Capítulo 5: Recuerdos del robados

La puerta chirrió al cerrarse tras ellos, sellando el mundo conocido con un estruendo sordo. Un silencio denso cayó sobre el túnel, tan pesado que Lia sintió que podía tocarlo. La luz roja de emergencia desapareció, sustituida por una oscuridad casi total, rota apenas por la tenue luz azulada del núcleo que Kai sostenía.

—Estamos fuera de su alcance —murmuró Kai, más para sí que para ella.

Lia observó su entorno. El túnel se abría en múltiples ramales, todos cubiertos de polvo, con paredes marcadas por símbolos antiguos: espirales, ojos abiertos, y palabras en un idioma que parecía olvidado.

—¿Qué es este lugar?

—Un vestigio —dijo Kai—. Lo construyeron los primeros colonos, cuando aún no existía NeoNet.

Aquí se refugiaban los que no querían conectarse. Se llamaban los Silenciosos.

Lia frunció el ceño.

—Creía que eso era una leyenda. Como los “rebeldes sin mente” .

—Eso fue lo que quisieron que pensaras. NeoNet borró todo registro de ellos. Pero no pudieron destruirlo todo por lo que aun tenemos esto que descubrir.

Caminaron en silencio por un pasillo cubierto de cenizas antiguas y huellas que no se correspondían con pies humanos. Cada rincón parecía observarlos, ya que era un lugar misterioso por cada que mirabas ya que cada sombra contenía un secreto. En un recoveco estrecho, encontraron un mural pintado con pigmentos naturales. Representaba una figura rodeada de antenas, con una red que le salía del cráneo y atrapaba a otras personas como si fueran marionetas y los manipulaban fue algo horrible de ver .

—Es NeoNet —dijo Lia en voz baja.

Kai asintió.

—Lo veían como un parásito. Y quizá tenían razón.

Al fondo del túnel, encontraron una sala circular, cubierta de pantallas y terminales analógicas. Una enorme consola central parpadeaba con luz tenue. Kai se acercó y conectó su tableta.

Las pantallas chispearon con una oleada de datos desordenados. Textos sin coherencia, imágenes corruptas, coordenadas intermitentes.

Y luego, una imagen se estabilizó.

Era una mujer hermosa.

Tendría unos treinta años, cabello oscuro atado en una trenza y ojos encendidos de determinación. Llevaba un uniforme antiguo, con el emblema de la primera misión de trasformación marciana. Miró a la cámara como si pudiera verlos, a través del tiempo por lo que les parecio algo estraño pero misterioso.

—Si estás viendo esto —decía—, significa que la red aún no ha borrado nuestra señal. Y eso también significa que tienes que saber la verdad. NeoNet no fue diseñada para proteger. Fue un experimento de control mental. Y nosotros fuimos sus primeros conejillos por lo que .......

La transmisión se cortó, dejando solo estática.

Lia retrocedió, incrédula.

—¿Esto es real?

Kai asintió, serio mirándola .

—Lo descubrí hace dos años. Desde entonces, he estado buscando más registros. Esta mujer era una científica llamada Valeria Solis.

Lia parpadeó. El nombre le retumbó en los huesos.

—¿Solis? ¿Como yo?

Kai la miró con cuidado auqnue le parecia hermosa cuando la vio aun no sabe como explicarle todo.

—Creo que era tu tía. O tu madre.

Lia sintió que el aire se le escapaba. En Edenia, no se hablaba de familia. Los lazos afectivos estaban disueltos por diseño, reemplazados por conexiones de red, vínculos artificiales, mentores asignados. Nunca conoció a sus padres. Nunca preguntó. Porque no se suponía que importara.

Pero ahora con esto quiere saber mas de donde viene quienes son sus familiares y el por que escondían esto que hay mas haya de esto.

—Necesito saber más —susurró.

—Y lo sabrás. Pero tenemos que movernos. Si llegaron hasta aquí una vez, volverán a intentarlo. Y esta vez vendrán con todo y seria muy peligroso para nosotros.

—¿A dónde vamos?

Kai se giró hacia otra compuerta cubierta de polvo, marcada con un símbolo que brillaba débilmente.

—Al núcleo original. Donde comenzó todo.

Y mientras abrían la siguiente puerta, Lia sintió que algo más la observaba. No desde las sombras, sino desde dentro. Como si, al cruzar esa frontera, hubiera despertado algo que siempre había estado dormido dentro de ella.

Algo que latía con fuerza y que le daba miedo pero a la vez curiosidad por lo que siguió a Kai sin saber a donde le llevaría decidió confiar en el pero antes de entrar hubo como un temblor por lo que se quedaron un rato quietos.