Las Zapatillas del Doctor

Capítulo 4 "Llego otra loca Mas"

Max Pov

— ¿Puedo pasar? —Pregunta Cari asomando su cabeza por la puerta.

—Aunque diga que no, lo harás de cualquier manera—digo mientras me cruzo de brazos y me recuesto sobre mi silla.

—Vi salir a Vanessa como loca y sumamente enojada de tu oficina—me pregunta Cari cuando se sentó frente a mí.

—A ti y a mi madre no les puedo mentir—comienzo a contarle como se comportó hoy Vanessa—Y juro que no la entiendo, cuando la conocí; su carrera aun no despegaba y yo nunca le reproche nada cuando quería salir con ella y ella se negaba porque no podía, asegurando que tenía trabajo y te juro que por más pequeño que fuera su trabajo nunca  le reclame nada y ella no para de reprocharme a mí que si ya soy socio porque sigo trabajando como si fuera un residente, ¿puedes creer eso Cari? —

—Si lo puedo creer — responde y suspira antes de continuar—Desde el principio ella no le agrado ni a tus amigos ni a tu familia, pero te negabas a aceptarlo—

—Creo que tienes razón…. Ella se comporta diferente desde que su carrera despego—

—Sera mejor que te deje solo— habla Cari poniéndose de pie—Necesitas pensar un poco sobre esto y por fortuna aun tienes tiempo—mira su reloj— tu próxima cita es dentro de una hora—dice y sale por la puerta. Cari tiene razón, necesito pensar sobre mi relación con Vanesa.

 

Isis Pov

Después de un largo viaje en taxi por las calles atestadas de la ciudad de Nueva York, llego a mi departamento y por suerte en conserje es muy amable y me ayuda a subir a mi piso. Cuando estoy a punto de dejar mi hermoso trasero sobre el cómodo sillón, suena el timbre de la puerta y juro que, si son Esther y Mike sin llaves, los tiro por la ventana, aunque tenga una pierna lastimada.

Abro la puerta sin ver y un cuerpo se me abalanza encima.

¡Por dios! ¡Van a Asaltarme!

— ¡primita quería! — Me dice mi prima Leysi antes de levantarse de encima de mí, ¿Pero qué mierda hace aquí?

 

— Leysi, ¿qué haces aquí? — pregunto tratando de no sonar alterada por la sorpresa y el miedo de que vea mi pierna.

 — ¡huy que humor te cargas! — dice mi prima metiendo sus maletas al pequeño recibidor del departamento.

— Leysi solo tengo curiosidad— le digo tratando de ponerme de pie.

— ¿Qué no te dijo tía Itzá? —  Pregunta refiriéndose a mi madre.

—si lo supiera no te preguntaría, ¿no es obvio? — le respondo.

— Okay ya, vengo a vivir contigo— Exclama; juro que, si mis dos amigos estuvieran aquí, se reirían como locos ante mi cara de sorpresa. —Me aceptaron en un programa de intercambio para poder estudiar administración en una escuela aquí—

— ¡¿Qué?! — grito, y creo que se escuchó hasta el otro lado de Manhattan.

— Si vamos a vivir juntas— me vuelve a abrazar, pero por accidente golpea mi bota y gimo por el dolor causado — ¿qué pasa? — pregunta

—Me he lastimado— señalo mi pie.

— ¿Pero ¿cómo? ¿Te duele mucho? ¿Desde cuándo? ¿Porque no me dijiste? —  me bombardea con tantas preguntas.

— okay, tranquilízate; me lastime hace dos días afuera del McDonald's y no me dolía hasta que golpeaste la bota—ironizo.

— ¿le dijiste a tu mamá? —

—No ni loca, me obligara a regresar a New Orleans y tú tampoco puedes decirle porque si no le diré a tía Loren que hacían tú y tu exnovio Derek cuando iban a "estudiar" en la "biblioteca"— la amenazo y traga duro ante eso. Lose, eso es juego sucio pero mi queridísima primita y yo somos así. Leysi abre los ojos sorprendida y niega con la cabeza repetidas veces.

— Cuenta con ello— me promete, y suspiro aliviada porque Leysi es una de esas chicas que nunca rompe una promesa — ¿y donde dormiré? — pregunta observando todo el departamento.

— tenemos un cuarto extra — que en realidad es un cuarto de 3 x 3 metros cuadrados, es lo único malo de esta ciudad, si quieres espacio debes de estar dispuesto a pagar un precio muy alto— pero no tiene cama y en lo que conseguimos una dormirás en el sillón y también ayudaras con la limpieza y el mantenimiento del departamento— le explico nuestra forma que tenemos con los demás.

— Si no hay de otra— se encoje de hombros — ¿Y qué hacías antes de que yo llegara? — pregunta sentándose en el sillón.

 

Camino hasta donde esta y me dejo caer a su lado — Acabo de tener la primera terapia y vengo de haya, estoy cansada pero contenta porque el doctor me dijo que, si trabajamos dos semanas diarias, pronto estaré como nueva— le cuento.

— ¿Y qué pasa con el ballet? — pregunta. Le cuento que por el momento las audiciones para mi están cancelas— ¿Sucede algo? — Me pregunta — te quedaste pensativa— me explica.

—Se me olvido preguntarle al doctor si puedo realizar mi calentamiento— le respondo.

—llámalo—me sugiere.

La miro y asiento, saco mi celular de mi chaqueta, y marco su número después de que Cari me lo diera. Marco y al tercer tono responde.

Hola—responde al otro lado de la línea.

—Doctor Lombardo, soy Isis y Cari me dio este número para poder comunicarme con usted y quisiera preguntarle, ¿puedo hacer mis ejercicios de calentamiento? —

— ¿Es muy necesario hacerlo? —pregunta sonando fastidiado.

—Sí, tengo que hacerlo para que no pierda la práctica y la movilidad de en los músculos—le explico.

Lo puedes hacer, pero no te excedas mucho, si tus músculos se calientan procura relajarlos antes de hacer movimientos bruscos y sobre todo cuando ejercites la parte del tobillo al mínimo dolor descansa porque si no puede generar una lesión mayor

—Muy bien, gracias y perdón por la molestia—    

tranquila, mientras en mis horas de consulta no hay problema, pero si es en mi descanso o en días que no trabajo, solo que sean emergencias — me recuerda.  Finalizo la llamada y miro a mi prima.



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En el texto hay: hospital, amor, doctor

Editado: 30.11.2021

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