Las trampas del destino

CAPÍTULO 4

— ¿Están listos todos? — Pregunte a mi familia. Nos encontrábamos frente a la puerta de la

casa de los Jackson.

— Ni que fuera la familia presidencial, son personas cualquieras; solo que con más dinero que nosotros — Se burló Michael 

— Más te vale que te comportes Michael, esto no es un juego — Advertí 

— Tu hermano tiene razón, yo conozco a don Rodrigo desde hace años. No creo que sea malo compartir la misma mesa — Habló mi padre. Mi inocente padre, él creía que todo mundo era bueno. 

Toqué el timbre y me quedé esperando a que la puerta fuera abierta. Escuché pasos acercarse a la puerta, creí que sería Santiago, pero se trataba de Elliot. 

— ¡Isa! Buenas noches — Me saludó con un beso en la mejilla y después saludó a mi familia. Elliot se parecía físicamente a Santiago, era muy guapo. Pero siempre algo me llamaba mi atención era su forma de actuar, siempre una persona correcta y educada, pero sobre todo sus muestras de cariño a su esposa.

— Pasen adelante, mis padres los esperan en la sala. — Junto a mi familia entramos a la casa. Los niños fueron los primeros en entrar corriendo y saludar a sus abuelos. En esta ocasión Yami también se encontraba en esta reunión.

— Buenas noches — Saludó a mi padre de manera cordial. Don Rodrigo se puso de pie y lo saludó 

— Buenas noches familia Bellemore, es un gusto tenerlos en nuestra casa — saludó Amelie. 

— Muchas gracias — Respondió mi madre.

— Pero pasen al jardín, hemos preparado la cena afuera. — Todos estaban en la casa pero hacía falta Santiago, miraba a todos lados pero nada que lo veía.

— No te preocupes por mi hermano, está terminando de arreglarse. — Mencionó Elliot. Al parecer se dio cuenta de mi búsqueda —Regresó tarde de la empresa, él no se perdería esta noche por nada.

— Gracias, estoy un poco nerviosa.

— Relájate todo saldrá bien. — Agradecí las palabras de Elliot. Estaba un poco más relajada. Hoy haríamos el anuncio oficial de nuestra boda y la fecha que habíamos dispuesto. Que en realidad yo dispuse porque Santiago, nunca preguntó por la fecha, solo me entrego el anillo y ya no hizo mención de nada.

Llegamos al jardín, estaba realmente hermoso. Luces entre los árboles iluminaban el lugar, una gran mesa estaba en el centro con cristalería y mantelería elegante, ni siquiera los restaurantes que había visitado se comparaban a ello. 

Todos nos sentamos a la mesa, el espacio a mi lado estaba vacío, era el lugar de Santiago. — Buenas noches familia — Santiago llegó a la mesa. Me dio un beso en la mejilla y después saludó a los presentes 

— Cuénteme Don Bellemore; Aún no ha pensado jubilarse — Inició don Rodrigo. — Tengo entendido que tiene varios años en la empresa 

¡Jubilarse! Mi padre en lo que menos pensaba era en abandonar la empresa, si era por él trabajaba hasta convaleciente

— No, aún. Tengo mis años, pero estos son los mejores. Me siento más vivo. 

— A parte de ser contador ¿Tiene algún otro título? 

— No señor. Es el único título que poseo — No me estaba gustando el tono en que el papá de Santiago le hacía esas preguntas a mi padre.

— Es una lástima, quería posicionarlo en un mejor puesto en la empresa, como futuro suegro de mi hijo; no se vería bien que solo fuera … contador 

Y ahí estaban sus desplantes. Santiago me contó que a su padre le importaban mucho las apariencias; por eso cuando se enteró que Yami sería esposa de Santiago, brincaba en un pie. Pero cuando todo eso cambió y ahora era yo la mujer con quien su hijo se casaría, él no estaba de acuerdo.

— Papá, este no es el momento para hablar de estos temas, el motivo de la reunión es otro. — Se notaba que Santiago estaba incómodo con el comentario de su padre. ¿Y quién no? Solo esperaba que no hiciera otro comentario de este tipo, porque si no olvidaría que él era mi futuro suegro.

— Santiago tiene razón — Hablo Amelie — Creo que hoy es motivo para celebrar.

— Así es Amelie — Intervino Yami — Yo quiero tener detalles de la boda. — Dijo muy emocionada. 

— Muy bien familia — Santiago se puso de pie — Señor y Señora Bellemore, esta noche quiero agradecerle por engendrar a una hija tan bella, una excelente madre, amiga, novia y estoy seguro que será una excelente esposa. Es por ello que en este lugar y delante de mi familia, quiero que me concedan la oportunidad de ser el esposo de su hija, que me permitan protegerla, cuidarla y amarla. Claro está, con mi mellizos incluidos — Todos reímos — Esas dos personitas que cambiaron mi vida por completo; Harry y Adaly las otras dos personas mas importantes en mi vida — Me conmovían cada una de sus palabras. Todos aplaudieron y yo no quedé atrás.

— Toda nuestra vida, hemos enseñado a nuestros hijos a perseguir sus sueños y hacer lo que más desean. — Se levantó de la mesa mi padre, y caminaba hacia nosotros — El camino ha sido difícil, pero tanto a Michael, Isa a Harry y Adaly los hemos criado con mucho amor. Así que no me queda mas que decir ¡Bienvenido a la Familia! — Todos aplaudimos por las palabras de mi padre m me sentía tan feliz. 

— ¡Felicidades para los dos! — Habló Yami — ¿Ya tiene la fecha para la boda? 

— Si — Respondí — (Será en un mes) Será en cinco meses — respondimos Santiago y yo al mismo tiempo — ¿En un mes? ¿Acaso Santiago estaba loco? todos se quedaron en silencio al escuchar nuestras respuesta, una contraria de la otra — Será en cinco meses — Afirmé 

— No, creo que te has equivocado — intervino Santiago — Será en un mes. ¿Para que esperar tanto tiempo? 

— Porque hay que preparar muchos detalles, eso no se hace en un mes. 

— ¿Qué detalles? — Preguntó el Padre de Santiago

— Muchos detalles: la iglesia, el salón, el vestido, las invitaciones… — Habló amelie 

— Si Clar me ama y yo a ella ¿Porqué esperar espera tanto? 

— Porque si es la mujer que amas, debes darle lo mejor e Isa se lo merece, así que mejor acepta tu tiempo. — intervino Elliot 




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