Las Sombras de un crimen

Capítulo 14

Narra: Andy Silva (Protagonista)

— Andy... Andy. — La voz de Anthony, urgente, me despertó mas tempano de lo habitual.

Abrí los ojos de golpe, aún sintiendo la pesadez del sueño. No entendía nada.

— ¿Qué... qué pasa? — Respondí, con voz entrecortada por el sueño.

— ¡Carajo, despierta! — Anthony con brusquedad sacudió mi cuerpo, ante su insistencia me incorporé de un salto, el corazón acelerado, el aire denso y pesado.

El rostro de Anthony estaba pálido, los ojos desorbitados, llenos de miedo y desesperación..

— ¿Qué te sucede? — Gruñí, molesta. Miré por la ventana, pero todo estaba oscuro, ni una estrella se asomaba por el cielo. ¿Qué hora era? Todo parecía fuera de lugar.

— ¡Debes esconderte! — La furia en su tono me desconcertó.

Me quedé inmóvil, la confusión me ahogaba, y mis pensamientos eran un caos. Los dedos de Anthony temblaban cuando me agarró del brazo.

— ¿Que? ¿Por qué? — Fruncí el ceño y mi pulso se aceleró, mientras mi mente empezó a imaginar lo peor.

« ¿Qué estaba pasando fuera de esa habitación? ¿Por qué se veía tan aterrorizado?»

— Estás en problemas. — Dijo Anthony, con desesperación. Se inclinó hacia mí con una mirada seria, casi angustiada.

Me quedé sin aliento, el miedo ya no solo estaba en su voz, sino en su expresión. Sin que pudiera responder, sacó su teléfono móvil y lo levantó frente a mí. La pantalla brillaba con la noticia que acababa de recibir, y mi mirada se clavó en las palabras que parpadeaban en el título.

Locutora de noticias

"De última hora: la policía ha informado que el ciudadano Javier G., implicado en el caso de la abogada Larisa Prado, ha sido asesinado al interior de su celda, donde permanecía retenido. Su muerte se produce después de que el ciudadano rindiera declaraciones, en las que afirmó haber visto el cuerpo sin vida de Prado en el departamento de la ciudadana Andreina S., veinticuatro horas antes de ser encontrado en el parque."

"Javier G. confesó que él fue quien sacó el cuerpo del departamento de Andreina S. y luego lo subió al auto, llevándola hasta el parque, donde la estrelló contra un árbol. Sin embargo, no reveló quién fue el autor material del asesinato."

"El administrador del edificio donde ocurrieron los hechos señaló que las cámaras de seguridad habían sido manipuladas, por lo que solo se han podido recuperar pequeños fragmentos de video, en los que se puede observar a Prado por última vez, en el ascensor, con vida."

Fin de la noticia

Mi garganta se cerró. La noticia seguía, pero ya no podía concentrarme en las palabras. Mi mente estaba atrapada en las imágenes de lo que estaba escuchando.

— Dios mío. — Dije, llevando mi mano al pecho, sintiendo que me faltara el aire.

Anthony, sin dejar de mirarme, apretó mi mano con fuerza. Sus ojos, llenos de compasión y temor, me atravesaron.

— Es por eso que debes esconderte. — Su voz, grave y urgente, temblaba ligeramente. — El oficial Rea me dijo que vienen por ti. — anuncio.

Me quedé sin palabras. No podía entender por qué todo esto estaba sucediendo. Mi mente comenzaba a dar vueltas, como un torbellino de pensamientos y emociones. Solo asentí, lentamente, sin saber como responder. Las palabras se quedaron atascadas en mi garganta. ¿Cómo podía ser? ¿Por qué estaba siendo acusada de algo que ni siquiera había entendido por completo?

De repente, unas gotas saladas cayeron sobre mis labios, sorprendida me di cuenta de que estaba llorando. El peso de la acusación era insoportable. Los medios de comunicación ya me habían señalado, ya me habían condenado. Ya estaba siendo considerada culpable, aunque nada de lo que decían sobre mí tuviera algún fundamento. Mi destino ya parecía sellado. Estaba atrapada en una red de acusaciones falsas.

— Tienes que esconderte. — Anthony intentó consolarme.

— No, claro que no. Eso solo lo complicaría, y pensarían que realmente yo la maté. — Negué, sintiendo cómo un peso aún mayor se asentaba sobre mis hombros. La idea de huir no solo era absurda, sino que también sería una condena en sí misma.

Me levanté decidida y sin decir más, comencé a vestirme, aunque mis manos temblando ligeramente mientras buscaba mi ropa mientras Anthony me observaba en silencio.

— Pero eso lo complicaría, Andy, no puedes. — Se paró frente a mí, bloqueando mi paso, y me miró a los ojos con una súplica desesperada. Podía ver el miedo reflejado en él, un miedo que no solo era por mí, sino también por él mismo.

— Anthony, desde esa mañana en que vi a Larisa, supe que iría a prisión. — dije y me quedé en silencio un momento, buscando la fuerza para continuar.

Mis dedos se detuvieron en el borde de la camisa que estaba tomando, el tacto de la tela fría me hizo sentir aún más distante de la realidad que intentaba armarme.

— Pero, Anthony... — me gire para mirarlo a sus ojos por última vez antes de seguir con mi propósito. — Si quieres que no se cometa una injusticia, tienes que seguir. — Hice una pausa, caminando hacia el otro lado de la habitación y me detuve frente al espejo, observando mi reflejo por un breve momento.

— Debes averiguar quién es ese Lorenzo y qué tiene que ver con Larisa. — Añadí, pues en mi mente estaba claro en eso: la clave podría ser Lorenzo. Y si Anthony no desentrañaba esa conexión, la injusticia sería aún peor.

— Tenlo por seguro, que hoy mismo iré a Phix y encontraré a ese sujeto. — dijo Anthony sabiendo que nada podría cambiar de opinión. — Estoy seguro de que algo tienen que ver. — Continuó, ahora más pensativo. — Estuve hablando con Rea y me reveló algo interesante…

Mi curiosidad se disparó al instante, y un rayo de esperanza recorrió mi pecho. Me acerqué a él, con pasos acelerados.



#353 en Thriller
#166 en Misterio
#274 en Detective
#47 en Novela policíaca

En el texto hay: misterio, asecino, novela policial

Editado: 25.12.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.