Las Sombras De MulÁn

Capítulo 7: El verdadero traidor.

Los guardias imperiales desenvainaron sus espadas, rodeando a Mulán y Shang. La tensión en el aire era insoportable.

—¿Algún plan? —murmuró Shang, manteniéndose alerta.

—Estoy pensando en uno… —respondió Mulán, buscando una salida. Pero antes de que pudiera idear algo, una voz chillona rompió el silencio.

—¡Ay, ay, ay! ¡Qué dramático todo! ¿Saben lo difícil que es encontrar este palacio sin mapa?

De la nada, una pequeña sombra roja saltó desde una columna y aterrizó en el hombro de Mulán.

—¡Mushu! —exclamó ella, sorprendida y aliviada a la vez. El pequeño dragón cruzó los brazos con orgullo.

—En persona, bueno, en dragón. Y llegué justo a tiempo, como siempre. —Los guardias se miraron confundidos, sin saber qué hacer con aquella criatura diminuta pero ruidosa.

—¿Este es tu refuerzo? —preguntó Lu Han con burla—. Qué decepcionante.

Mushu puso cara de ofendido y señaló al ministro con una de sus garras.

—Mira, cara de vinagre, yo he salvado imperios antes del desayuno. Así que tú solo siéntate y observa la magia.

Antes de que alguien pudiera reaccionar, Mushu tomó aire y lanzó una pequeña llamarada hacia las cortinas de la entrada. En segundos, el fuego se extendió, causando el caos.

—¡Ahora! —Gritó Mulán.

Aprovechando la distracción, ella y Shang se lanzaron al ataque. Con movimientos precisos, derribaron a dos guardias y corrieron hacia la puerta. Lu Han gritó órdenes desesperadas, pero entre el humo y la confusión, no pudieron detenerlos a tiempo.

—¡Sí! ¡Eso es trabajo en equipo! —Celebró Mushu, agarrado del cabello de Mulán mientras corrían al interior.

Pero aún no estaban a salvo. Dentro del salón del trono, el Emperador se encontraba de pie, con el ceño fruncido, rodeado por más consejeros y soldados.

—¿Qué significa esto? —preguntó con voz severa. Mulán cayó de rodillas, sacando el pergamino y extendiéndolo ante él.

—Su Majestad, ha sido engañado. Este documento prueba la conspiración contra usted.

El Emperador tomó el pergamino, sus ojos recorriendo cada palabra con atención. El silencio en la sala era absoluto. Lu Han, que había logrado entrar detrás de ellos, habló de inmediato.

—Majestad, no se deje engañar por ellos. Son traidores. —Mushu bufó y cruzó los brazos.

—Ja, ¡eso es lo que dice un verdadero traidor! —El Emperador levantó una mano, pidiendo silencio. Sus ojos se encontraron con los de Mulán.

—Dime la verdad, Fa Mulán. —Mulán respiró hondo —¿Qué has descubierto?

—Toda la verdad, Majestad. Y espero que no sea demasiado tarde para salvar el Imperio.

El Emperador mantuvo la mirada fija en Mulán, su expresión seria e impenetrable. Lentamente, enrolló el pergamino y lo sostuvo con ambas manos.

—Habla —ordenó con voz firme. Mulán asintió y se levantó, con Mushu aún agarrado de su hombro.

—Majestad, este documento contiene pruebas de una conspiración para derrocarlo. Ministros corruptos han estado manipulando la corte y desviando recursos del ejército. Incluso intentaron llegar a usted antes que nosotros para convencerlo de que estamos en su contra.

El Emperador giró levemente la cabeza y dirigió una mirada gélida a Lu Han.

—¿Es cierto esto? —preguntó con calma peligrosa. Lu Hun apenas titubeó.

—Su Majestad, le aseguro que esto es una distracción. Estos dos han irrumpido en el palacio, han atacado a sus guardias y han provocado un incendio. No son más que rebeldes peligrosos.

Mulán sintió un escalofrío al notar que varios guardias ya se habían movilizado para rodearlos nuevamente. Sostuvo con más fuerza su espada, el Emperador poso sus ojos en ella y Shang buscando algún indicio de que ellos estuvieran por traicionarlo

—¡Eso es mentira! —interrumpió Shang, con los puños apretados—. Todo lo que hemos hecho ha sido para protegerlo.

Mushu, que había estado observando, decidió que era el momento de intervenir. Se subió a la cabeza de Mulán y señaló dramáticamente a Lu Han.

—Majestad, mire esa cara. ¿No le da la vibra de "soy un villano astuto y traicionero"? Porque yo lo veo clarísimo. —Varios consejeros intercambiaron miradas incómodas, pero el Emperador permaneció impasible. —No tiene buenas intenciones

—Mulán… —dijo él, pensativo—. ¿Tienes pruebas concretas de estas acusaciones?

Mulán cerró los ojos un instante, concentrándose. Si el pergamino no era suficiente, necesitaban algo más; y entonces lo supo, tenía que ocupar todo lo que pudiera y tuvieran a su alcance para hacer ver que la traición era orquestada por otros.

—El ministro capturado —dijo de repente—. Lo hemos dejado atado en la sala secreta bajo el ala este del palacio. Él puede testificar. —El Emperador frunció el ceño y miró a uno de sus guardias.

—Ve y tráelo. —Lu Han dio un paso adelante, con el sudor perlándole la frente.

—Majestad, esto es un insulto a mi honor. Yo…

—Silencio —ordenó el Emperador con un tono helado. Mushu se inclinó sobre la cabeza de Mulán y susurró:



#2149 en Fantasía
#686 en Fanfic

En el texto hay: fanfic, princesa guerrera, mulan fa

Editado: 28.03.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.