Isis Pov
La cerradura del apartamento comienza a hacer el típico ruido antes de que sea abierta.
Veo como Mike y Esther entran en el departamento con muchas bolas del supermercado.
— ¿Y Max? —pregunta Mike.
—Se ha ido—les respondo simple.
—Paso algo, ¿verdad? —pregunta Esther y siento mi pecho volver a oprimirse.
—Max me beso... —les cuento.
— ¡Sí! —Grita Mike y casi brinca de felicidad. Pero al ver mi cara, la sonrisa que tenía se borra— ¿Qué pasó bruja apestosa? —
—Al principio todo muy bien y no te voy a mentir, ¡me encanto el beso! —les expreso volviendo a recordar el sabor y la textura de esos labios.
— ¿Entonces? —pregunta Leysi con demasiado interés.
—Dijo que estuvo mal, que no debió besarme porque soy su paciente y es anti-ético—les cuento.
—Pero, ¿Le gustó el beso? — pregunta Mike.
— ¡Mike! —lo reprenden Esther y Leysi a coro.
—Está bien chicas, antes de irse me pidió que no lo malinterpretara; que el beso si le había gustado—
— ¡Sí!, no todo está perdido—grita Mike.
— ¿A qué te refieres? —preguntó a mi loco amigo.
—En primer lugar; a Max le gusto el beso y muy pronto dejaras de ser su paciente... —empieza Mike.
—Para ser más exacta, en dos semanas—apunta Esther, ella y su manía por la exactitud y la puntualidad.
—Aja... Yo no le encuentro el impedimento a que después de esas dos semanas ustedes empiecen una relación—explica Mike.
—Es él quien no quiere una relación—les aclaró.
—Ah, ¿Entonces tú si quieres tener una relación con Max? —pregunta Esther con interés.
— ¡El me gusta! —respondo antes de taparme la cara con un cojín.
— ¡Hay mi bruja se enamoró! —exclama Mike tratando de sonar tierno.
Si ese hombre no fuera tan guapo; omitiendo lo gay, lo haría mi novio. Sonrió ante mi último pensamiento y abrazo al loco de mi Mike
Max Pov
Han pasado dos días desde el “incidente” en el departamento de Isis, admito que el beso que nos dimos no lo puedo sacar de mi mente y mucho menos el momento tan estúpido en el que la rechacé.
— ¡Hola Max! —saluda mi amiga Tessa cerrando la puerta de mi consultorio. —Estuve tocando, pero como no me contestabas decidí entrar por mi cuenta— habla y se queda mirándome un rato, instintivamente toco mi mejilla para ver si tengo algo en la cara.
— ¿Sucede algo Tessa? —le pregunto a mi amiga que me sigue mirando.
—Luces cansado y estoy 100% segura que no tiene que ver con los turnos nocturnos y las guardias que has tenido durante la semana— habla mi amiga. — ¿Me dirás que tienes o tendré que volver a usar mis métodos de la universidad? —pregunta. Cruzando los brazos sobre su pecho.
Inhalo profundamente antes de contarle todo a mi mejor amiga.
— ¡Eres un idiota Maximiliano Lombardo! —Me grita después de haberle contado — ¿Tú eres tonto o te haces?, ¿Cómo puedes poner un pretexto tan pobre como ese con una chica como Isis?, Deberás no sé qué tienes en la cabezota Maximiliano. —me bombardea con preguntas.
—Tessa sé que hice mal en poner un pretexto así pero no quiero que se repita la historia de nuevo—le explico. —Después de lo que paso hace 5 años, ustedes me aconsejaron que volviera a intentarlo otra vez, que todas las mujeres no eran iguales a ella y lo intente…y mira lo que resulto, Vanessa me engaño—
—Max… te lo dije hace 5 años, no todas las mujeres son iguales—me dispongo a interrumpirla, pero mi amiga es más lista que yo y antes de que pueda incluso salir las palabras de mi boca, ella vuelve a hablar—Y no me salgas con lo de Vanessa que con esa relación nadie estuvo de acuerdo, te apoyamos porque volvías a ser ese Max risueño y divertido de antes—
—Lo se Tessa… y por eso los quiero a ti, a Matt, a Cari y a mi familia, pero no quiero cometer el mismo error—
—Max, te lo vuelvo a repetir y métetelo bien en esa cabezota tuya que tienes, ¿Soy igual que ese par de pirujas? —me pregunta y niego. — ¿Lizzie es igual a ellas? — vuelvo a negar. —Y lo más importante, ¿Isis es igual a ellas? — pregunta y antes de que pueda procesar mis palabras la contestación sale automáticamente de mi boca.
— ¡Por supuesto que no! —exclamo.
— ¡Bravo! —casi grita Tessa ante mi respuesta— ¡Hasta que por fin reaccionas! — Habla mi amiga y sonríe antes de darme un abrazo — ¿Y qué piensas hacer para arregla este desplante? —pregunta después de separarnos.
— ¿Me podrías ayudar con eso? —le pregunto.
—Si no lo hiciera no sería Tessa Kensington—responde afirmando a mi respuesta. Empieza a caminar por todo mi consultorio ya que según ella así se concentra y piensa las cosas mejor— ¡Tengo una idea! —exclama y comienza a dar saltos en su lugar.
—Cuéntame…—le pido.
—Simplemente te pondrás tu traje que es completamente negro y que te queda de infarto, compraras sus flores favoritas y no hablo de una o dos docenas, te presentaras en su casa y con un letrero con la siguiente frase “¿Me perdonas?, sé que soy un tonto y lo arruine” que por supuesto yo escribiré y se lo darás— me explica y antes de que pueda protestar está usando el teléfono. — ¿Florería “Los Tulipanes de Manhattan? —Pregunta a la persona que está al otro lado de la línea, —Excelente, quiero encargar 5 docenas de narcisos amarillos— Me pregunto cómo sabe esta mujer que esas son las flores favoritas de Isis—muchas gracias, Maximiliano Lombardo pasara por el pedido a las 8:00 pm—
— ¿Cómo sabes que los narcisos son las flores favoritas de Isis? — le pregunto sin poder resistir la curiosidad.
—Simplemente…cuando estaba esperando afuera de tu consultorio vi la funda de su celular y me llamo la atención porque eran narcisos amarillos y empezamos a hablar sobre eso y de esa manera sé que son sus flores favoritas—me explica.