Max Pov
Afortunadamente la mañana de hoy pasa de lo más tranquila. Solo unas cuantas citas médicas, sin nada grave o importante y eso que apenas son las once de la mañana. ¿Isis tendrá tiempo de almorzar conmigo?, desde nuestro almuerzo la semana pasada en el restaurante italiano de la 52 ha estado algo distraída y no la culpo; ella de verdad quiere ese papel como bailarina principal del Lago de los Cisnes y más ahora que su padre forma parte de su vida, ya que está decidido a recuperar el tiempo perdido con su familia. Es una de las razones; aparte de mi trabajo, que no hemos podido pasar tiempo juntos ya que nuestra comunicación se limita a todo lo tecnológico, si no son video llamadas, son llamadas normales y mensajes.
Si bien después de que William e Itzámara regresaran de New Orleans; están instalados en una habitación de uno de los hoteles Hilton; para ser más preciso en el Millenium Hilton, 55 Church St, cerca del apartamento de Isis en Brooklyn, han estado saliendo en plan familiar y como es un momento solo para ellos tres no he querido estar de entrometido, pero ¡Ya extraño a mi novia! Incluso se podría decir que también extraño a Mike y a Esther a pesar de que estén peleando todo el tiempo. Pero no puedo negar que las noches de películas en su departamento era muy divertidas; sobre todo cuando son de terror y como Isis es una miedosa de lo peor se la pasaba abrazada a mi toda la película y era lo que más me encantaba y como Mike y Esther estaban tan absortos en la película no se daban cuenta cuando Isis y yo nos poníamos cariñosos.
¡Diablos, ya extraño los besos de mi castañita!
Quisiera ahora mismo tenerla delante de mí y besarla como es debido después de no vernos por una semana.
— ¿Puedo pasar?, si genial— dice Matt entrando a mi consultorio sin ni siquiera tocar la puerta y más aun sin esperar respuesta. Toma asiento frente a mí.
—Ya estas dentro —le digo sin remedio.
— ¿Y ese humor? — pregunta.
—No he podido estar con mi novia desde nuestro almuerzo la semana pasada—le cuento.
—Ahora entiendo todo; pero venía a decirte que Dereck y Connor nos están invitando a ir a tomar algo después del trabajo, como ninguno de los cuatro tiene guarda no le veo ningún problema—me cuenta y hay algo que no me cuadra en su plan de esta noche; más si el que organizo todo esto es Dereck.
— ¿Desde cuando eres amigo de Dereck Blake? —le pregunto, más después de que Dereck tiene un notable interés por Tessa y a cierto amigo mío le molesta en exceso, pero como no puede hacer nada para reclamarle a Tessa si sale o no con él, me extraña esta invitación y más que el acepte.
—Solo pensé que si de verdad tiene algo con Tessa deberíamos de conocerlos mejor— este tipo planea algo y sospecho que no es nada bueno.
— ¿Tessa sabe de esta salida de amigos? — le pregunto y su cara me lo acaba de confirmar, nuestra pelirroja no sabe absolutamente nada de esto.
—No y no fue idea mía no decirle nada, sino más bien del tarado de Dereck— ahora sí que no entiendo nada.
— ¿Qué planeas? — pregunto al no saber muy bien su plan.
—Emborracharlo hasta sacarle la verdad sobre sus verdaderas intenciones con Tessa—responde y ahora entiendo todo; esta perdidamente enamorado de ella y no lo quiere aceptar.
— ¿Y cómo sabes que no tiene buenas intenciones con ella? — quiero hacerlo enojar a ver si así admite que está enamorado de ella.
—Por favor Max, es un idiota y mujeriego de lo peor—responde y en estoy de acuerdo; sin falta cada semana hay una chica diferente reclamándole en el estacionamiento del hospital. Si no estuviera enterado de que Tessa solo está haciéndole caso a los coqueteos de Dereck para que Matt reaccione estuviera igual de preocupado por mi amiga. —Pero volviendo al tema, ¿vas conmigo o no? —
—Claro que sí, temo por la vida de Dereck— bromeo.
—Después de esta noche ese idiota no volverá a acercársele a Tessa—responde seguro de su declaración y ciento que este pequeño piquete que le está dando Tessa está surgiendo efecto. Su celular comienza a sonar y como lo pensé es una emergencia. Sale del consultorio y comienzo a pensar si decirle o no sobre el efecto que tuvo en Matt todo este asunto.
Tocan la puerta y miro mi reloj, la siguiente cita que tengo es hasta dentro de dos horas.
—Adelante— digo y la persona que menos espere entra por mi consultorio.
—Como he sido una novia muy ausente esta semana pensé que sería bueno darle una visita sorpresa a mi novio—dice mi castañita entrando y cerrando la puerta con dos bolsas. Me levanto y prácticamente corro a besarla como tanto tiempo lo he deseado, sus labios son tan suaves como lo recordaba; la abrazo y busco profundizar el beso tomándola de la nuca y como tanto esperaba abre más esa deliciosa boca que me está volviendo loco, por desgracia el maldito aire nos comienza a faltar. —Sí que me extrañabas— dice recuperando el aire que hasta hace unos segundos le robe.
—Una semana sin besarte… — comienzo mientras la tomo de la cintura y me recuesto con ella sobre el escritorio de mi consultorio— ¿Cómo querías que no estuviera extrañándote? — le pregunto escondiendo mi cabeza en su cuello dando pequeños besos en esa zona, el aire se le vuelve a escapar, pero esta vez en forma de pequeños suspiros que están enviando señales a cierta parte de mi anatomía. Con pesar me separo de ella ya que no es el momento para protagonizar una escena para adultos.
— ¿Y qué clase de novia seria yo si no me preocupara por ti? —pregunta ella y ahora veo las bolsas de plásticos que trae colgadas en sus dos manos. — ¿Ya almorzaste? — Me pregunta y niego — que bueno porque traigo algo para los dos—
— ¿Cocinaste? — pregunto sorprendido; en el tiempo que tengo con Isis se perfectamente que no es la mejor cocinara, de hecho, hasta el agua se le quema. Lo que si hace de maravilla son los postres.