Isis Pov
Terminó de ponerme labial frente al espejo; por insistencia de Mike. He pensado mucho en la conversación que tuvimos con mis amigos y en verdad me han dado mucho en que pensar, es cierto, estoy enamorada de Máx. Pero no quiero y tampoco lo he admitido.
El beso que nos dimos fue fantástico, ¡ese doctor besa de maravilla!
El sueño en el que nos sumergimos, termino demasiado rápido cuando el decidió separarse y decir todo eso. Aunque tuve el valor de rechazar su invitación a cenar, no sé cómo verlo a la cara el día de hoy.
¿Por qué rayos tenías que besarme y después rechazarme?, me pregunto mentalmente y gimo de frustración desde ese momento mi mente, no atenido ni un solo día de descanso.
— ¿Estas lista Isis? —pregunta Esther al entrar en mi habitación. Me mira y sonríe al verme con el labial a unos centímetros de mi boca.
— ¿Qué sucede Esther? —le pregunto directamente.
— ¿Te estas arreglando así para Max? — Pregunta directamente como siempre, trato de responder algo coherente, pero es más lista y se adelanta—Y no me digas que lo hiciste porque Mike casi te amenazo, él no está aquí y no podrá ver si de verdad lo harías o no—
—A ti no te puedo mentir…—comienzo a hablar y tomo un poco de aire antes de continuar—Eres como mi hermana y siempre me has apoyada en cada una de mis decisiones sean estupideces o no—hablo y ella sonríe— ¡Estoy enamorada de Max! —al fin lo admito en voz alta y espero su reacción, por lo que parecen largos minutos permanece en silencio.
—Dime algo que no sepa—pide y en este momento no se si reír o llorar, esta mujer si está realmente loca.
— ¿Según tú, desde cuándo lo sabias? —le pregunto.
—La noche del bar, solo te faltaba que babearas por el—responde y tomo una almohada de mi cama y se la aviento en la cabeza.
— ¡Oye! —se queja.
— ¡Yo no babeo por Max! —replico.
—Lo que tú digas—dice Esther, comienza a caminar hasta donde estoy y me da un abraso, sin dudarlo correspondo —Gracias por tenerme la confianza, pero si no mueves tu trasero ahora maquillado llegaras tarde con ese galán que por fin te pudiste conseguir— habla en forma dramática, parece que el ser actriz la está afectando— Pensé que te quedarías soltera por el resto de tu vida—
— ¡Oye! —Respondo—tú también esta soltera, pensé que de viejitas nos quedaríamos a vivir juntas cuidando de nuestros gatos—
—Aquí, la única que se va a quedar soltera cuidando de los gatos serás tú si no te pones las pilas con ese doctor que está loco por ti, mira que con ese atractivo que se carga, debe tener a muchas interesadas detrás de él—termina y sale por la puerta, agradezco que lo haga porque enfrascarse en una pelea con Esther es un cuento de nunca acabar, me pongo a pensar en lo último que dijo Esther y no sé qué hacer en realidad.
Alejo toda esta conversación de mi cabeza y continúo dando los últimos retoques a mi maquillaje; llevo solo lo labial, y delineador. Miro mi reflejo por última vez y espero no ser muy obvia con todo esto.
Salimos a la calle y Esther para el taxi, hoy lo veré y no sé cómo demonios comportarme. Minutos después comenzamos a caminar por la entrada del hospital.
— ¡Hola niñas! —Nos saluda Cari al vernos— ¿Estas listas para tu revisión Isis? —pregunta con toda su atención puesta en mí.
— ¡Hola Cari! —Respondemos con Esther— la verdad estoy algo nerviosa— como acto involuntario empiezo a morder mi labio —De esta revisión depende si bailo o no en el espectáculo que daremos—
—Tranquila pequeña, ya verás que serás la mejor bailarina en el escenario—me anima Cari.
— ¡Tiene que serlo! — Exclama Esther— ¡Adiciona para el protagónico! —
—Pues en ese caso, acompáñenme a la sala de Rayos X—Pide Cari y camino con Esther detrás de nosotros. De pronto antes de entrar a la sala Cari se voltea y mira a Esther solamente— ¡Hasta aquí; solo puede pasar los pacientes y el personal autorizado!, ya sabes por las cuestiones de seguridad—pide y es algo raro en la actitud de Cari, ¿O será porque cada vez que vengo con Mike, él se queda en el pasillo esperándome?
—Te espero aquí—dice Esther. Asiento en respuesta. Y comienzo a caminar con Cari delante mío. Hacemos todo el procedimiento de rutina y justo antes de que termine de ponerme el pantalón entra Maximiliano Lombardo por la puerta. Me recorre de pie a cabeza y se toma demasiado tiempo en mis piernas desnudas, me sonrojo automáticamente.
Observo como se aclara la garganta y vuelve a su pose de profesional— ¡Señorita Bartolo! me informaron que ya tienen listas sus radiografías, solo venía a informarle que llegare unos minutos tarde a nuestra consulta, por motivos personales— Las pocas esperanzas que tenía con este médico se me están acabando, y por si fuera poco remarca la palabra personal. ¿Qué se cree este hombre? Vengo con la mejor actitud y disposición y el sale con sus juegos infantiles.
—No se preocupe doctor Lombardo, yo entiendo— hablo y aunque los celos empiezan a atacarme, —Valla y resuelva sus asuntos personales que yo sabré en que ocupo mi tiempo—veo como se puso tenso, ¡Perfecto! Este juego lo pueden jugar dos personas doctor Lombardo. Esther y Mike estarían orgullosos de mí ante mi reacción.
Me mira un rato más antes de salir por la puerta, se me ocurre una gran idea, pero necesito a mi maldad interna, ósea mi adorado Mike, saco mi celular y mando un mensaje a Mike.
— ¿tienes tiempo? —tecleo y envió el mensaje.
—Para ti siempre mi bruja apestosa—contesta al instante, hago un pequeño resumen en mi cabeza de que le contare y cuando al fin decido tecleo el mensaje.
—Max entro a la habitación donde me estaba poniendo el pantalón después de las radiografías de rutina y me vio en ropa interior, ¿Qué hago ahora? —
—¡Santos dioses del teatro!, ¿Qué hizo cuanto te vio?, ¿Qué hiciste tú? Dime por favor que eso termino en un ardiente beso y arrimón contra la pared—pide y me sonrojo al instante ante la fantasía que se creó en mi cabeza por esa simple frase.