Las tres partes de nuestro Amor.

Capitulo 7.

     Luego del momento incómodo decidimos que el patio no era el lugar apropiado para ventilar nuestros asuntos personales así que fuimos a la biblioteca. Una vez allí mis dos mellizos protectores no se apartaron de mí ni por un segundo, tenía uno a cada lado de mi y ambos fulminaban con la vista a su padre quién nos debía una explicación a todos junto con mi madre. Y nosotros a ellos.  

-Amelia, explícate por favor. 

-¿Por qué mejor no empiezas tu mamá? ¿Estás saliendo con ese hombre? ¿Por eso es que has estado desapareciendo todos estos días? 

     Mi madre suspiro y miró por un segundo al hombre junto a ella que ahora a la luz del ventanal, podía distinguir claramente sus rasgos y estos me indicaban que los Morgenstern habían heredado los genes de su padre. Luego de que esté le tomara la mano a mi madre en señal de apoyo, ella me miró. 

-Si Amelia, estoy saliendo con Richard Morgenstern.  

-¿Hace cuánto? 

-Llevamos saliendo cerca de dos años. 

-¿¡Tanto!? ¿Pero… cómo hiciste para ocultarlo?  

-Es simple mi querida niña, tu no preguntas y yo no digo. La verdad es que deseábamos decirles sobre lo nuestro es por eso que estos días he hecho mis desapariciones más evidentes. Lo que no nos esperábamos era esto.  

     Nos miró a los tres pero para mí sorpresa en su mirada no había reproche sino comprensión.  

-Yo… mamá… 

-Sra. Lanford, lamentamos que se haya enterado de este modo pero de lo que estamos muy seguros con Aron es que no lamentamos ni un segundo el estar con su hija. Queremos que sepa que ella no tiene la culpa, nosotros insistimos y la persuadimos hasta que aceptara.  

-Lucían tiene razón Amelia no tiene la culpa de nada. Padre, puedes darnos el sermón de tu vida y podemos renunciar a la herencia y a todo lo que tú quieras o consideres  justo que perdamos, pero si hay algo que no estamos dispuestos a hacer es renunciar a Amelia.  

-Chicos… ustedes. 
     

     Estos dos hombres se estaban enfrentando a mi madre y a su propio padre defendiendo lo nuestro y a mí sin importarles las consecuencias, lo único a lo que no renunciarían nunca es… a nuestra relación. Si ellos podían hacer frente a esta situación y luchar por lo nuestro ¿A caso yo no les debía lo mismo?  

-Mamá, ellos no me obligaron a nada. Para serte honesta, me fijé en ellos dos el primer día que pasaron nuestra casa.  

      Eso me valió la atención de ambos hermanos y Lucían por supuesto incluso esa situación no pudo contener esa sonrisa seductora y su ceja elevada en un claro gesto de <<¿Es en serio? Y tú te nos hacías la difícil.>>

-No me miren así o no podré continuar. -Ambos se voltearon nuevamente pero notaba sus hombros sacudirse en una risa interna.- Cómo les decía, era imposible no fijarme en ellos, ambos son especiales a su modo. Y para ser honestas mamá ¿Cuántas veces te presente un novio realmente formal? 

     No hizo falta que pensará mucho antes de responder puesto que la pregunta era simple al igual que su respuesta. 

-La verdad nunca, una vez estuviste muy cerca de hacerlo pero terminaste con él ese mismo día. El pobre chico regreso a casa unas seis veces suplicando verte para regresar. 

-¿De verdad Jhonas regreso? 

-Por supuesto querida. Pero yo sabía que tú no estabas enamorada de él así que como tu madre me ocupé de espantarlo para que esté no regresara a molestarte.  

-Jamás me enteré de eso. 

-Hay mucho que tú no sabes cariño pero que yo sí. Ya que estamos siendo sinceros, te diré que la llegada de Lucían y Aron a la casa y su estancia aquí no fueron de pura casualidad.  

-¿Qué?  

     Los tres preguntamos al mismo tiempo y tanto mi madre como Richard se rieron de nuestra reacción. Está vez fue él quien intervino.  

-Primero que nada me voy a presentar formalmente ante usted Srta. Lanford. Soy Richard Morgenstern padre de esos dos diablos parados junto a usted. Ahora ¿Por qué no tomamos asiento?  

     Lucían y Aron escogieron el sofá largo para sentarse uno en cada extremo y que yo quedara en el medio, nuestros padres se colocaron frente a nosotros.  

-Verán, siempre sospeche que mis hijos tenían una forma especial y distinta de entregar su amor, sabía que no era como lo hacen normalmente las demás personas.  

-¿Padre porque no te incluiste en “las demás personas”? 

-Aron hijo, ¿A quién creen que salieron así? Yo soy exactamente igual que ustedes, mi forma de amar es diferente a la de los demás y en ustedes lo noté también.  
 

-Un día estábamos almorzando con Richard y comenzamos a hablar de ustedes. Él me comentó sobre lo especial y diferente que eran sus hijos así que yo le hable de la mía. Le dije que a pesar de que ella no se daba cuenta aún, yo si lo había visto venir. Sabía que para ella era imposible encontrar el amor en un solo ser siempre se había sentido incompleta en una relación clásica y sin embargo sentía que una relación estaba completa cuando leía algún triángulo amoroso.  

-Mamá entonces ¿No estás decepcionada?  

-Por supuesto que no. ¿Cómo me voy a decepcionar de algo que yo misma quería que pasara?  

-Exactamente, Eleonor y yo los reunimos para ver si entre ustedes afloraba un amor como el que cada uno de ustedes buscaba. Entre los tres forman una pareja magnífica solo viéndolos, no me quiero imaginar lo que serán siendo una familia. 

-Entonces si entendí bien, el hecho de que nosotros tres saliéramos ¿Estaba en sus planes? Esto es fantástico, de verdad porque honestamente entre nosotros formamos las tres partes de nuestro amor.  

-Nuestra pequeña roja tiene razón, cada uno aporta su parte para que esto funcione con rasgos y personalidades opuestas pero que se complementan.  

-Dicho esto y aclarado el asunto, les damos nuestra bendición para que formalicen su relación y a cambio, esperamos la suya para la nuestra.  

-Mamá ¿Qué pasará cuando debamos presentarnos ante la sociedad como una familia?  

-Pff, hija la sociedad puede irse al garete junto con sus prejuicios ustedes se aman entonces formen una familia propia y nosotros con su aprobación queremos dar el siguiente paso a nuestra relación.  

-¿A caso hablan de casamiento?  

-Si.  

     Nosotros nos miramos con una sonrisa en cada uno de nuestros rostros brillando de felicidad.  

-Por supuesto que tienen nuestra bendición y todo nuestro apoyo.  
-Gracias hija de verdad.  

-A ustedes también muchachos, gracias. 

-Mamá ¿Si esto es lo que querías, porque parecías tan horrorizada ahí fuera? 

-Las apariencias cariño, abecés es bueno mantenerlas además quería saber la historia antes de decirles la verdad.  

-Oh claro 
 




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