Las tres partes de nuestro Amor.

Capitulo 2.

     Mi madre siempre tan atenta se puso de pie en un santiamén para recibir a los visitantes con una gran sonrisa. 

-Por favor, tomen asiento. Ella es mi hija Amelia -me miró de arriba a bajo- lamento mucho su apariencia, temo que insistió en no cambiarse.  

    En ese momento me arrepentí de no haber obedecido a mi madre cuando me indico cambiarme.  

-La verdad es que no veo lo malo en la vestimenta de la Srta. Amelia.  

    Mis ojos se elevaron para encontrarse con los de Lucían que avanzaba para tomar asiento frente a nosotras. Mi madre se aclaró la garganta mientras se volvía a sentar, estaba diciendo de su forma tan sutil que debía responder al comentario de Lucían. Y claro que lo haría.  

-Es gracioso que usted opine de ese modo Sr. Morgenstern, ya que a mí madre le preocupaba que a ustedes nuestros invitados les desagradara mi forma de vestir. Así que  ya tengo su opinión sobre mi ropa, pero ¿Qué hay de usted Sr. Aron? ¿También le agrada mi atuendo como a su hermano, o comparte la misma preocupación que mi madre?  

     Cómo era de esperarse mi madre se sobresalto ante mi respuesta pero se recompuso cuando Aron hablo por fin. 

-Para serle honesto Srta. Amelia, no soy el más indicado para opinar sobre moda, pero si estoy seguro de que usted se ve divinamente bien con lo que desee usar.  

    Mis mejillas se tiñeron de un color rojo intenso por lo que tomé el libro que había dejado a un lado para fingir leerlo y así ocultar mi rostro. 

-¡Amelia! No seas mal educada, tenemos visitas y ellos estaban platicando contigo. Deja ese libro inútil con conceptos vacíos y  concéntrate en atender adecuadamente a los caballeros.  

     Con un suspiro cerré mi viejo ejemplar desgastado por el uso y lo deposité sobre mi falda.  

-¿Inútil con conceptos vacíos? Yo no calificaría una obra de Jane Austen como inútil y definitivamente no consideraría al libro “Persuasión”  cómo conceptos vacíos. 

-Claramente la Srta. Amelia aprecia la lectura y sabe el valor de lo que lee.  

-Claramente lo hago Sr. Morgenstern. 

-Por favor, dime Lucían a secas. Al decirme “Sr.” Me haces sentir mayor.  

-Estoy de acuerdo con mi hermano. 

-¿Entonces quieren que les diga “Lucían” a ambos? 

-¿Qué? No, me refería a que… 

-Aron, solo estaba bromeando. Es claro que comprendí a lo que se referían. Ahora, si desean que los llame por sus nombres de pila entonces les pediré algo a cambio también. 

-Como usted ordene Srta. 

-Dejemos de utilizar este lenguaje tan pomposo y llámenme por mi nombre ya que solo tengo 21 años y al igual que ustedes me están haciendo sentir una vieja solterona.  

-¡Amelia! 

-Mamá, sabes que tengo razón. Me gusta y amo leer las obras de Jane Austen, pero no vivo en su época y dios sabe que agradezco eso. Si, acepto que a ti te encante mantener esa cortina de la alta alcurnia, pero no me arrastres a mi en eso por favor, estamos en pleno siglo veintiuno.  

    Mi madre se quedó boquiabierta como si la hubiera abofeteado y por un momento me sentí terriblemente mal, pero era consiente de que esa culpa se me había sido inculcada para situaciones como estás en las que quería oponerme a una idea o situación. Así que me sobre puse a ese sentimiento y no me retracte de lo dicho.  

-Estoy de acuerdo Amelia. Mi hermano y yo siempre hemos considerado un tanto… exagerado el tener que hablar de determinada forma con los demás.  

    Aron asistió con la cabeza en apoyo al comentario de su hermano y entonces mi madre suspiro en rendición.  

-Muy bien, respetaré su decisión. Amelia, los Sres. Morgenstern estarán con nosotras por una larga temporada, nuestras familias son viejas conocidas. Confío en que sabrás comportarte como una digna anfitriona.  

-Claro.-Ella me miró como sentenciándome- Madre.  

-Así está mejor. Muy bien, ya que serás tan buena anfitriona no tendrás problema en mostrarles nuestra residencia a los invitados.  

-Por supuesto madre. Caballeros, acompáñenme por favor.  

    Ambos se pusieron en pie con una sonrisa radiante.  

<<Madre, seré una anfitriona de lo mejor, ya verás.>>  
 




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