Las Sombras de un Inmortal

El Eco de las Sombras

El viento soplaba entre las ruinas de lo que alguna vez fue el refugio de Jan Pier. El diario, envuelto en tela negra y sellado con un símbolo de sangre seca, descansaba en su escondite secreto. Aquel lugar, elegido con cuidado, no era solo un escondite físico, sino también un crisol de magia antigua. Las sombras allí no eran comunes; respiraban, susurraban secretos, y resguardaban las palabras que podían cambiar el destino de quienes se atrevieran a leerlas.

La escena era inquietantemente serena. La luna llena iluminaba el entorno, pero las sombras parecían bailar a su propio ritmo, ajenas a la luz. En el aire flotaba una sensación de expectación, como si algo o alguien estuviera a punto de cruzar un umbral invisible.

Mientras tanto, en otra parte del mundo, el linaje de Jan Pier seguía latente en corazones que desconocían su verdadera herencia. Clara, una joven de ojos profundos como el abismo, comenzó a tener sueños extraños. En ellos, un hombre de mirada atormentada y voz grave le susurraba palabras en un idioma que no entendía, pero que llenaban su pecho de un calor inexplicable.

"Encuéntrame", susurró una noche, y Clara despertó con un grito ahogado.

Sin saberlo, la sangre de Jan Pier fluía por sus venas. Era una descendiente indirecta, pero su espíritu estaba ligado al inmortal de una manera que el destino comenzaba a revelar. Su vida tranquila en un pequeño pueblo costero pronto se vería alterada por fuerzas que no comprendía, pero que habían esperado siglos para este momento.

Al mismo tiempo, aquellos que buscaban el diario por codicia o venganza se movilizaban en las sombras. Un grupo de mercenarios liderados por Viktor Caelum, un hombre cuyo pasado también estaba entrelazado con el de Jan Pier, había rastreado los ecos mágicos del libro. No querían redención, sino el poder que prometía.

Pero el diario no se dejaba encontrar fácilmente. Los rituales de protección colocados por Jan Pier no eran simples trampas. Requerían una voluntad pura, un propósito que resonara con el arrepentimiento y la búsqueda de redención que él mismo había encarnado. Aquellos que no cumplían estas condiciones encontraban solo la nada... o algo peor.

Clara, sin saberlo, comenzó a sentir un llamado. Caminaba por su pueblo con la sensación de que algo la observaba. Las sombras parecían más largas, los días más cortos. Y una noche, mientras exploraba un bosque cercano, escuchó el susurro que cambiaría su vida para siempre.

“Tu alma lleva las respuestas que el mundo necesita. Encuentra el diario. Encuentra tu destino.”

Así, mientras las sombras seguían danzando en el escondite del diario, el destino de Clara, Viktor, y el legado de Jan Pier comenzaban a entrelazarse en un juego que decidiría no solo sus vidas, sino el equilibrio de fuerzas que regían el mundo.

Las sombras de un inmortal no solo eran testigos del pasado. Ahora, se preparaban para guiar el futuro.




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