Isla
Me siento agotada de ser interrogada todo el día, solamente quería ir a dormir un rato. Pero entiendo por qué lo hacen. Sé que muchos se preguntan ¿Por qué terminé aquí? Pues es simple... Todo comenzó así...
-****-
Huí de mi hogar para tener una vida mejor, mostrarle lo que soy capaz de hacer, mostrar a mis padres que estaban equivocados, mostrarles cuál fue su error. Ser una comandante del ejercito a cometer crimines, que vida tengo. Entré a lo más oscuro de la ciudad, un lugar dónde los criminales sobreviven a diario sin que los encuentren. Para mí era difícil adaptarme a este lugar, pero soy de sangre fría, ¿no sé lo que es el amor? Sentir lastima por alguien... Me detuve cercas del club dónde un grupo criminal más peligroso de la ciudad se reunían cada noche. Le tenía una deuda al jefe de ese grupo criminal, de inmediato mi vista se volvió oscuro. ¿Acaso morí? Sentí algo frío en mi cuello, gotas caer al suelo, sentí como alguien me destapó mis ojos, miré a aquella chica de peli rojo, con una mirada fría.
-Oye, ¿estás bien? - Preguntó. Miré un collarín chico de metal, tenía un aparato lo cual era extraño. - No uses poderes.
Isla- Qué sucede? ¿Qué hago aquí? - Pregunté mientras veía alrededor.
-Perdiste contra el jefe del grupo criminal. - Respondió mientras tomaba asiento en el suelo. - Te aseguro que no uses tus... - Antes de escuchar algo más, usé mis poderes para poder liberarme del collarín, pero sentí como me electrocutaba. - Poderes... Estás condenada niña.
Isla- Cállate...
-Al salir una vez detrás de estas rejas, créame que no saldré viva. - Se acerca lentamente para revisar mis heridas.
Isla- ¿Tu por qué estás aquí? - Pregunté.
-Soy periodista, mi trabajo es mantener informada a la gente. - Respondió. Tomó mis manos con delicadeza, revisaba mis manos mientras solamente la veía a una extraña. - Tu pasado... Habías muerto?
-Había muerto? - Pensé.
-Lamento decírtelo, pero... Habías muerto durante la guerra. Eras comandante, eras muy buena para serlo y tener esos poderes que les daría ventaja para ganar la guerra. Tu pasado ya quedó marcado, pero hay algo que te dio la oportunidad de reencarnar. Tu destino aun no termina. - Seguía leyendo con mi mano izquierda mientras noté en sus ojos brilla el fuego. Tomó mi mano derecha, le noté una sonrisa en su rostro lo cual me hizo sentir que algo bueno está por venir. - Triunfaras en esta vida, habrá pequeños obstáculos que los resolverás.
Isla- ¿Qué hay sobre mi familia? Mis hermanos? Mis padres? - Pregunté.
-Cada uno tiene un destino diferente, no logro verlos. - Soltó mis manos lentamente mientras se le borrara su sonrisa. - Cómo te llamas?
Isla- Isla. - Respondí. - ¿Tú cómo te llamas? - Pregunté.
-Malia, mis amigos me decían Lía. - Sonrío levemente.
Isla- Qué le pasó a tus amigos? - Pregunté, Malia bajó su mirada.
Malia- Murieron a manos de ese tipo. Todo por no poder leer el futuro de sus enemigos. - Respondió desanimada. - Por qué te encerraron aquí?
Isla- Había apostado, un arma por dinero. - Levantó su mirada. - Usé un poder extraño lo cual no sé como lo hice, pero la mitad del juego por poco iba a ganar hasta que ese tipo cambió las reglas, así que lo insulté y lo amenacé. - Aclaré.
Malia- No debiste hacerlo. Sabes lo peligroso que es? - Preguntó asustada. - Ese tipo tiene mucho más poder que nosotras.
Isla- Exacto! Por eso me dejé que me atraparan. - Dije, mientras limpiaba mi nariz.
Malia- Lo tenías planeado? ¿Acaso estás idiota o que? - Preguntó irritada.
Isla- Lo notarás cuando ese tipo entre. Triunfaré como tu lo habías dicho. - Guardamos silencio cuando empezamos a escuchar pasos acercarse hacía nosotras, al abrir la puerta dos tipos armados entraron. Me levantaron a empujones, mientras insultaban a Malia. En un descuido me dirigí hacía al tipo que se encontraba detrás de mi, dando varios puñetazos en su rostro mientras escuché varios disparos. Volteé hacía detrás de mi, miré a Malia evitando que me disparaba, tomé de inmediato el arma del tipo que había golpeado, disparé hacía al otro tipo, después disparé varias veces al otro. Usé de nuevo mis poderes para desactivar nuestros collares, sentía como me electrocutaba. Sin importar el daño que me estaba haciendo daño, logré desactivarlos. Sentí como me sangraba la nariz, miré de reojo a Malia, estaba asustada y sorprendida al mismo tiempo.
Malia- ¿Qué eres? - Pregunto con una voz temblorosa.
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Editado: 23.02.2023