Capítulo 2.

Capítulo 2.

El primer día del último año de instituto llegó más rápido de lo que Olivia hubiera querido. Mientras caminaba hacia la escuela, se dio cuenta de lo diferente que se veía todo en la luz del día. Los pasillos, que antes le parecían familiares y reconfortantes, ahora tenían un aire extraño, como si estuvieran esperando a que algo importante ocurriera.

Las conversaciones de los estudiantes llenaban el aire: planes para las universidades, expectativas para el año, y rumores sobre quién estaba saliendo con quién. Pero Olivia solo pensaba en la noche anterior, en la paz que había sentido al estar con Max en el muelle. Esa sensación la había seguido hasta la mañana, pero ahora empezaba a desvanecerse.

"¡Olivia!"

La voz de su amiga Emma la sacó de sus pensamientos. Emma, siempre llena de energía, se acercó corriendo, agitando la mano como si no la hubiera visto en meses.

"¿Estás lista para el caos?"

Olivia forzó una sonrisa. "Tanto como se puede estar."

Emma la miró con suspicacia.

"¿Qué pasa?"

No me digas que te estás poniendo nostálgica el primer día.

Olivia negó con la cabeza.
"Es solo… todo se siente tan diferente."

"¡Porque lo es!"

Emma exclamó, casi saltando de la emoción.

"Es nuestro último año, Liv. Después de esto, somos libres."

"Sí, libres…"

repitió Olivia, pero su mente estaba en otra parte. Se preguntaba si Max estaba sintiendo lo mismo.

Justo cuando estaba a punto de mencionarlo, un grupo de chicos de último año pasó cerca, hablando en voz alta. Olivia reconoció a uno de ellos: Ethan, el capitán del equipo de fútbol, con su estatura imponente y su actitud segura. Siempre había sido el centro de atención, y no era difícil entender por qué. Aunque Olivia nunca había hablado mucho con él, había algo en su presencia que la incomodaba.

"¡Mira quién decidió unirse a nosotros!"

Ethan la miró con una sonrisa, pero no era del tipo amigable.
"Olivia, la chica del columpio.

¿Sigues soñando despierta?"

Olivia se sintió incómoda, pero antes de que pudiera responder, Max apareció a su lado, como si la hubiera estado vigilando desde lejos.

"Déjala en paz, Ethan"

dijo, con una voz firme que Olivia no le había escuchado antes.

Ethan levantó las manos en señal de rendición, pero su sonrisa se mantuvo.

"Relájate, Max. Solo estaba bromeando. No tienes que ponerte tan serio."

Luego, se giró hacia Olivia.

"Nos vemos en la cancha, ¿eh?"

Y con eso, se fue riendo con sus amigos.

"¿Estás bien?"

Max se volvió hacia Olivia, ignorando completamente la mirada que Emma le dirigía, como si estuviera viendo a un héroe en acción.

Olivia asintió, tratando de sacudirse la tensión.

"Sí, solo… no me esperaba eso."

Max la miró fijamente, como si estuviera asegurándose de que realmente estaba bien.

"Ethan puede ser un idiota, pero no dejes que te moleste. Él solo está buscando atención."

Emma, que había estado observando la interacción en silencio, decidió intervenir.

"Deberías haberle lanzado algo, Liv. ¡Max estuvo a punto de hacerlo por ti!"

Ella le guiñó un ojo a Max, que se sonrojó ligeramente, y luego los dejó para unirse a otro grupo de amigos.

Max se pasó una mano por el cabello, claramente incómodo.

"No quería que eso se convirtiera en un gran problema."

Olivia sonrió, más relajada ahora.

"Gracias por defenderme. No sabía que tenías un lado tan protector."

"Hay muchas cosas que no sabes de mí"

respondió Max con una pequeña sonrisa. Luego, su expresión se volvió más seria.

"Pero hablando en serio, Liv… si alguna vez te sientes incómoda o necesitas ayuda, solo házmelo saber, ¿de acuerdo?"

Olivia asintió, sintiendo que había algo más detrás de sus palabras, algo que no estaba diciendo. Pero antes de que pudiera preguntar, la campana sonó, señalando el inicio de las clases.

El día transcurrió sin mayores incidentes hasta la última clase, educación física, cuando Olivia se encontró en la cancha de baloncesto, observando desde las gradas mientras el equipo de fútbol jugaba un partido de práctica. Max estaba allí, por supuesto, moviéndose con una habilidad que siempre había admirado. Pero también estaba Ethan, quien no dejaba de lanzarle miradas desafiantes.

De repente, el balón salió disparado fuera de la cancha, directo hacia Olivia. Ella apenas tuvo tiempo de levantar las manos cuando el balón fue atrapado en el aire por Max, que apareció de la nada, una vez más.

"¡Reflejos rápidos, Olivia!" gritó Ethan desde la cancha, con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos.

Max se acercó a ella, sosteniendo el balón.

"¿Estás segura de que estás bien?"

preguntó, con más urgencia que antes.

Olivia asintió, pero no pudo evitar notar la tensión en su voz. Algo estaba claramente molestando a Max, y no solo era Ethan. Antes de que pudiera preguntarle qué le pasaba, Ethan se acercó.

"Buen juego, Max"

dijo Ethan, aunque su tono no era tan amistoso como las palabras sugerían. Luego, le lanzó una mirada a Olivia, una que la hizo sentir pequeña, como si estuviera en medio de algo mucho más grande de lo que podía entender.

"Nos vemos en el siguiente partido."

Max mantuvo su mirada fija en Ethan hasta que él se alejó, luego se giró hacia Olivia.

"Tenemos que hablar."

Olivia sintió un nudo en el estómago. La forma en que Max lo dijo, tan decidido, tan serio, no era algo a lo que estaba acostumbrada.

"¿Qué pasa, Max?"

Él la miró, como si estuviera sopesando sus palabras cuidadosamente.

"Hay algo que necesito decirte, pero no aquí. Después de clases, ¿podemos encontrarnos en el muelle?"

Olivia asintió lentamente, sin saber qué esperar. El verano había terminado, pero ahora parecía que algo mucho más importante estaba comenzando.

El sol comenzaba a ponerse cuando Olivia llegó al muelle, el mismo lugar donde habían compartido su última noche de verano. Max estaba allí, sentado al borde, mirando el agua. Cuando ella se acercó, él no dijo nada al principio, simplemente la invitó a sentarse a su lado.