En un futuro no tan distante, en una ciudad moderna donde las luces de neón iluminaban las noches, Jan Pier encontró algo que jamás pensó que volvería a experimentar: esperanza. Conoció a Claire, una joven humanista apasionada por la historia. Claire era diferente a cualquier humano que hubiera conocido. Había encontrado su diario, perdido en una biblioteca olvidada, y en lugar de temerle, se interesó por la historia detrás de aquellas palabras.
Claire le mostró la música de su tiempo, le llevó a conciertos y lo invitó a bailar bajo las estrellas. Al principio, Jan Pier era reacio. Sentía que su oscuridad corrompería a Claire, pero ella era su antítesis: luminosa, vibrante y viva. Poco a poco, ella le enseñó que incluso un ser inmortal podía recordar cómo era ser humano.