Las Sombras de un Inmortal

El Último Susurro

El viento había cambiado, ya no llevaba consigo la frescura de la mañana ni la quietud de la noche. Ahora era cálido, pero con una carga invisible, como si el aire mismo supiera lo que estaba por ocurrir. Kael, Clara y Viktor caminaban juntos por el sendero iluminado por la luz suave del atardecer, un sol moribundo que se desvanecía en el horizonte. A pesar de la serenidad que los rodeaba, algo en el fondo de sus corazones les decía que la última prueba estaba cerca.

El Eco de las Sombras había dejado claro que el futuro no estaba escrito, pero incluso con esa revelación, ninguno de ellos podía evitar sentir que algo se aproximaba. Algo que pondría a prueba todo lo que habían aprendido, cada sacrificio, cada elección que habían hecho.

“Es extraño”, murmuró Clara mientras caminaban, su voz llevada por el viento. “Antes pensábamos que todo lo que hicimos nos llevaría a este momento, pero ahora… parece que aún hay algo más.”

Viktor asintió, mirando a su alrededor. “Lo que más nos asustaba no era el sacrificio, ni el poder, sino lo que vendría después. Lo que realmente significa sobrevivir a todo esto.”

Kael se detuvo un momento, observando el horizonte mientras las sombras comenzaban a alargarse. Era como si el final de su viaje estuviera finalmente cerca, pero no era el tipo de final que esperaba. Era más una conclusión abierta, un capítulo que aún no se había cerrado por completo. Se giró hacia sus compañeros, la determinación brillando en sus ojos.

“La paz no es algo que se encuentre al final del camino”, dijo con firmeza. “Es algo que debemos construir, que debemos elegir en cada paso que damos.”

El viento se detuvo de repente, como si las palabras de Kael hubieran detenido el tiempo por un instante. En ese preciso momento, una figura apareció frente a ellos, emergiendo de la neblina que había comenzado a rodearlos. No era una figura extraña, sino una que todos conocían, aunque su rostro había cambiado con el tiempo. Era la figura del Eco de las Sombras, pero ahora no estaba envuelta en la oscuridad ni la luz etérea. Esta vez, su forma era clara, tangible, casi humana.

“Habéis llegado al último paso”, dijo la figura, su voz resonando como una melodía distante. “Y aunque habéis logrado muchas cosas, aún queda la última decisión. La más difícil.”

Kael frunció el ceño, adelantándose un paso. “¿Qué significa eso? ¿Es esto todo lo que quedaba por hacer?”

El Eco los miró con una suavidad que parecía infinita, casi como si comprendiera sus dudas. “El sacrificio no se trata solo de lo que se pierde. También se trata de lo que se elige. Y la elección final que deben hacer… no es sobre el futuro, sino sobre el pasado.”

“¿El pasado?” repitió Viktor, confundido.

“Sí”, dijo el Eco, su figura comenzando a desvanecerse en una niebla ligera. “Todo lo que habéis vivido, todo lo que habéis dejado atrás… hay algo en el pasado que aún no habéis liberado por completo. Algo que debe ser enfrentado antes de que podáis continuar. El sacrificio final no es solo el de lo que se da, sino el de lo que se retiene.”

Kael cerró los ojos un instante, sintiendo el peso de esas palabras. El pasado había sido una sombra constante durante todo su viaje, algo que siempre había definido sus decisiones, pero al mismo tiempo, algo que había intentado dejar atrás.

“No todo en el pasado puede ser sanado”, dijo Clara, como si hablara consigo misma. “Pero debemos aprender a soltarlo, a aceptarlo como parte de lo que somos.”

El Eco asintió lentamente, antes de darles un último vistazo, como si les estuviera ofreciendo una oportunidad final. “Recuerden, lo que queda atrás puede influir en lo que está por venir, pero no debe definirlo. La decisión es vuestra. Decidid con el corazón.”

En un parpadeo, el Eco desapareció, disolviéndose en la niebla como una sombra fugaz. El silencio que quedó fue denso, como si el aire mismo estuviera esperando. Kael, Clara y Viktor se miraron entre sí, conscientes de que este último paso era el más complejo de todos. El futuro no solo se construía con acciones, sino con decisiones profundas, decisiones que los definirían para siempre.

Kael respiró profundamente, levantando la vista hacia el cielo que comenzaba a oscurecerse. “Debemos enfrentarlo. Todo lo que fuimos, todo lo que dejamos atrás… no podemos seguir huyendo. El sacrificio no es solo lo que damos, es lo que estamos dispuestos a dejar ir.”

Clara asintió con determinación. “Solo así podremos avanzar. Solo así podremos dejar de cargar con lo que ya no nos pertenece.”

Viktor se acercó a ellos, con una resolución tranquila. “El futuro no se construye sobre lo que dejamos atrás, sino sobre lo que decidimos hacer con lo que somos.”

Con esas palabras, los tres dieron un paso al frente, dispuestos a enfrentar lo que quedaba de su viaje. El eco del pasado resonaba en sus corazones, pero ahora sabían que no estaban destinados a ser prisioneros de él. El sacrificio final, el que quedaba por hacer, no era una cuestión de lo que ya se había perdido. Era una cuestión de lo que aún podían ganar.

Y así, sin mirar atrás, continuaron su camino, sabiendo que la verdadera libertad solo se alcanzaba al abrazar todo lo que eran, sin arrepentimientos, sin sombras. Solo adelante. Solo el presente.

El último suspiro del Eco se desvaneció, y con él, la niebla que los había rodeado se dispersó, dejando un horizonte claro y brillante. La decisión había sido tomada. Ahora solo quedaba caminar hacia la luz que los esperaba al final del túnel.




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