Estaba claro que debía salir de ahí inmediatamente y pensar con claridad para procesar lo que acababan de decirme esos dos. Así que hice lo más inteligente que se me ocurrió entonces, mire a mi alrededor y noté que la ventana del fondo de la cocina estaba abierta por lo que tomé carrera y simplemente salí al exterior a través de ella. No me moleste en ver si me seguían o no, simplemente corrí hacía el interior del bosque y no me detuve hasta que llegué al claro donde solía ir a pensar cuando era más joven. Dos cosas estaban muy claras en este caso, yo jamás había sido normal a la hora de entablar una relación, por algún motivo no duraba demasiado tiempo con una pareja ya que siempre sentía que había un vacío, algo que no estaba completo no se sentía como una relación en la que lograra satisfacerme y siempre sentí cierta predilección hacía los romances triangulares. Por alguna extraña razón me parecían más satisfactorio leer sobre triángulos amorosos que de un amor tradicional, cuando leía los triángulos sentía que las tres partes de la relación se complementaban. Otra cosa que está más que clara es la atracción que siento hacia ambos hermanos, uno es pasión, salvajismo y el otro es ternura, suavidad y la combinación de ambos hace un dueto imposible de ignorar. Cerré mis ojos y mi corazón comenzó a acelerarse al imaginar a los Morgenstern besándome cada uno un punto diferente de mi ser, mis manos viajaron hacia mi cuello y hombro sin siquiera pensarlo. Entonces un par de manos rodeó mi cintura al tiempo que un beso era depositado en mi hombro derecho. Para mí sorpresa no me sobresalté, si no todo lo contrario, sentí alivió y me entregué a ese par de brazos rodeándome. Entonces otro se le unió pero de frente y me tomo de las caderas arrastrando mi cuerpo hacia el suyo, mis manos automáticamente se posaron sobre su pecho y no hizo falta que abriera los ojos para saber que se trataba de Lucían. Esté beso mi mentón e hizo un camino de besos hasta llegar al lóbulo izquierdo dónde mordió suavemente provocando que escapara un gemido de mis labios entre abiertos. Entonces paso su lengua suavemente como si tratara de cubrir una herida, lo cuál solo provocó un segundo ruido extraño en mi garganta.
-Dinos si deseas que paremos.
La voz de Lucían era algo ronca y sabía que si yo decía que pararan lo harían aunque no fuera eso lo que ellos deseaban. Y yo tampoco.
-No quiero que paren.
Entonces fue el turno de Aron. Sus labios recorrieron desde la zona detrás de mi oído hasta la clavícula y más allá. Sentí como mi pecho se entibiaba y mi corazón estaba a punto de estallar, mis labios hormigueaban nerviosos y deseosos por saborear los suyos. Cuándo creí que ya no podría aguantar más las manos de Lucían rodearon mi cuello y sus labios tomaron los míos posesivamente, el beso era enérgico, ardiente, desenfrenado y salvaje era todo lo que me había imaginado y más. Tomó mi labio inferior entre sus dientes y le dio una pequeña mordida provocando estragos en mi sistema nervioso, pero entonces se detuvo alejándose e inmediatamente extrañe la sensación de ellos. Iba a protestar cuando nuevamente me beso, no, este no era Lucían. El beso era más dulce, delicado, cada movimiento era como una suave caricia parecía que estuviera rosando los pétalos de una frágil rosa, mi estómago tembló al sentir está nueva sensación. Aron se abrió paso por entre mis labios lentamente y su lengua se encontró con la mía para realizar una dulce danza como dos viejos amantes que se reencuentran luego de mucho tiempo. Las manos de Lucían acarician la piel de mis caderas mientras deposita suaves besos por mis hombros, cuello y cualquier otro lugar donde haya piel expuesta. Entonces Aron se separa de mi boca y yo respiro pesadamente, los tres estamos igual de agitados. Mi cerebro estaba totalmente nublado por la excitación del momento y mi cuerpo quería más, no le alcanzaba solo con los besos y caricias, los deseaba, los quería, anhelaba tenerlos y que ellos me tuvieran. Quería más, mi vientre vibraba de deseo y otras partes de mi cuerpo me invitaban a avanzar, no quería detenerme y no quería a uno solo, mi corazón no me lo permitía, yo los quería a ambos, deseaba poseer a ambos.
-¿Cómo puedes luchar contra un sentimiento que va más allá de lo que dicta tu corazón?
-Simplemente no luches contra el y déjate llevar. Solo así sabrás hasta donde puedes llegar con el.
-Mi querida Amelia, no, nuestra querida Amelia debes confiar en nosotros y hacer lo que tu mente y corazón dicen que hagas.”
<<Y así fue como mis deseos y anhelos más obscuros fueron liberados por estos dos hermanos dispuestos a cumplir todos y cada uno de ellos. ¿Cómo negarse a eso? Es simple, no se puede.>>
Editado: 01.06.2023