Las tres felinas (version libre del cuento La sirenita)

Busca y captura

          Y llegó nuevamente la noche. En la cueva donde moraban las tres chicas, solamente estaba Kárym, el felino blanco con una oreja gris, durmiendo pacíficamente. Por su cabeza se interponían diversas imágenes, por un lado recordaba la sangrienta escena de Ninja matando al hijo del leñador y las correrías de las tres por el bosque, persiguiendo presas para comer, pero por otro lado, la parte que correspondía a Karima, soñaba con Hinser, mirándola dulcemente y aquellos momentos de placer, allí en el río. Su cuerpo de felino se estremeció al recordarlo.

            Entonces oyó con su fino oído unas voces que provenían del exterior y despertó sobresaltada, se levantó desperezándose y saco a medias su hocico; entre los árboles, todavía lejanos, los soldados del rey, obedeciendo las ordenes del mago Trobos, las buscaban con antorchas encendidas! ¡y Mott y Jam estaban todavía de caza!

 Kárym se escondió debajo de las hojas secas temblando, ¡ojala vinieran pronto sus compañeras!

            - ¡Vaya!¡esos gatos deber de haberse ido a otro lugar!

            - ¿Y si regresáramos? nos estamos alejando bastante del castillo y no me hace ninguna gracia estar aquí de noche, con las historias que cuentan por ahí...

            - ¡Vah, no seáis cobardes! tenemos una obligación que cumplir y yo no pienso regresar tan fácilmente.

            Mientras escudriñaban los rincones enfocando con sus teas encendidas, oyeron un sonido de algo al caer y fueron corriendo hacia allí, vieron las dos felinas atrapadas en una gran red que habían montado a modo de trampa.

            Estas intentaron liberarse, pero contra más se movían, la red más se liaba en torno a ellas.

 

            Finalmente, Kárym decidió ir a buscarlas, salio de su escondrijo y vagó por el bosque, quería avisarlas de que los soldados estaban cerca.

 Corrió a grandes zancadas, pero entonces, el suelo termino bajo sus zarpas y cayo emitiendo un largo aullido, era una trampa, un profundo foso hecho especialmente para ellas!

 Al caer se dio contra una piedra que salía y perdió el conocimiento.

            Al despertar, se encontró junto a las demás, encerrada en una gran jaula de gruesos barrotes de madera y suelo cubierto de paja.

 Se incorporó doliéndole la cabeza y miró disgustada a las otras dos que, estiradas una junto a la otra, miraban a través de los barrotes con expresión impasible.

            Kárym vio la estancia donde estaban, era muy oscura, solamente iluminada por dos antorchas colgadas de los muros de piedra. Parecían ser las mazmorras del castillo, porque en un rincón, sujeto había un preso de larga barba gris y vestido con harapos, que parecía dormido.

            Kárym todavía no podía razonar con claridad, pero podía notar que corrían un gran peligro. Entonces oyó un graznido y alzo la cabeza; posado por allí, había una espantosa ave, era un cuervo de negro plumaje que estaba tan quieto que parecía disecado. Kárym le enseño sus dientes rugiendo sordamente, pero el cuervo solamente parpadeo y volvió a quedarse inmóvil.

            Con la llegada del amanecer, las tres felinas regresaron a su forma humana y comentaron angustiadas todo lo que les había pasado.

            - A nosotras nos cogieron con una red, luego nos llevaron hasta aquí, en una jaula con ruedas, ¿y a ti? ¿Como te cogieron?

            - Salí a buscaros y caí en un agujero muy profundo.

            - ¿Pero por qué saliste de la cueva? ¡tendrías que haberte quedado y ahora no estarías aquí! - le recrimino Mothy.

            - Oí las voces de los guardias y tuve miedo, quise preveniros.

            - Bueno, ahora ya esta hecho, veremos lo que estos humanos tienen pensado hacer con nosotras.

            - Podríamos decirle al príncipe que nos libere.

            - ¡Vah!¡tu y tu entupido príncipe! ahora ya sabrá que nos han cogido y si te ve aquí todavía será peor. - Entonces, el prisionero abrió los ojos y las miró abriendo unos ojos como platos.

            - Pero... creía que habían traído tres enormes felinos!- se dijo para sí- ¡debo de estar viendo visiones!

            Mothy se sentó en el fondo de la jaula con el ceño fruncido sin preocuparse por tapar su desnudez y tanto Ninja como Karima, se acercaron a los barrotes, tapándose como mejor podían con la paja.

            - ¡No es una visión! ¡nos han cogido prisioneras a nosotras también!

 Karima le preguntó curiosa al prisionero:

            - ¿Sabes quien es el encargado de vigilarnos?

            - Detrás de esa puerta hay dos guardias, ¿para que quieres saberlo? igualmente es imposible salir de aquí...

            - ¿Cuanto llevas en este lugar?

            - ¡Uf! he perdido la cuenta ya, mucho, mucho tiempo... y creo que estoy volviéndome loco, fijaos que ayer noche os confundí con tres hermosos animales.

            Mothy rió por lo bajo mirando a las chicas.



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En el texto hay: edad media magia

Editado: 25.10.2023

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