Hanna se despertó de arrepentirse en medio de la noche, con el corazón acelerado y una sensación de ansiedad que le recorría todo el cuerpo. No había podido conciliar el sueño desde que se enteró de la trágica muerte de su amiga, y ahora, en medio de la oscuridad de su habitación, se sintió más perdida que nunca.
En un intento de distraer su mente, desechó revisar los mensajes de texto que había intercambiado con su amiga la noche anterior. Al leerlos detenidamente, algo llamó su atención. En la conversación, su amiga le había contado algo que parecía muy importante, pero que había sido interrumpida por alguien y no había podido explicarle bien.
Hanna se preguntó qué podría ser tan importante como para que su amiga lo mencionara de esa manera. Sabía que tenía que investigar a fondo lo que había sucedido. No podía quedarse de brazos cruzados mientras su amiga estaba muerta y algo extraño parecía estar ocurriendo.
Decidió comenzar a investigar por su cuenta. Revisó todos los mensajes que se intercambiaron en los últimos días y encontró algunas pistas interesantes. Descubrió que su amiga había estado trabajando en una investigación periodística muy importante que tenía relación con una poderosa organización secreta. Pero antes de que pudiera obtener más información, su amiga había sido asesinada.
Hanna se sintió impulsada a continuar la investigación de su amiga, pero sabía que no podía hacerlo sola. Decidió buscar ayuda y acudió a un detective privado en quien confiaba plenamente. Le contó todo lo que había descubierto y le pidió su ayuda para descubrir la verdad detrás de la muerte de su amiga. El detective permitió ayudarla, y juntos comenzaron una peligrosa búsqueda de la verdad que los llevaría al límite de sus propias vidas.