Sinopsis

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Miro las llamas calientes y parpadeantes donde una vez estuvo la ciudad, ahora consumida por el fuego. Seguramente no habría supervivientes. Sonreí ampliamente, rompiendo a reír. Realmente fue así de fácil, no había héroes que salvaran a esta gente de mi. Soy libre. Me volví escuchando a alguien detrás de mi. Mis ojos se abrieron un poco, mis hombros aún temblaban por el ataque de risa. El viento giraba en mis oídos, mi boca colgaba abierta. Estaba con mi peor enemigo, la única persona que me importaba, era horrible, odio preocuparme. Por eso los odio, pero me preocupo por ellos... Mi hermana. Ella me miró fijamente y empezó a gritar 

-"¡CÓMO TE ATREVES, DESTRUYE TU... NUESTRO PUEBLO ENTERO!" - Dijo mi hermana, con lágrimas rodando por su rostro. Simplemente me ríe entre dientes y bajé la cabeza. Miré hacia arriba lentamente, amenazadoramente. 

- "No deberías preocuparte por esta gente. Me exiliaron a mí, tu única hermana. Sin embargo, siempre te gustó más que a mí". - Desenvainó su espada, 

- "Eres una psicótica. Tú ... No te saldrás con la tuya". No esperabas que ella fuera lo suficientemente inteligente como para descubrir lo que estaba haciendo. Sin embargo, sabía que no me escaparía ahora. Ella me miró con intensa ira. Encogí mis hombros, echando los hombros hacia atrás. 

- "Bueno, ya lo he hecho. Técnicamente..." - Dije, mirándola. 

"Confié en ti ... Supongo que estaba equivocada." Dijo mi hermana, cargó hacia adelante con la espada. No iba a morir por ella. Retrocedí, hacia la ciudad en llamas. Ella se había dado cuenta de lo que había hecho, pero estaba preparando su espada para un golpe, cuando retrocedí hacia el fuego, sonriendo mientras las llamas me envolvían y desaparecí en el fuego. Feliz de que no me haya dejado morir por las manos de otra persona.