Las Sombras de un Inmortal

El Precio de la Elección

Clara permanecía inmóvil bajo el cielo estrellado, el diario brillando tenuemente entre sus manos. Su mente estaba llena de preguntas, pero una certeza la atravesaba: ahora era la portadora del legado de Jan Pier. Sin embargo, el precio de esta responsabilidad aún no se había revelado por completo.

Mientras caminaba de regreso al camino que había dejado atrás, un sonido rompió la quietud de la noche: pasos. Clara giró rápidamente, su cuerpo en tensión. De entre las sombras emergió Viktor Caelum, su figura cansada pero aún envuelta en una presencia imponente.

“Parece que sobreviviste a las pruebas,” dijo Viktor, su voz cargada de una mezcla de admiración y recelo.

Clara dio un paso atrás, instintivamente colocando el diario detrás de ella. “¿Qué haces aquí? Creí que estabas atrapado en esa dimensión.”

Él sonrió débilmente, aunque sus ojos reflejaban un cansancio profundo. “Lo estaba. Pero las sombras tienen una forma peculiar de negociar. Me permitieron regresar… con una condición.”

“¿Qué condición?”

Viktor hizo una pausa antes de responder, como si le costara admitirlo. “Debo ayudarte. Al menos, por ahora. No sé si es un castigo o una segunda oportunidad, pero estoy aquí.”

Clara no bajó la guardia, pero algo en la expresión de Viktor parecía genuino. “¿Por qué debería confiar en ti? Has intentado robar el diario antes.”

Viktor asintió. “Y fallé. Pero en ese lugar… vi cosas. Mis propios demonios, mis errores. Y me di cuenta de que este poder no es algo que pueda ser controlado por la fuerza. Tal vez tú tengas más posibilidades de comprenderlo. Si me dejas ayudarte, podemos proteger este conocimiento juntos.”

Clara dudó. Las palabras de Viktor eran sinceras, pero su historia con él estaba teñida de traición. Aún así, algo en su interior le decía que las sombras tenían un propósito al traerlo de vuelta.

“Esto no significa que confíe en ti,” dijo finalmente. “Pero si realmente estás dispuesto a ayudar, no puedo hacerlo sola.”

Viktor asintió y dio un paso más cerca. “Entonces dime, Clara, ¿qué dice el diario? ¿Qué hay dentro que sea tan importante?”

Ella abrió el libro lentamente, las páginas mostrando símbolos y palabras que ahora podía comprender con claridad. Había mapas de lugares olvidados, rituales de poder y fragmentos de la historia de Jan Pier que nunca habían sido escritos. Pero lo que llamó su atención fue un pasaje que parecía recién escrito, como si el diario hubiera registrado sus pensamientos y decisiones.

“El portador del diario deberá enfrentar tres pruebas más: la prueba de la luz, la prueba de las sombras y, finalmente, el juicio del equilibrio. Solo superando estas podrá abrir el verdadero corazón del legado.”

Clara leyó en voz alta, y Viktor frunció el ceño. “¿Tres pruebas más? ¿Qué significa eso?”

“Significa que esto no ha terminado,” respondió Clara, cerrando el diario con cuidado. “La torre fue solo el comienzo. Ahora tenemos que encontrar las respuestas a estas pruebas.”

Viktor miró el horizonte, donde un nuevo amanecer comenzaba a iluminar el cielo. “Entonces será mejor que nos preparemos. Sea lo que sea que venga, no podemos fallar. El mundo no sobrevivirá si este poder cae en las manos equivocadas.”

Clara asintió, sintiendo el peso del destino sobre sus hombros. Pero esta vez, no estaba sola. Aunque desconfiaba de Viktor, sabía que el camino que tenía por delante requeriría todas las alianzas posibles.

Juntos, comenzaron a caminar hacia lo desconocido, con el diario como su guía y las sombras como su eterna compañía. El precio de la elección aún no estaba completamente pagado, pero Clara sabía que no se detendría hasta proteger lo que le había sido confiado.

La historia de Jan Pier seguía viva, y ahora ella era parte de ella.




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