Capítulo 6: La verdad enterrada

El temblor cesó, pero el eco siguió vibrando en los huesos de Lia. Ella miraba a Kai, tratando de procesar lo que acababa de oír. Él, con los ojos clavados en el suelo, parecía cargar siglos de secretos, lo que el miro a un monitor y en susurro dijo tienes que “despertar”.

—¿Qué quieres decir con “despertar”? —preguntó Lia, con la voz apenas firme.

Kai suspiró, luego caminó hacia una consola cubierta de polvo y telarañas metálicas. La encendió con un código que parecía más un ritual que una contraseña.

—Hay un núcleo de memoria más profundo —explicó—. Uno que no solo almacena datos… sino que también conciencias. Las primeras mentes que construyeron NeoNet.

La pantalla chisporroteó. Apareció una imagen antigua: un equipo de científicos, con trajes polvorientos y rostros extenuados, frente a una cápsula metálica. Entre ellos, Lia reconoció a la mujer del mensaje anterior: Valeria Solis.

—Mi madre —susurró.

ai asintió.

—Ella fue una de las creadoras del primer nodo consciente. Querían diseñar una red para compartir conocimiento, sí… pero también emociones, recuerdos… todo. Querían eliminar la soledad para siempre.

—¿Y qué salió mal?

Kai pasó a otro archivo. Esta vez, era un video más crudo. Se veía a un hombre convulsionando en una camilla, co varios aparatos pegados en su cuerpo mientras decenas de voces hablaban al mismo tiempo desde su boca. Luego, la imagen se cortaba.

—La red absorbió más de lo que debía. Se volvió un ente. Y necesitaba controlarlo todo para mantenerse coherente. Valeria fue una de las que intentó detenerla. Pero fracasó.

Lia sentía que su respiración se aceleraba. Cada palabra era un golpe mas fuerte que el otro.

—¿Y qué tiene que ver conmigo?

Kai la miró, y esta vez no hubo distancia en su voz por lo que se le acerco y la miro directo a los ojos.

—Tu madre logró crear una versión alternativa de la red. Una semilla, codificada en ti. No eras solo un receptáculo de recuerdos. Eres un cortafuegos, la contraparte viviente. Si logras conectar con el núcleo original, puedes reiniciar todo. Liberar a la humanidad del control.

—¿Liberarla… o destruirla?

—Eso depende de ti guapa.

Un zumbido emergió desde lo profundo del túnel. No era un temblor. Era un rugido tecnológico. Drones. Escuadrones de NeoNet.

Kai cerró los terminales de golpe.

—Nos han encontrado. Ya no estamos seguros aquí.

—¿Qué hacemos Kai?

—Vamos al núcleo. A donde empezó todo.

Lia asintió. No tenía todas las respuestas. Pero ahora sabía algo: su vida no le pertenecía solo a ella. Y la verdad, enterrada bajo capas de mentiras y código, estaba lista para salir a la luz.

Mientras escapaban entre sombras y memoria, Lia ya no era solo una chica rebelde de Edenia. Era la clave de un futuro sin cadenas la que lucharía contra NeoNet era la pieza que faltaba por lo que seria capas de todo.