Las Sombras de Raven's Bay

Capítulo 17

La advertencia en la fotografía no salió de su cabeza en toda la noche. Carter la colocó sobre la mesa de la pequeña sala del hostal y la observó una y otra vez. El faro se alzaba como un centinela en blanco y negro, y aquella silueta apenas perceptible parecía mirarlo directamente. No era un mensaje cualquiera: alguien había estado allí, a la misma hora en que él había hablado de encontrarse con Clara. Alguien lo seguía muy de cerca.

Durmió poco. Al amanecer, el rumor del mar lo arrancó de un sueño ligero y agitado. Bajó a desayunar, y allí estaba Steven, sentado en una esquina con un café entre las manos, como si no hubiera pegado ojo tampoco.

—Pareces cansado —comentó Carter al acercarse.

—Podría decir lo mismo de ti —replicó el joven con una sonrisa tensa—. ¿O acaso esa foto también te quitó el sueño?

Carter se detuvo en seco. —¿Cómo sabes lo de la foto?

Steven bajó la vista. —Se comenta en el puerto que alguien te dejó algo anoche… Raven’s Bay es pequeño, ya sabes.

El exdetective no respondió. Observó al muchacho en silencio, calibrando cada gesto. Steven parecía sincero, pero había aprendido a desconfiar de las sonrisas fáciles.

—Deberías tener cuidado —añadió el joven—. Quienquiera que haya enviado esa foto no solo sabe dónde vives, sino que también sabe a dónde piensas ir.

—Y, sin embargo, aquí estás, sentado tranquilamente en una cafetería —replicó Carter.

Steven levantó la vista, desafiante por un instante. Luego volvió a su tono más reservado. —Lo que quiero decir es que no estás solo en esto. Si necesitas ayuda, yo… bueno, estoy dispuesto.

Carter asintió sin comprometerse. Había aprendido que la mejor forma de obtener información era dejar que los demás hablaran más de lo necesario.

Después de desayunar, decidió caminar hacia el puerto. La niebla aún cubría la bahía como una manta espesa. Pescadores reparaban redes, y algunos lo saludaban con un gesto rápido, aunque la mayoría evitaba su mirada. En los muelles, el rumor sobre el hallazgo de Helena seguía en boca de todos.

Una mujer mayor, envuelta en un grueso abrigo, lo detuvo con un gesto. —Usted es el que anda removiendo lo de Helena, ¿verdad? —preguntó en voz baja.

—Depende de quién lo pregunte —respondió él.

—Yo la conocí. Vivía en la misma calle que mi hermana. Era buena muchacha, pero siempre metida en líos. Desde que se juntó con ese profesor, Ellwood, no volvió a ser la misma. —La mujer miró hacia atrás, nerviosa, como temiendo ser escuchada—. Y no soy la única que lo piensa.

Antes de que Carter pudiera seguir indagando, la mujer se marchó apresurada, perdiéndose entre la niebla.

El exdetective regresó al hostal con una certeza: los secretos de Raven’s Bay estaban mucho más arraigados de lo que había imaginado. Y cada vez que creía acercarse a una respuesta, alguien intentaba desviarlo del camino.

Al llegar a su habitación, se encontró con algo inesperado. Bajo la puerta, otro sobre blanco, igual al anterior. Lo abrió con manos firmes. Esta vez no era una foto, sino un recorte de periódico. La noticia, amarillenta por el tiempo, hablaba de la muerte de Margaret Ellwood, esposa del profesor Marcus, ocurrida veinte años atrás. “Fallece tras larga enfermedad”, decía el titular.

En el margen, escrito con la misma tinta negra que en la foto, había una sola palabra:

—Pregúntate por qué.

Carter se dejó caer en la cama, sosteniendo el recorte. Todo volvía, una y otra vez, a la familia Ellwood. Helena, Marcus, Steven… y ahora la esposa muerta.

Un nuevo nudo se formaba en el misterio, y Carter intuía que la cuerda que lo sostenía estaba a punto de romperse.



#793 en Detective
#1571 en Thriller
#585 en Suspenso

En el texto hay: #suspense, #asesinato, #crimen

Editado: 03.11.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.