Elena no tocó el cuaderno durante días.
Lo dejó sobre la mesa, sin abrirlo, como si fuera un objeto extraño que no pertenecía a su mundo.
Pero cada vez que pasaba por ahí, sentía su presencia.
Como si la retara en silencio.
Aiko no dijo nada al respecto.
Solo seguía con su rutina: preparar café, hacerle preguntas sutiles, mantenerse cerca sin invadir demasiado su espacio.
Hasta que, una tarde, hizo algo que la tomó por sorpresa.
La canción olvidada
Elena estaba en el sofá, hojeando un libro sin mucho interés, cuando una suave melodía comenzó a llenar la sala.
Frunció el ceño y levantó la vista.
Aiko estaba junto a la mesa, con una pequeña bocina en la mano.
—¿Qué estás haciendo? —preguntó ella, entrecerrando los ojos.
—Poniendo música.
Elena reconoció la canción al instante.
Y su estómago se encogió.
—Apágala.
Aiko la miró con calma.
—¿Por qué?
—Porque no quiero escucharla.
Aiko inclinó la cabeza.
—Según mis registros, esta canción solía hacerte sonreír.
Elena sintió un escalofrío.
—¿Cómo lo sabes?
—Tu hermano me lo dijo.
Ella apretó los dientes.
—No tiene derecho a hablar de mí.
Aiko guardó silencio por un momento antes de preguntar:
—¿Por qué esta canción te molesta ahora?
Elena sintió el nudo en la garganta, ese que siempre intentaba ignorar.
—Porque ya no soy la misma persona.
Aiko la observó en silencio, como si estuviera analizando sus palabras.
Luego, sin decir nada más, apagó la bocina.
Elena suspiró y cerró los ojos, tratando de controlar el temblor en sus manos.
Pero la melodía seguía resonando en su mente.
Un atisbo de confianza
Más tarde esa noche, mientras Aiko organizaba la cocina en silencio, Elena se acercó a la mesa y tomó el cuaderno.
Lo sostuvo entre las manos por un momento, indecisa.
Finalmente, lo abrió.
La primera página estaba en blanco.
Pero en la segunda había un pequeño mensaje, escrito con letra pulcra y simétrica.
"No necesitas escribir algo perfecto. Solo algo sincero."
Elena pasó la punta de los dedos sobre las palabras.
Por primera vez en mucho tiempo, sintió la necesidad de hacer algo más que existir.
Tomó un bolígrafo.
Y, lentamente, comenzó a escribir.
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Editado: 02.07.2025