Max Pov
¡Maldición!
¿Por qué rayos tuve que ver a Isis de esa manera?
Estoy completamente seguro de que la malvada de Cari tuvo mucho que ver con esto, en cuanto la encuentre me tendrá que dar una muy buena explicación de por qué hizo esto. Entro rápido a mi consultorio y me dejo caer en mi silla, como veré a Isis a los ojos sin imaginar la escena que tuve delante de mí hace unos minutos.
¡Por dios, que par de piernas!
Contradiciendo a esa voz en mi cabeza que me está prácticamente gritando que no lo hago, levanto el teléfono y marco la extensión del consultorio de mi amigo.
— ¡Necesito que vengas urgente a mi consultorio! —Exclamo.
— ¿Es algo interesante? —pregunta Matt.
—Si no lo fuera no te estaría llamando—ahora es cuando me doy cuenta de que esa voz en mi cabeza tenía razón.
—Estoy bromeando, llego en un segundo— avisa y cuelga.
Y efectivamente, no pasan ni cinco minutos cuando Matt entra por la puerta y antes de cerrar dispara— ¿Qué sucedió ahora? —
— ¡Vi a Isis solo con la parte de arriba de su ropa! —exclamo y la cara de sorpresa de mi amigo cambia a una de curiosidad una vez que asimilo lo que le confieso.
— ¡Picaron! — Me dice sonriendo —En primer lugar, ¿Qué estaban haciendo para que tú la vieras solo en pantis? — pregunta todavía más interesado.
— ¡No estábamos haciendo nada! —Le aseguro—En primer lugar, Cari me dijo que Isis ya estaba en la sala de rayos “X” y la vio algo nerviosa y me pidió que fuera a ver si algo andaba mal, abrí la puerta de donde esperan las radiografías y la encontré cambiándose y por supuesto que fue inevitable no fijarme en esas piernas que posee esa mujer— le explico y sigue con su cara de pervertido.
—Tú según te querías alejar y ahora la estás viendo semidesnuda— se burla y me dan ganas de aventarle algo.
— ¡Te llamé para pedirte ayuda o un consejo!, ¿Y que es lo que consigo? ¡A ti burlándote de mí! — le digo.
—Tienes razón, es mejor que me calme— contesta después de su ataque de risa por mi reclamación— se nota bastante que ya estas sufriendo, ¿En que necesitas mi ayuda? —pregunta volviendo a su posee de medico serio.
— ¡No sé cómo comportarme delante de ella!, la tengo que revisar y obviamente le tocare las piernas. Siempre que la reviso; Isis usa la bata que le cubre hasta las rodillas y hace unos minutos la vi desnuda desde la cintura hacia abajo —
—OK, eso sí que es nuevo y nunca pensé que pasaría tan rápido entre ustedes dos; par de lentos, pero mi consejo es que actúes profesionalmente como debe de ser, piensa en cosas desagradables como la señorita Simmons— termina y es inevitable que empecemos a reírnos al recordar a nuestra asesora de tesis; una mujer poco agraciada. Lo que más recuerdo de ella era un enorme lunar que tenía en la nariz, la horrible verruga con pelos en la barbilla y los lentes de fondo de botella.
—Si bien no me sirvió de mucho al menos me hiciste reír un poco—
—Para eso estamos los amigos—habla para después encogerse de hombros—Pero volviendo al tema; debes de actuar como el profesional calificado que eres Maximiliano, pero también debes dejar de tener miedo a las relaciones y confesarle lo que sientes por ella—opina y sé que tiene razón, pero no sé cómo hacerlo.
Prácticamente con Vanessa todo fue distinto, si bien no hubo amor de por medio, teníamos cierta empatía entre los dos. No estaba locamente enamorado, pero llegue a apreciar su compañía y su cercanía y además ella fue la que se me declaro y después de lo de Carlota me pareció que era lo mejor y aparte podría volver a empezar con mi vida.
En cambio, con Carlota fue todo lo opuesto, ahí solo hubo amor de mi parte y me tarde casi tres años entender eso y volver a retomar mi vida. Con Carlota el primer paso siempre lo di yo, si nos peleábamos yo siempre la tenía que buscar, aunque no tuviera la razón; si quería salir con ella, me debía de ajustar a sus horarios porque la señorita importante tenía como prioridad su trabajo como modelo, en la relación que teníamos solo había un “ella” en lugar de un “nosotros” y hasta la fecha me siento como un estúpido porque después de lo que me hizo, le llore y le implore que volviéramos pero al fin ella tuvo el buen tino de rechazarme todas esa veces que fui a buscarla.
Ahora tengo a alguien que si bien no sé si sea amor genuino el que siente por mi o yo por ella, pero estoy más que dispuesto a intentarlo.
—Veo que estás perdido en tu mundo—habla Matt sacándome de mis pensamientos. —Como te lo dije anteriormente, arriésgate con esa chica; te mereces una oportunidad en el amor—se pone de pie y sale por la puerta dejándome algo pensativo.
Miro mi reloj y ya se ha agotado el tiempo que le dije que estaría ocupado, me preparo mentalmente y comienzo a sacar todos los desinflamatorios y otros artefactos que utilizo para darle las terapias a Isis.
Y como si la hubiera llamado con el pensamiento su hermosa figura aparece por la puerta de mi consultorio.
— Buenos días Doctor Lombardo —saluda cortésmente y veo que seguimos enojados, perfecto me encargare de ponerla de buen humor y así será más fácil hablar con ella.
— ¡Buenos días señorita! —Utilizo mi sonrisa Colgate, como la llama Tessa y eso la sorprende un poco, ¿Qué es lo que esperaba ahora esta mujer? —Pasa y siéntate en la camilla—la señalo a mi derecha—podrías darme las radiografías— le pido y ella avanza hasta sentarse en la camilla para después darme el sobre que las contiene. Enciendo el lector y miro la radiografía que le sacaron el día del accidente y después la que le tomamos hace unos momentos. La volteo a ver y su expresión de nervios sale a flote, se lo que le preocupa y me dan ganas de ir y abrazarla pero me contengo —Como lo vimos en un principio tenías una lesión del ligamento deltoideo por mecanismo de evasión — digo señalando la radiografía señalando el punto donde se ve hinchado el ligamento— el color morado que tenías a lo largo de la zona de lesión desapareció al igual que las molestias y gracias a las terapias puedes ver el cambio — paso a señalar la segunda radiografía— el tendón está completamente desinflado— concluyo y me acerco hasta donde esta ella.