Narra: Andy Silva (Protagonista)
— Qué bonita pareja — dije, observando la fotografía de Jimena y Pablo juntos.
Habíamos llegado a la casa de Jimena esa misma tarde, después de que me dijera con voz temblorosa que tenía algo importante que contar. Había algo en su tono que me inquietaba.
De repente, se escuchó un ruido suave en las escaleras, y la voz de Jimena nos alcanzó.
— Hola.
Ella apareció en la entrada del pasillo, con la mirada fija en el suelo. Recién había llegado de la audiencia tenía los ojos, hinchados y rojos, delataban que había llorado mucho. Su rostro, marcado por la fatiga y el dolor claramente estaba sufriendo.
— Hola — respondió Anthony, con voz suave. — Ella es Andy Silva — dijo, señalándome.
Jimena levantó la mirada lentamente, pero no sonrió. Su mirada vacía.
— Mucho gusto — murmuré, extendiendo la mano. Jimena dudó antes de estrecharla, como si quisiera alejarse, pero se obligó a hacerlo.
— Oh, por favor, siéntense — dijo Jimena, señalando los sofás con un gesto de invitación genuina. — Anthony quería hablar contigo acerca de tu exnovia — añadió, mirándome de una forma que me hizo sentir como una intrusa.
— Oh, lo sé, pero Andy puede escuchar todo, no te preocupes. — Hizo una pausa, bajando un poco la voz. — Ella me está ayudando a investigar el caso de Pablo, ya que hay algo que no me cuadra. — dijo con seguridad pero sin revelar el secreto que ambos compartíamos.
Yo solo asentí, sintiéndome incómoda. Nunca había sido buena para estar en el centro de conversaciones tan pesadas, y menos aun cuando se trataba de algo tan personal para ellos. No era que no confiara en Jimena, pero las circunstancias y la forma en que todo se estaba desenvolviendo me hacían sentir como una especie de intrusa.
— Está bien — dijo, dirigiendo su mirada hacia Anthony. — Hoy en la audiencia, el otro implicado dijo que... — Su voz vaciló un instante, pero luego, empezó a relatar lo que había sucedido en la audiencia, los detalles de las supuestas pruebas que la fiscalía tenía para acusar a Pablo.
— Oh, entonces cancelaron la audiencia por falta de pruebas — cuestionó Anthony, con una mezcla de incredulidad y frustración después de escuchar la versión de Jimena.
— Así es, pero Anthony, tengo información que creo que es importante — dijo ella, vacilando. Jimena parecía dudar pero continuo — Se lo revelé al abogado que está llevando el caso de mi esposo, pero no puede hacer mucho, ya que...
— ¿Ya que...? ¿Qué? — insistió Anthony, con urgencia. La miraba fijamente, esperando que continuara, pero ella permaneció en silencio por un momento, mirando al vacío.
— Por favor, Jimena, si tienes algo que pueda ayudar a Pablo, dímelo — agregó, en tono suave pero lleno de ansiedad.
Jimena respiró hondo antes de hablar, y sus manos temblaron ligeramente mientras intentaba encontrar las palabras correctas.
— Es algo complicado, y se trata de Larisa. Sé que es tu exnovia, y lo que te voy a decir te va a doler — advirtió, mirando a Anthony con una mezcla de compasión y tristeza.
Al escuchar ese nombre, Anthony se quedó en silencio por un instante, su rostro se tensó.
— Solo, dímelo. Nada me puede sorprender de ella — dijo forzando una sonrisa que no lograba esconder la tormenta interna que comenzaba a desatarse en su pecho y sus ojos lo reflejaban.
— Esa mujer no solo se metió en mi matrimonio — Jimena tomó aire profundamente mientras sus manos temblaban levemente. — Sino también te mintió a ti. Ella canceló tu matrimonio por mi esposo — anunció, con voz rota por el dolor y la rabia. La tristeza que invadía su rostro era palpable.
Al escuchar esas palabras, Anthony cerró los ojos suavemente, su mandíbula se tensó y su respiración se hizo un poco más profunda.
— Entonces, ¿tú sabías de la infidelidad? — pregunté, sorprendida y sin poder contener la curiosidad que me quemaba por dentro.
Jimena me miró, sus ojos llenos de lágrimas no derramadas.
— Descubrí mensajes... un poco fuera de lugar. Los confronté, pero él me lo negó todo. Me dijo que estaba loca, que cómo podía pensar algo así de él. Y que Larisa había estado con su mejor amigo — dijo, con voz quebrada — Y yo le creí, porque no pensé que mi esposo fuera capaz de hacer algo así... Pero ahora sé que siempre tuve la razón — añadió, con rabia y frustración. La ira se reflejaba en sus ojos, pero también la resignación.
Anthony no dijo nada de inmediato. En lugar de eso, se inclinó hacia adelante, tratando de ocultar su tristeza.
— Siempre tuviste razón, no te sientas mal — dijo, intentando calmarla, pero la tristeza en su tono revelaba que también él estaba afectado por lo que acababa de escuchar. Jimena, ya no pudo contener las lágrimas, comenzó a sollozar.
— Eso no es todo — anunció Jimena, limpiándose las lágrimas con el dorso de la mano.
Anthony como yo la miramos en silencio, esperando a que continuara. Ninguno de los dos se atrevió a interrumpirla, respetando su momento de vulnerabilidad.
Jimena respiró hondo antes de hablar de nuevo.
— Un día, encontré el estado de cuentas de Pablo y descubrí que hacía transferencias cada mes a dos cuentas. Pude rastrear las cuentas y, resultaron ser de un tal Lorenzo García y, en una ocasión, a la señora Lara Rodríguez.
Ambos la miramos con incredulidad, sin entender a lo que se refería Jimena con su declaración.
— Dios mío, ¿por qué Pablo depositó dinero a ese sujeto? — preguntó, Anthony con el ceño fruncido mirando fijamente a Jimena.
— No lo sé — respondió ella — Eso es lo que quiero saber, por eso te llamé, Anthony. — Sus ojos se fijaron en él, intensamente, como si fuera la única persona que pudiera ayudarla a desentrañar ese misterio. — Tú eras su exnovio. ¿Acaso ese señor tenía algo que ver con Larisa? — preguntó, intrigada.
Anthony permaneció en silencio por un momento, procesando la pregunta. Finalmente, negó con la cabeza.