero. En el inicio de las escaleras esperaba por Jasmine, su padre Jonás, con los ojos inundados en lágrimas al ver a su única hija vistiendo de novia y a segundos de casarse. Jonás Johnson recibió a su hija y la estrechó entre sus brazos, repartiendo besos por su cabello y rostro asustado por entregarla a esta familia, sabe que ella ama a Alec pero a él no le agrada Heins.

—Debes prometerme que vas a cuidarte.—le dice con el corazón en la mano de asustado por la seguridad de su hija.

—Él cuidará bien de mí, papá, no debes preocuparte.—le dice la chica comenzando a caminar con él a su lado, sosteniéndola fuerte del brazo con temor, Jonás sabe lo que puede pasarle a su hija si no se casa con Alec.

—Me preocupo porque eres mi hija Jasmine.—menciona el señor de cabello negro canoso y ojos flamantes verdes.—Debes de decirle a Alec que te mantenga alejada de su padre, que por nada del mundo puedes y quieres quedarte en esta casa. Si desea pueden irse a la mía, allá podré cuidarte princesa.

—Ya tenemos casa, los padres de Alec nos la dieron.—alerta roja para Jonás, mantendrán vigilada a su hija mientras que Alec no esté.

—Jasmine cuando tú esposo se vaya a la casa blanca te vas hasta mi casa. ¿Bien? No quiero que te quedes sola en esa enorme casa hija.

—Debo adaptarme a convivir sola con mi esposo, él me prometió que por un mes no iría a la casa blanca.

Jonás aspiró calmado, por un mes Alec cuidará de su hija. Salen al jardín siendo recibidos por los aplausos de los invitados, las hermanas de Alec venían detrás de ellos esparciendo flores. Jasmine fijó su mirada en el rubio que en el altar la esperaba, Alec en ningún volteó a verla.

—Está hermosa para ti.—le murmura su amigo George.

«Ella siempre lo ha sido» se dice así mismo en la mente.

Jonás toma a Alec del hombro haciendo que este de inmediato se diera vuelta, quedando encantado con la hermosura de su futura esposa vistiendo un delicado vestido blanco de novia.—Cuídala muchísimo Alec, te lo ruego por dios.—le murmura Jonás a Alec.

—Lo haré, Señor Johnson. Lo prometo.—Jonás con todo el dolor de su alma depositó un beso en la frente de Jasmine y retrocedió hasta sentarse al lado de la madre de la pelinegra, que se ahogaba en sollozos al ver a su hija casándose.

—Ven.—Alec la toma de la mano ayudándole para ponerse frente a frente, las esferas azules de Alex chocando contra las oscuras de Jasmine, ambas manos unidas.

—Estamos reunidos hoy para celebrar la unión de Alexandre Campbell Colson y Jasmine Johnson Carvallo…—

//Quiero ser el que llena de felicidad cada espacio de soledad.

Déjame ser tu luz.

Quiero ser el que llena de felicidad cada espacio de soledad.

Déjame ser tu luz.

Tus ojos no mienten, puedo descifrar. Y de pronto lo que sientes, no lo puedes evitar.

Abrázame fuerte y no tengas miedo amor, déjame explicarte.//

—Yo Jasmine Johnson Carvallo, acepto a ti Alexandre Campbell Colson como mi esposo. Amarte, adorarte y cuidarte durante toda nuestra unión. Siéndote fiel en cada momento, acompañándote en las riquezas, pobreza, en la salud y la enfermedad.—Alec se aclaró la garganta incómodo, las palabras de Jasmine le estaba afectando.—Te amo en cada momento, cada día este sentimiento por ti va en aumento y es a veces molesto, no se cómo sobrellevar todo el amor que tú me haces sentir y quisiera darte.—Ella le arrebató el anillo a Alenna y comenzó a ponerlo en el dedo anular de él.—Mientras este anillo deslumbre en este dedo, seré tuya y tú mío, cuando falte es porque he muerto o tú lo has hecho, solo así mi amor por ti acabará.

//Por más que trate de sacarte y echar todo a perder.

Quiero intentarlo y hacerte feliz de una vez.

De una vez…

Quiero ser el que llena de felicidad cada espacio de soledad.

Déjame ser tu luz.//

—Yo Alexandre Campbell Colson, acepto a ti Jasmine Johnson Carvallo como mi esposa. Prometo amarte, cuidarte y adorarte por el resto de mis días, estar cuando más necesites de mí. Ser la luz que te guíe en la oscuridad, ser el único al que al final de día veas, ser con quién únicamente bailes en tus sueños.—Ella ahogó un sollozo.—Quizás no sea el hombre que merezcas tener a tu lado, quizás contenga tantos errores que ahora puedan afectarte pero que no dices, quizás y sea un idiota que simplemente te ama con locura a cada momento del día. Pero hay algo que si se y que puedo decirte ahora; de entre todas las personas con las que pude haber coincidido en el mundo, de entre todas las mujeres que hay en Alemania, te he desposado a ti como mi mujer, como mi esposa Jasmine. Has sido la coincidencia más bonita que he tenido en la vida.