Las Sombras de un Inmortal

La Herencia de las Sombras

Cuando el portal detrás de ellos se cerró, Clara y Viktor se encontraron de pie en un paraje desconocido. La tierra era oscura, pero no maligna, y un cielo sin estrellas se extendía sobre ellos. En el aire había una quietud que parecía cargada de significados, como si el mundo mismo contuviera la respiración.

El diario, ahora transformado por la unión de los cristales, flotaba frente a Clara. Sus páginas se movían por sí solas, revelando nuevos símbolos que brillaban con un tenue resplandor. Clara extendió la mano y lo tomó, sintiendo una conexión más profunda con el objeto que nunca antes.

“¿Qué dice ahora?” preguntó Viktor, su voz baja, casi reverente.

Clara leyó en voz alta: “La herencia completa está ahora en tus manos. El portador no es solo un protector del equilibrio, sino también un creador de nuevos caminos. Pero con este poder viene la última elección: usarlo o destruirlo.”

“¿Destruirlo?” repitió Viktor, frunciendo el ceño.

Clara asintió, mirando las palabras. “Jan Pier sabía que este poder era peligroso. No basta con protegerlo. Debemos decidir si el mundo está listo para ello.”

Antes de que pudieran debatir más, una figura emergió de las sombras. Era alta, envuelta en una capa que parecía hecha del mismo tejido que el cielo nocturno. Su rostro estaba oculto, pero su voz resonó con autoridad.

Ustedes han pasado las pruebas, pero aún no entienden el alcance de lo que llevan. La herencia de las sombras y la luz no es un regalo; es una carga. Yo soy el guardián final. Y solo quienes demuestren verdadera comprensión pueden tomar la decisión final.”

La figura levantó una mano, y el paisaje a su alrededor cambió. Clara y Viktor se encontraron en una vasta sala circular, rodeados por espejos que reflejaban no solo sus imágenes, sino también fragmentos de sus recuerdos y temores.

“¿Otra prueba?” murmuró Viktor, con una mezcla de exasperación y resignación.

“No,” respondió la figura. “Esto no es una prueba. Es una decisión. Miren los espejos y vean lo que este poder hará si eligen mantenerlo.”

Los espejos comenzaron a mostrar escenas del futuro. En uno, Clara vio un mundo iluminado, pero controlado por una élite que usaba el poder del diario para dominar a las masas. En otro, Viktor vio un planeta en ruinas, donde las sombras habían devorado toda esperanza.

“Esto es lo que ocurre cuando el equilibrio se rompe,” explicó el guardián. “¿Ven ahora por qué este poder debe manejarse con cuidado? La humanidad es voluble, y quienes lo posean podrían usarlo para fines egoístas. ¿Confían en que pueden evitar este destino?”

Clara y Viktor se miraron, sintiendo el peso de la decisión sobre ellos. “Si lo destruimos, también estamos negando la posibilidad de que el mundo aprenda a usarlo sabiamente,” dijo Clara.

“¿Y si lo guardamos? ¿Qué nos hace diferentes de quienes buscan controlarlo?” replicó Viktor.

El guardián observó en silencio, dejando que debatieran.

Finalmente, Clara habló, con una firmeza que sorprendió incluso a Viktor. “No podemos destruirlo, pero tampoco podemos dejarlo en manos de otros. Debemos ser sus guardianes. No para usarlo, sino para protegerlo hasta que el mundo esté listo.”

El guardián inclinó la cabeza, como si aprobara su respuesta. “Entonces el diario queda bajo su custodia. Pero sepan esto: no serán los primeros en intentarlo, ni serán los últimos. Este es un deber eterno, y los pondrá a prueba una y otra vez.”

La sala comenzó a desvanecerse, y Clara sintió el peso del diario intensificarse, como si reconociera la decisión que habían tomado.

“Estamos listos,” dijo Clara, aunque sabía que el camino que tenían por delante estaría lleno de desafíos.

El guardián desapareció, y Clara y Viktor se encontraron de regreso en el mundo real. Frente a ellos, un nuevo amanecer iluminaba el horizonte.

“Lo logramos,” dijo Viktor, con una sonrisa cansada.

Clara asintió, mirando el diario en sus manos. “Lo logramos. Pero esto no es el final. Es solo el principio de nuestra verdadera misión.”

Y así, con el legado de Jan Pier ahora bajo su custodia, comenzaron a caminar hacia un futuro incierto, sabiendo que su mayor desafío aún estaba por venir.




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