Las White (maya)

Mi guerrera

No lo puedo creer, una niña vino a voltear mi mundo en este momento, es inoportuno pero yo me encargare de que no le suceda nada, aun con una sonrisa en mis labios me dirigí a la manada para revisar que todo esté en orden, paso toda la tarde caminando por los limites revisando cada parte del bosque hasta que me encontré a Maya junto a los de su manada

-¿Maya que hace aquí?- pregunte molesto- es peligroso que estés afuera- ella me vio y frunció el ceño

-Estamos haciendo un recorrido para conocer el lugar, además no estoy sola y te recuerdo que yo también se defenderme, no soy una muñequita de sala- dijo mientras empezaba a correr y los demás la seguían, no lo puedo creer… ¡esa niña!

-espera, yo iré con ustedes, no puedo dejar que mi luna ande sola por ahí- no dijo nada y siguió con el recorrido

Luego de eso les enseñe la manada, Maya no dijo nada más que lo necesario y eso me molesta no quiero que se enoje con migo, caminamos a la casa y la invite a cenar, durante la cena tampoco dijo nada y eso me molesto más aún, luego la lleve a la habitación, tomo una ducha y luego yo también cuando salí estaba acostada pero aún no se dormía así que decidí hablar con ella

-Maya… lo siento- rayos nunca me había disculpado- entiende que no me gusta que te expongas de esa manera, tu lugar es aquí no haya afuera-

-Le estas echando más leña al fuego Leonardo- rayos nunca me había desagradado que dijeran mi nombre completo, se sentó y me miró fijamente, como si estuviera viendo mi alma- Leo entiende que yo vengo de “Akela”… haya las cosas son diferentes, no tenemos perjuicios todos somos libres de hacer lo que queramos y eso me gusta, yo no soy una muñeca de sala, soy una guerrera y si no puedes entender eso no creo que pueda ser tu luna… me quedare en la casa que nos asignaste, necesito que piensen en lo que te acabo de decir- me dio un beso en la mejía  me dejo ahí pensando en lo que acaba de decir

“mi luna una guerrera”… pero si lo permito las demás mujeres de la manada querrán tener libertades como esas… pero si no lo hago… la perderé… ¡aahhhh!... maldita “Akela”, por su culpa ahora tengo que tomar una de las decisiones más duras… mi luna… o…. mi manada. Tengo que pensarlo bien

 

No pude dormir pesando en que Maya se empeña en seguir en la guardia de la manada y yo no lo puedo permitirlo, eso significa más problemas para la manada… pero a la vez debo pensar en mi luna y en que no podré vivir sin ella ahora que la he encontrado, sin darme cuenta voy hasta donde están entrenado; los veo por un rato son buenos, Maya solo se dedica a verlos y corregirle algunas cosas a uno de los chicos que se ve muy joven, solo un poco mayor que Maya, son buenos pero a ella aun no la he visto luchar y la idea no es que me agrade mucho

Dejo de verlos y me dirijo a los límites de la manada para ver si se están cumpliendo mis órdenes… al verificar que todo está bien y que no hay problema doy un paseo rápido por la manada, cuando veo la hora noto que es más de medio día así que me dirijo hacia la casa para darme un baño y comer algo antes de seguir atendiendo los asuntos pendientes

Subo a mi habitación y puedo escuchar música acelero mi paso para ver quien se encuentra ahí solo espero que no sea Julia, sería un desastre si Maya la encuentra aquí, eso me recuerda que tengo que hablar con ella sobre nuestros encuentros, al abrir la puerta no encuentro a nadie solo un celular que no es mío conectado al reproductor que tampoco es mío

-hola, lo siento no creí que regresarías tan pronto- al escuchar su vos me gire rápidamente, mala idea, solo llevaba una pequeña toalla blanca y su cabello mojado caía sobre sus pechos apenas tapados por la toalla – quería darme una ducha y ya que mi ropa está aquí…- hizo una pausa y bajo la cabeza- lo siento, tomare mi ropa y me iré- sus últimas palabras me sacaron de mi estudio de su cuerpo

-no te he pedido que te vayas, eres mi luna y lo mío es tuyo- dije muy convencido

-pero…- hizo una pausa, respiro profundo y hablo- tu no quieres que continúe con la guardia y yo no puedo ser una luna de adorno como las demás- dijo mientras hacía lo posible por no llorar

-mi luna, entiende que esto es nuevo para mí – corte el espacio que nos separaba y la abracé- es solo que no me gustaría que te expongas al peligro de una batalla-

-y yo, si debo aceptar que tú te pongas en riesgo mientras yo solo espero sin hacer nada para defender a mi pueblo, a los que amo… te imaginas que pasaría si tenemos hijos y nos atacan y tú no estás para protegernos, nos perderás a todos solo por una estúpida creencia de que las mujeres no pueden luchar- al terminar de hablar me abrazó y sentí sus lágrimas mojar mi camisa

-Maya…-

-¡No Leo!... No puedo ver como hieren o matan a los que amo y no hacer nada… dime si tú fueras yo, ¿dejarías que mataran a la persona que amas o a tus hijos, sabiendo que pudiste hacer algo para defenderlos?-

No pude responde su pregunta es… complicado... Yo no dejaría que lastimaran a los que amo. Odio reconocerlo pero ella tiene razón, la misma angustia y preocupación que yo siento por ella, es la que ella siente por mí… y no solo ella, sino también las mates de todos los hombres de la guardia de la manada… ¿Qué debo hacer? No es algo que deba tomarme a la ligera, los cambios no son fáciles pero por algo se empieza, y con la ayuda de mi luna lo puedo lograr, pero primero debo hablar con ella… me levanto de la cama y observo por la ventana, ¡Rayos! Ya es de noche, he pensado demasiado el asunto… ella debe estar en la casa que asigne para ellos, dejare que descanse, pero mañana a primera hora la buscare para hablar con ella



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En el texto hay: secretos

Editado: 07.10.2019

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