Isis Pov
Despierto y miro a mi alrededor dándome cuenta de que estoy en la habitación de Max; es inevitable que sonría al recordar todo lo que pasó la noche anterior; Maximiliano es un caballero en todo el sentido de la palabra; sus carias tan ansiosas, sus labios tan posesivos y dulces sobre los míos, lo tierno y cuidadoso que fue… sin dejar de lado la pasión que exploto entre nosotros dos. Ese hombre me tiene en sus manos; lo amo, lo amo con tanta intensidad que ha llegado a asustarme, sé que Maximiliano no se aprovecharía de los sentimientos que tengo por el para lastimarle, pero tengo miedo que lo que tenemos acabe y más porque siento que nuestro tiempo juntos nunca será suficiente para mí.
—¡Buenos días! —saluda mi guapo novio entrando con una bandeja en las manos a la habitación— Al parecer pasaste una noche maravillosa— comenta en tono burlón, pues sabe perfectamente que la sonrisa que traigo es por la manera en la que él me hizo sentir anoche…Tan amada, como solo él me lo demuestra.
—Sabes perfectamente que si—respondo y Maximiliano deja la bandeja con el desayuno aun lado de la cama y lo tomo del brazo para que se acerque hasta donde estoy, acerco mi rostro al suyo y lo beso, el lleva dos manos hasta mis mejillas y él se apodera del beso, mi intención era solo un beso tranquilo pero él tiene otros planes y cuando nuestras lenguas entran en contacto me rindo y lo tomo del cuello para, si es posible, acercarlo más a mí y poco a poco me voy recostando en la cama ; atrayéndolo con migo.
—Por mucho que me encante y quiera estar así contigo, también quiero ir al hospital y convencer a Matt para que descanse un rato— dice interrumpiendo nuestro beso; lo que más adoro de Max es como se preocupa por sus amigos y lo entiendo a la perfección. Se levanta de encima mío y toma la bandeja para colocarla entre nosotros dos. —Ahora bien, ¿Qué se te antoja desayunar? — a ti… pienso y veo como mi novio se le escapa una de esas sonrisas sumamente seductoras que son capaces que mis piernas tiemblen y que me haga caminar como Bambi recién nacido. —Por mucho que yo quiera que me comas completamente eso sería canibalismo y tenemos que ir al hospital— contesta y siento la vergüenza invadirme.
—¿Lo dije o lo pensé? — pregunto estúpidamente y me acuesto en la cama, tapándome por completo con la sabana.
—Lo dijiste— responde Max, siento como la cama se empieza a hundir y la mano de mi novio comienza a quitar la sabana de mi cabeza para que lo pueda ver —No te avergüences; me encanta que me digas ese tipo de cosas, o mejor dicho que lo piense sen voz alta; sé que no viene al caso pero Carlota nunca hizo ese tipo de comentarios, ella era más de presumir que tenía un “novio doctor” y que tu hagas ese caso de comentaros la verdad mu gusta mucho y más porque vienen de ti— dice y pasa su mano por mi mejilla, es una caricia tan suave y tenta que me provoca amarlo más de lo que ya lo hago.
—Tienes razón, no venía al caso que sacaras el tema de esa mujer innombrable— le contesto mientras me voy levantando hasta quedar sentada sobre la cama y el hace lo mismo, tomo la saba que cubre la desnudez de mi cuerpo y de un movimiento rápido me coloco sobre él; quedando sentada sobre sus piernas, sujetando fuertemente la sabana contra mi pecho, comienzo a besarlo— Que sea la última vez que la mencionas frente a mi o que piensas en ella y menos cuando acabamos de tener un momento tan lindo como el de anoche y con tu novia desnuda— comienzo a advertirle—Sino quieres otra pelea como la que ya tuvimos—le digo lo último mientas voy bajando la sabana en la parte de mis pechos y él obviamente está atento a ese movimiento —¿Está claro? —le pregunto subiendo su rostro para que me mire a los ojos.
—Perfectamente entendido— contesta mirando mis pechos.
—Ahora comamos que muero de hambre— le digo después de quitarme de encima de él. Tomo la taza de café que esta sobre la bandeja y comienzo a beberla de manera lenta, aún está caliente; y lo que más me sorprende es que después de cuando nos movimos, nada se halla tirado en la cama.
***
Camino de la mano de mi novio por todo el hospital y como él ya sabe en qué habitación esta Tessa, pasamos automáticamente.
—¿Podemos pasar? —pegunta Max después de tocar la puerta de la habitación.
—Por supuesto, solo lo hagan ruido que Tessa aun esta dormida— pide Matt después de levantarse del sillón donde a juzgar por la sabana y la almohada en él, paso la noche ahí. Con cuidado camino hasta la cama donde se encuentra Tessa y está durmiendo tranquilamente, pongo el jarrón con sus flores favoritas al lado de su cama.
—Hermano— escucho como Max comienza a hablar con Matt— Te trajimos algo de desayunar— le dice mientras le extiende la bolsa con los recipientes de un desayuno que el mismo junto conmigo preparamos, de hecho, yo solo hice el café, pero algo es algo.
—Gracias la verdad muero de hambre— responde, destapando el que contiene el café para después darle un sorbo—Moria de hambre, ya sabes que las maquinas del hospital no tiene mucho más que cacahuates y pequeños pastelitos para comer— dice señalando varias envolturas en el bote de basura.
—Hablando de eso, porque no vas a tu apartamento a darte un baño y dormir un poco— le sugiere Max.
—No quiero dejar sola a Tessa…— responde.
—Ve Matt, también tú necesitas descansar—le responde Tessa.
—Nosotros nos podemos quedar con ella— le sugiero y el aun esta algo indeciso a aceptar.
—Isis tiene razón; ve y descansa, ya cuando me vallan a dar de alta, yo personalmente te llamo— le dice Tessa y Matt al fin acepta.
—Volveré en un rato—comienza a decir mientras camina hasta la cama de Tessa —Por favor no te alteres y este tranquila, aún tenemos un bebe del cual cuidar —le dice para después darle un beso en la frente y salir por la puerta con Max detrás del él.
—Se que es una pregunta estúpida, pero, ¿Cómo te sientes? — le pregunto. Ella comienza a llorar y corro a abrazarla, lo primero que dijo Matt que no hiciera y por mi culpa se está alterando— Por favor tranquilízate— le pido —Matt dijo que le puede hacer daño al bebe— no lo dijo con esas palabras, pero es lo que yo le entendí. Y como por arte de magia, ella deja de llorar y comienza a calmarse.